Una etapa de luz y madurez vive el colombiano Juanes, quien volverá a Buenos Aires para presentar su nuevo disco. Esto a 23 años de su primer concierto en nuestro país, cuando apenas se consagraba como uno de los cantantes y compositores más populares de Latinoamérica.
Pero “Vida cotidiana”, el álbum en cuestión, fue tramado en pandemia y es de hecho un retrato cruento y muy sensible de esos días de aislamiento y dolor. Una experiencia, dirá en esta entrevista con diario Clarín, realmente transformadora.
El disco, en el que vuelve a sus raíces rockeras, ya está siendo presentado en vivo por todo el mundo, y el 5 de noviembre estará en el teatro Gran Rex de Buenos Aires, donde también tocará sus granes éxitos, como “La camisa negra”, “Me enamora”, “Es por ti”, “Volverte a ver”, “A Dios le pido”, “Fotografía” y “Para tu amor”.
El músico Juan Esteban “Juanes” Aristizábal Vásquez, ganador de 27 premios Grammy y Grammy Latinos, hizo un alto en su gira para hablar con diario Clarín de su momento actual, su relación con Argentina y los recuerdos de las primeras visitas.
“Me siento muy contento -arranca- por haber podido volver a salir a tocar después del Covid. De alguna manera valoro las giras mucho más, y pongo el alma día y noche, así que es como motivación lo que te ayuda”.
Enseguida agrega: “He aprendido a punta de golpes en la vida que no me puedo pasar de la raya y trabajar demasiado, porque es terrible: los resultados no son buenos y mentalmente tampoco. Entonces creo que más o menos he tratado de manejar un balance”.
La primera visita a la Argentina
-¿Qué recordás de tu primera visita?
-Trabajé con Gustavo Santaolalla en Los Ángeles y después fui a Buenos Aires, posiblemente en el año 2000. ¡Recuerdo que llegué al aeropuerto y fui directo a una radio, con todo el jet-lag! Desde ese momento la verdad es que me enamoré de la ciudad y de la gente, sobre todo por la pasión de música de mis papás, que escuchaban zambas y chacareras de Los Chalchaleros y Los Visconti, que aquí en Colombia son extremadamente populares. Entonces esa fue mi primera conexión, y después obviamente todo el rock en español.
-¿Te pasó en alguna de las primeras giras que era todo entusiasmo y salías de fiesta y te quedabas sin voz al día siguiente?
-Sí, siempre al 100% y con esa euforia de la primera vez, entonces siempre había una fiesta. Con los años he ido manejando muchísimo más, porque realmente es duro hacer un concierto al día siguiente. Y si no estás al 100% entonces eso al final no es divertido tampoco. Hoy disfruto de mi soledad, mi tranquilidad y mi momento de creación. Me siento muy contento.
La gira actual
-¿Cómo hacés actualmente para armar el repertorio, con tantos discos y tantas canciones, sin que el recital dure tres horas?
-Es un desafío, sobre todo porque uno se enamora de la música nueva. Quiero tocar todas las canciones nuevas, pero también entiendo la dinámica y también soy fan, digamos, de otros artistas y voy a sus conciertos. Por eso creo que hay que hacer un balance. Hay dos o tres canciones nuevas del álbum, para darle continuidad y después están las canciones de todo mi catálogo. También he aprendido con los años a mirar a la gente, a ver cómo reaccionan, así que desde el principio vas manejando la energía del público. ¡Y vamos, con mucho de mucha fiesta, mucho rock y mucho Caribe! Hemos ido aprendiendo con los años a armar un show, pero es la música es lo que más me importa, sinceramente. La gente va a escuchar soul con un sonido super pop y claro, con una banda potente y clara. Eso es básicamente lo que tenemos.
-Este fue un año especialmente intenso, después de varias temporadas más tranquilas. ¿Cómo lo estás viviendo?
-Las giras siempre son intensas, definitivamente. Creo que es una etapa bastante particular de todos, porque se vive como una familia: uno vive con la gente que está viajando. A veces muchos se imaginan que es estar de fiesta o de paseo, pero no es así. O sea, es un poquito de eso, pero no realmente mucho. A mí me toca cuidar mucho la voz para poder cantar todos los días, y eso implica tener disciplina: terminar un show, tomar una copa de vino y sobre todo dormir mucho y cuidarse. Esa es la parte digamos, de disciplina, pero me gusta y ya he aprendido y lo disfruto demasiado. Además, como he viajado muchas veces por mucha ciudad, entonces ya las conozco y no tengo la ansiedad de conocerlas. Estoy más concentrado en el show y lo disfruto bastante. También es un tiempo que utilizo para escribir, para leer y para componer con la guitarra.
Un ritmo intenso de trabajo
Más allá de sus propias grabaciones, Juanes también ha cantado en varios discos de artistas que lo han invitado especialmente y por lo visto no quiso rechazar la oportunidad de hacer algo diferente. En los últimos años, por ejemplo, grabó “506″ con Morat, una versión de “Engánchate conmigo” (de Los Rodríguez) con Andrés Calamaro y Niño Josele, “Enter Sandman” en un tributo a Metallica, “Pump it up” con Elvis Costello, y hasta “Solo por ser indios” con A.N.I.M.A.L. y “Creo que me suelto” con David Lebón.
“Me gusta mucho hacer esas cosas -dice- porque de alguna manera es como si fueras un actor que lleva su personaje a otros lugares, como Lebón o Costello. Con todos ellos, cada vez que tengo la oportunidad, puedo ir probando diferentes cosas sin ningún tipo de presión digamos creativa, puesto que no soy yo realmente el que ha compuesto la canción; estoy interpretando”.
Y agrega: “Hay más cosas que me gustan, como A.N.I.M.A.L, por ejemplo, que es una gran banda de metal. A mí me encanta A.N.I.M.A.L. y me encanta el metal, así que puedo darme esos lujos de ir de un lado para el otro en diferentes géneros. Me saca de la rutina de mi propia creación”.
Todo sobre “Vida cotidiana”
“Vida cotidiana” es un álbum de Juanes que contó con “Amores prohibidos” como primer avance, la historia de dos amantes separados por la pandemia por la Covid-19.
“Gris” es un examen melancólico e introspectivo de las dificultades que enfrenta un matrimonio por causa de la cuarentena; “Ojalá”, sobre un encuentro casual y una chispa instantánea con un extraño; y “Veneno”, sobre una relación tóxica del pasado. Otro single fue “Cecilia” con Juan Luis Guerra.
El disco combina un regreso a la guitarra eléctrica con una inmersión profunda en la pasión compositora de Juanes, que durante la pandemia orientó su atención hacia el interior para reexaminar la vida, el amor, la familia y más de sus propias complejidades emocionales e imaginación.
Tanto Juanes, como su productor y cercano colaborador Sebastian Krys, declararon que este período de escritura y grabación representa otro nuevo pináculo creativo para su discografía.
Los miembros de la banda de Juanes también forman parte de todo el álbum, Emmanuel Briceño (director musical y teclados), Juan Pablo Daza (guitarra), Felipe Navia (bajo), Richard Bravo (percusión) y Marcelo Novati (batería).
Según Juanes, “Creo que este es mi mejor álbum como músico, compositor y artista. Todos mis experimentos previos ciertamente son válidos, pero salir de tu zona de confort y sentirte incomodo puede ser una experiencia transformadora. Esta nueva sesión regresa a los lugares que están conectados de manera cercana con mi esencia… los sonidos y temas actuales que vienen de lo más profundo de mi corazón y de mi alma”.