La absurda razón por la que Juan Carlos le dejó el trono al rey Felipe VI, el menor de sus herederos

La interna en Zarzuela viene desde hace varias décadas y ha sido motivo de relaciones rotas dentro del núcleo familiar.

La absurda razón por la que Juan Carlos le dejó el trono al rey Felipe VI, el menor de sus herederos
El emérito nunca quiso que el trono quedará en manos de una mujer.

La infanta Elena de Borbón, hija mayor de de los reyes eméritos Juan Carlos I y Sofía de Grecia, podría haber sido la primera mujer en la historia moderna de España en acceder al trono. No obstante, quién ocupará ese hito será su sobrina, la Princesa Leonor.

Ocurre, que desde que nació Elena, el 20 de diciembre de 1963, su destino quedó sellado por una decisión inamovible de su padre, que aún no era monarca: jamás sería reina.

Desde que Juan Carlos celebró el nacimiento de su primera hija, dejó claro ante la prensa que la recién nacida no sería su heredera, a pesar de que no tenía más hijos.

El emérito nunca quiso que el trono quedará en manos de una mujer.
El emérito nunca quiso que el trono quedará en manos de una mujer.

El polémico rey emérito, quien él mismo fue el segundo hijo en su familia, creía firmemente que el heredero debía llegar después, siguiendo su propio ejemplo. En este sentido, el nacimiento de la infanta Elena se produjo en un contexto político delicado.

En 1963, los padres del Rey Felipe VI aún eran príncipes y su futuro en el trono español era incierto. La pareja recién se había instalado en el Palacio de la Zarzuela y vivía con la presión de complacer Francisco Franco, quien tenía en sus manos la decisión sobre el destino de los Borbones en España.

El emérito nunca quiso que el trono quedará en manos de una mujer.
El emérito nunca quiso que el trono quedará en manos de una mujer.

La llegada de la Infanta Elena no fue suficiente para cambiar las reglas tradicionales de sucesión en la monarquía española. Su bautizo, fue un reflejo de las tensiones políticas de la época. Juan Carlos, aún en una posición vulnerable, no estaba dispuesto a desafiar las normas establecidas.

La situación se definió aún más tras la muerte del dictador en 1975, cuando Juan Carlos ascendió al trono por nombramiento del mismo Franco, que lo preparó para el momento.

El emérito nunca quiso que el trono quedará en manos de una mujer.
El emérito nunca quiso que el trono quedará en manos de una mujer.

Durante la redacción de la Constitución de 1978, que establecía el marco para la nueva monarquía parlamentaria, el entonces rey Juan Carlos insistió en mantener la preferencia por la sucesión masculina.

Esta decisión contradecía el principio de igualdad ante la ley establecido en el artículo 14 de la misma Constitución, algo que no le importó al rey, puesto que, para ese año, ya había nacido Felipe, tres años después que su otra hermana, Cristina, que tampoco pudo aspirar a ser coronada como reina.

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