El pasado jueves se estrenó en Netflix “Enola Holmes 2″, una película dirigida por Harry Bradbeer. Mientras que la primera película está basada en el libro de Nancy Springer, la segunda se inspiró en la historia real de Sarah Chapman, una trabajadora de una fábrica de cerillas.
La trama está basada en un reclamo laboral por parte de las cerilleras, un paro que hicieron las mujeres y las adolescentes que trabajaban en la fábrica de fósforos Bryant & May en Bow de Londres en 1888.
“Busqué en mi memoria y encontré la huelga de las cerilleras. Pensé bueno, aquí hay una historia de hermandad. Aquí hay una historia sobre el cambio constitucional, el cambio social y sindical y la acción industrial. Esto era algo con sustancia. La primera huelga de mujeres por mujeres. Significaba que, si eso era a lo que nos dirigíamos, teníamos que encontrar un misterio dentro”, contó el director.
La verdadera historia de Sarah Chapman
En “Enola Holmes 2″, Sarah Chapman es una bailarina y trabajadora de la fábrica de cerillas que desaparece. Su hermana, Bessie, le pide a Enola que la ayude a encontrarla. A medida que avanza la película, Chapman quiere exponer las condiciones de trabajo inseguras de la fábrica, por lo que reúne una gran cantidad de información para probar su caso y hacer justicia para las trabajadoras fallecidas.
La verdadera Sarah Chapman, nacida en 1862, trabajó en Bryant & May. En 1888, Chapman era una empleada que ganaba bastante dinero, pero el mal trato a los trabajadores y las pésimas condiciones laborales llevaron a un boicot. Annie Besant, escritora y defensora de la reforma social, se reunió con las trabajadoras y publicó un artículo sobre sus terribles experiencias que se vivían.
El momento culmine se dio cuando la fabrica despidió a una trabajadora después de negarse a encubrir las explotaciones. Posteriormente, alrededor de 1.400 empleadas se declararon en huelga (incluida Chapman). Bryant & May terminó reuniéndose con el comité y aceptando las demandas de las trabajadoras.
“Relacionamos eso con los eventos reales de la huelga de las cerilleras, que fue políticamente relevante y también es relevante en la actualidad. Es repugnante pensar que eso todavía está sucediendo. Las mujeres todavía tienen que estar unidas, lo están haciendo en Irán en este momento, para levantarse como grupo, y no pueden trabajar las unas sin las otras, tienen que estar hombro con hombro. Eso requiere un gran coraje. Se necesita coraje para cambiar”, confesó Bradbeer .