Este jueves llega a todas las salas de cine del mundo uno de los estrenos más esperados por los fanáticos del cine de terror. Se trata de “La Monja 2″, la segunda entrega de la historia de la monja demoníaca Valak, y que sería una derivada de la saga de los “Expedientes Warren”.
En esta ocasión, el director a cargo de la cinta cambia de Corin Hardy a Michael Chaves, lo mismo que sucede con el guion, ya que en la primera entrega estuvo al mando James Wan y en la segunda Akela Cooper. Más allá de todo lo que pueden influenciar estas decisiones, lo que siempre genera tranquilidad en los seguidores de estas historias es la presencia de James Wan en cualquiera sea el papel que decida tener.
El malayo se destaca como cineasta en general, ya que ha participado en diferentes producciones como director, guionista y productor. Entre sus trabajos se encuentran “El Conjuro 1″, “La noche del demonio” y “Maligno”, por lo que su aporte es más que significativo.
“La Monja 2″ llega con una nueva historia protagonizada por la monja Irene y acompañada del ente maligno y antagonista Valak. Tras solucionar el drama paranormal que sucedió en las tierras de Rumania y enfrentarse cara a cara con la monja maldita, la hermana Irene se ve presionada a solucionar nuevos problemas similares luego de que un sacerdote sea asesinado en Francia.
Para este nuevo desafío, Irene se ve acompañada de varios personajes nuevos: Anna Popplewell como la maestra Kate, Storm Reid como la hermana Debra, Katelyn Rose Downey como Sophie y Jonas Bloquet como Frenchie/Maurice.
Las similitudes que pueden encontrarse con la primera entrega están relacionadas casi en su totalidad con lo visual y positivo de la misma. Vuelven a ser protagonistas los planos largos, que también consumen gran parte de los minutos en “El Conjuro 1″ y “El Conjuro 2″. Asimismo, las paletas de colores han sido elegidas con mucha precisión y son correctas. Por un lado, colores fríos y oscuros que se destacan en los momentos terroríficos donde Valak es protagonista o el miedo inunda a la hermana Irene. Por otro lado, la presencia de colores cálidos y alegres que conforman escenas de alegría y tranquilidad.
Un detalle interesante a tener en cuenta es la vinculación del rojo con el personaje de Valak, aunque anteriormente siempre se la relaciona con el negro y blanco. Esto puede notarse en las escenas de sangre, el fuego y también los ojos de la cabra de un vitral (que es crucial para el desarrollo de la historia, aunque no spoileamos más).
Hay que destacar también el vestuario y ambientación, teniendo en cuenta que los hechos ocurren en Francia de 1956. Los atuendos de las monjas, como también las prendas de Maurice y Kate. Sin duda, los detalles son brillantes.
En cuanto a las diferencias con “La Monja 1″, están más encaminadas hacia la polémica de esta nueva entrega: existe un exceso de historias que simplemente terminan por confluir en un único y simple final como el que todos esperan. La presencia de Valak en las iglesias, la nueva vida de Irene como monja, los secretos del orfanato de niñas y la creciente historia de amor entre dos personajes, todo termina en la intención de acabar con Valak. Quizás algunos detalles son innecesarios, cuando la historia podría simplemente plasmarse en el reencuentro de Irene y el demonio.
A su vez, un pormenor interesante es la mayor presencia de CGI y figuras paranormales, que se ven claramente en la pantalla grande. Tanto en “La Monja 1″ como en los “Expedientes Warren” no predominan para nada las escenas con presencia de brujas, fantasmas, seres paranormales, sino todo lo contrario, ya que se introduce al público en un ambiente de terror con el simple hecho de mantenerse inmerso en la historia, sirviéndose solo de planos, luces y sonidos.
En esta ocasión, los jumpscare están mucho más presente y reiterados que en la primera entrega, que por momentos se torna un poco aburrida. Esto contribuye a mantener a la audiencia cautivada por los constantes saltos debido a las repentinas imágenes y sonidos que producen terror, pero (tal vez) no por el hecho de que produzcan miedo realmente.
El último detalle a criticar está referido a la duración de la película. Afortunadamente no es demasiado extensa, pero sí se torna lenta y un poco aburrida en la primera hora ya que toda la acción pura ocurre casi al final. Esto sin destacar mucho la cantidad exorbitante de gritos que agotan el oído de cualquiera.
En resumen, “La Monja 2″ es una película que puede convertirse en una clásica pochoclera y disfrutable si lo que se quiere es pasar ratos de miedo y adentrarse un poco más en el universo de “El Conjuro”. Sin embargo, para los fanáticos de la saga tal vez no sume más de lo que ya se sabe y, aún así, siga dejando huecos vacíos de información en relación con los “Expedientes Warren”.
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