La nueva temporada de Gran Hermano arrancó con todo y, como siempre, las sorpresas no tardaron en aparecer.
Entre los participantes que ingresaron a la casa más famosa del país, Luciana Martínez, una mujer trans de 32 años de Santa Cruz, se destacó desde el primer minuto por su valentía y su historia de vida, que emocionó tanto a sus compañeros como a los televidentes.
En su presentación inicial, Luciana dejó sin palabras a todos. Al comienzo, se presentó como Jorge Barrionuevo, con un look sencillo compuesto por un enterito verde y un pañuelo gris.
Sin embargo, rápidamente, reveló su verdadera identidad: “Hace más de diez años que a escondidas soy Luciana Martínez”, dijo, para luego aparecer frente a las cámaras con un impactante vestido plateado que marcó su transformación.
“Ahora quiero que me conozcan como Luciana Martínez”, expresó radiante, con una sonrisa que reflejaba tanto orgullo como alivio.
En su relato, compartió detalles de su vida que conmovieron a los presentes. “Me vine con mi valija hasta Buenos Aires para hacer el casting. Tengo siete hermanos y dos de ellos estuvieron presos. Gracias a ellos aprendí lo que no está bien”, contó.
Además, explicó que su vida está marcada por la danza y su dedicación como profesora: “Soy bailarina, asesora de imagen, administrativa, mamá de un perro y profesora de baile. Enseño folklore y malambo a niños, jóvenes y adultos”.
“A mi mamá le digo perdón, lo siento y te amo”: Luciana de Gran Hermano
El momento más emotivo de la noche llegó cuando Santiago del Moro, conductor del reality, le dio pie para que hablara directamente con alguien especial.
Mirando a cámara, Luciana envió un mensaje cargado de amor y arrepentimiento: “A mi mamá le voy a decir perdón, lo siento, te amo”.
Sus palabras resonaron en todos los hogares, mostrando la fortaleza de una mujer que eligió vivir su verdad.
Antes de ingresar a la casa, Luciana también compartió detalles sobre su vida sentimental: “Estoy soltera, pero me siento atraída por muchos hombres. Siempre tuve parejas a distancia”.
Y agregó una frase que dejó una fuerte impresión: “Solo quiero estar con los pies sobre la tierra, fluir y ser yo misma”.
Al despedirse de quienes la acompañaron en el estudio, Luciana no pudo evitar emocionarse.
“Mis amigos son los únicos que saben mi historia”, confesó entre lágrimas. Fue entonces cuando Santiago del Moro, conmovido por su relato, marcó un momento simbólico: “Hagamos una cosa: Jorge quedó acá, hasta acá llegó. A partir de hoy, de Gran Hermano al mundo, esta es Luciana”.