“El ángel de la muerte” (The Good Nurse) es la nueva producción de Netflix y se está volviendo furor entre los usuarios, al punto de liderar el ranking de lo más visto en Argentina. La película narra la historia de Charles Cullen, un enfermero estadounidense que habría matado aproximadamente 400 personas en un lapso de 16 años. Protagonizada por Eddie Redmayne y Jessica Chastain, esta cinta está basada en una historia real.
Los personajes reales detrás de Eddie Redmayne y Jessica Chastain en “El ángel de la muerte”
El asesino en serie Charles Cullen empezó a trabajar en el hospital Saint Barnabas en 1988, donde les administraba a los pacientes medicación que no era compatible con su patología y la mayoría terminaba muriendo por sobredosis de insulina. El modus operandi del enfermero era el siguiente: tomaba bolsas intravenosas y les hacía agujeros por donde suministraba la medicación.
Cuando las autoridades del hospital descubrieron una de las bolsas, empezaron una investigación que derivó en el despido del enfermero, el cual ya había asesinado a al menos 12 pacientes. Igualmente, cometieron el error de no informarle a las autoridades policiales lo que había sucedido, lo que le permitió a Charles Cullen seguir matando pacientes en otros hospitales.
Hasta 2003, Charles Cullen siguió trabajando en centros médicos y hospitales, administrando dosis de insulina que resultaron fatales para decenas de pacientes. Varias veces, luego de asesinar a alguien, intentaba quitarse la vida y terminaba camuflando su accionar.
Según se muestra en la filmación, en octubre de 2003, en el centro médico Somerset de Somerville (Nueva Jersey), sus jefes lo descubrieron y dijeron haber presentado las pruebas necesarias para que fuera detenido. De todos modos, la policía declaró que fue Amy Loughren, la enfermera con la que tenía una amistad, quien les había aportado los datos necesarios para arrestarlo.
A pesar de que en el juicio Cullen declaró que asesinó a 29 personas en el lapso de 16 años, luego admitió no recordar la cantidad exacta ni los nombres de las víctimas. Es por esa razón que al día de hoy, y de acuerdo al promedio de asesinatos en cada hospital, Cullen pudo haber matado a casi 400 pacientes.
La justicia logró condenarlo por los asesinatos que confesó, y se lo condenó a 11 cadenas perpetuas, además de pagar 96 millones de dólares a 8 familias, mientras que 5 hospitales llegaron a acuerdos con 22 familias por muerte por negligencia.
El ángel de la muerte, como se lo llamó, utilizó todo tipo de drogas, y como se muestra en la película de Netflix, contaminó las bolsas de suero con ellas para asesinar. Parece ser que en cada hospital recogía los informes de distintos pacientes y luego actuaba para “acabar con el dolor”, según explicó el propio Cullen a New York Magazine.
