El príncipe Guillermo atraviesa momentos difíciles entre el cáncer de su esposa, Kate Middleton, y del de su padre, quien también está cursando esta dura enfermedad, pero él ya hace algunos meses regresó a la vida pública, es decir a su rutina.
Los temas personales y los de la realeza se le estarían haciendo cuesta arriba, a tal punto que se vio un importante cambio en su apariencia la que no pasó inadvertida. Es que después de las vacaciones de verano, el príncipe de Gales apostó por un nuevo estilo y ahora usa barba.
No se sabe si esto será momentáneo o si adoptará este look como su hermano, el príncipe Harry que desde hace años luce una cuidada barba roja. Si bien esto no está prohibido en la realeza, al hijo del rey siempre se lo vio con el rostro bien afeitado.
Esta nueva apariencia la lució durante si visita a la galería Saatchi de Londres, donde tuvo lugar una exposición sobre las personas sin hogar. Allí, el príncipe Guillermo se mostró con el semblante relajado, un elegante traje azul sin corbata y barba, con la que ya se lo había visto durante los meses de vacaciones.
Si bien todos pensaron en ese momento que se trataba de que estaba más distendido debido a las vacaciones, todo parece indicar que el royal habría adoptado esta nueva apariencia, que lo hace verse diferente.
La última vez que se lo vio lucir una barba en actos oficiales fue hace alrededor de 15 años, pero que solo la tuvo por un corto período de tiempo y era más imperceptible que esta, que parecía tener varios días sin recortar.
La opinión de la reina Isabel II sobre las barbas en la realeza
La reina Isabel II siempre fue muy estricta con la imagen de su familia, a tal punto que el príncipe Harry le pidió permiso antes de casarse para no afeitarse y poder verse ese día tan importante de su vida como lo hacía habitualmente.
En ese momento, la Reina le dio su consentimiento, aunque nunca le gustó que los hombres lleven barba. No le importaba que se la dejaran crecer cuando en momentos puntuales como expediciones, viajes no oficiales o en contextos de ocio, como el príncipe Guillermo durante sus últimas vacaciones, pero al llegar a Palacio consideraba que un hombre debía lucir afeitado.