Los Caligaris llegan a Mendoza para presentar “Veinticirco, nunca es tarde para ser un niño”, después de romperla por todo Sudamérica.
Será este sábado en el Stadium Arena Maipú y uno de los cantantes de la banda, Juan Taleb, habló con Los Andes en las horas previas al show donde repasarán los 25 años de carrera y de escenarios transitados.
“En estos 25 años pasó mucha agua bajo el puente, pero lo más importante es estar en asfalto, arrancar de nuevo y gracias a eso costamos con un compañero al lado con el que siempre podíamos contar. Funcionamos como un circo”, comenzó diciendo Taleb.
Ser tantas personas y mantenerse como un bloque sólido no es fácil: “Funcionamos como familia, cada uno ocupa un lugar importante en el sostén de Caligaris. Desde arriba o abajo del escenario es importante lo que hacen y lo importante es que confiamos el uno en el otro. No todo tiene que ver con el arte, sino que también la logística, estudio y otras cosas. De igual manera, lo decidimos entren todos, pero si no se puede, confiamos en nuestro compañero”.
Uno de los puntos que podría generar conflicto es la confección de la lista para cada recital, pero tienen en claro quien se encarga de cada cosa: “Martín lleva la punta en ese sentido, él sabe entender cuantas canciones tenemos que tocar, cuánto tiempo tenemos para hablar, obviamente después que la lista está presentada cualquiera de nosotros puede aportar algo para cambiar”.
Para todo eso hizo falta que la banda la formen con amigos y no con profesionales: “La banda la formamos con gente conocida, buscamos personas en el barrio, no en el conservatorio. Siempre primó la calidad humana, la buena relación y los resultados son más fructíferos. Nosotros no contemplamos la banda como un lugar de trabajo con compañeros de trabajo, es mucho más que eso, es una familia porque damos la vida por nuestro compañero. Marquitos (bajo) y el Zurdo no sabían tocar, pero los conocíamos desde chicos, así se pusieron las pilas y ahora son parte fundamental de la banda”.
De todas maneras la banda acepta todo tipo de opiniones, hasta a la hora de componer canciones: “A la hora de componer las canciones, y al ser tan numerosos, los aportes generalmente enriquecen la canción, por eso siempre el resultado supera ampliamente la expectativa. Mucha gente le pone amor y por eso siempre se mejora todo”.
Pasar de un barrio de Córdoba hasta llenar cinco veces el Auditorio Nacional de México, donde entran 10 mil personas, hace pensar que todos los sueños se pueden cumplir: “Al principio soñás con triunfar, pero nunca sabés en que momento y de que forma se van a dar las cosas. Nunca vimos nada como imposible, siempre buscamos la forma de no bajar por brazos porque el persistente le puede ganar al talentoso. En ese momento es cuando nos sentimos en el éxito total, pero interno. No es el simple hecho de tocar en un lugar tan grande (Auditorio Nacional) y hacer un sold out, pero internamente sentimos que en un recital se dan varios factores como hacer lo que siempre quisimos hacer, las canciones que escribimos y producimos. Ahora es todo lindo, pero hay un trabajo infinito atrás”.
Su regreso a Mendoza es muy esperado y aseguran que será de la talla de sus presentaciones en los mejores lugares del mundo: “El show de Mendoza va a ser el mismo que hacemos en toda la gira, tanto como en el Auditorio Nacional de México donde agotamos cinco veces, Monterrey, Estados Unidos, Bogotá, Tecnópolis o en la cancha de Instituto hace un mes. Será la mismo show largo, complejo y exigente. Será la misma puesta en escena, la misma ropa y todo lo que tiene que ver con el show que va a durar un poco más de dos horas”.
Pero en nuestra provincia encuentran un amor especial, que es difícil encontrar en otro lado: “Siempre decimos que Mendoza es uno de los lugares que mejor nos trata en Argentina, a la altura de Córdoba o Buenos Aires. Cada vez que llegamos la gente tiene una forma distinta de darnos amor y eso no deja de sorprendernos. Mendoza siempre nos dá un amor muy intenso y es todo lo que necesitamos para seguir adelante”.
Su relación con el “Alambre” Jarmoczuk
Los Caligaris tuvieron un enamoramiento con Mendoza casi a primera vista y uno de los responsables fue Gabriel Jarmolczuk.
El “Alambre”, en ese momento conductor de la Estación del Sol 100.9, los ayudó para que el público mendocino los conozca y los adopte… pero la relación empezó un tanto extraña y que luego terminó con el Flaco como tapa del disco “Transpirando alegría”.
“El Flaco es una de las personas más maravillosas que hemos conocido en el camino de la música. Siempre contamos que cuando nos conocimos, él no tenía idea quienes éramos. En el 2004 fuimos a tocar a una disco que nos había contratado, paramos en una casita que estaba en un segundo piso, salimos a comer y nos olvidamos la llave adentro. Tuvimos que hacer una pirámide humana en la vereda para llegar a la ventana y justo iba pasando el Flaco, le cortó el semáforo y vio esa imagen. Se bajó para preguntarnos si necesitábamos algo y así nos conocimos”.
La locura en el Festival Jamming de Colombia
En marzo de este año Los Caligaris estaban en la grilla del Festeival Jamming que se iba a llevar a cabo en Colombia, pero a pocas horas del inicio se suspendió sin razones concretas.
Para este festival se esperaba la asistencia de más de 150.000 personas de varios países del continente en las instalaciones de Playa Hawai, en la ciudad de Ibagué y ante la cancelación la gente sintió una gran frustración… pero Los Caligaris tuvieron un gran gesto.
Los cordobeses decidieron gestionar un concierto en tiempo récord y, para sorpresa de muchos, el grupo anunció un gran evento en Bogotá: la Media Torta sería el punto de encuentro y, el día, este domingo 20 de marzo con entrada totalmente gratuita.
“En Colombia habían quedado varias bandas varadas, pero a nosotros nos llegaron los mensajes de los fans que se lamentaban que no nos iban a poder ver y que tenían entradas sacadas desde antes de la pandemia. Era gente que había viajado desde Perú, Ecuador, Costa Rica y Estados Unidos para vernos, además de la gran grilla que había en el festival”, contó Juan.
“Cuando estábamos en el hotel nos avisan que se suspendía el festival y fue un bajón porque había mucha gente que había vendido sus autos para comprar mercadería para venderla en el festival y nos pareció una buena oportunidad para regalarle un recital a la gente. Se movieron las fichas reglamentarias y en 24 horas armamos un show para 5 mil personas, donde hubo personas que se quedaron afuera y nos terminaron viendo desde unos cerros”, cerró.