El escenario de la música mendocina es variado y particular. Existen centenares de artistas talentosos que buscan tener un espacio bajo el reflector; y otros que dedican su vida y obra a otros rubros dentro de este arte tan humano y ancestral.
En la actualidad hay muchos de renombre que están triunfando dentro y fuera de la provincia; y Joaquín Guevara es uno de ellos. Nacido en Ciudad pero criado en Godoy Cruz, se formó en la música desde muy chico y participó en varios proyectos mendocinos.
Entre sus logros más relevantes, se destaca su participación en el Tiny Desk de Paco Amoroso y Catriel; dos cantautores argentinos que están domando la escena musical actual. Tiene una gran importancia ya que Tiny Desk, es uno de los conciertos privados virtuales más vistos en redes sociales, transmitido desde Estados Unidos y por el cual han pasado artistas de alto nivel como Dua Lipa, Sam Smith o Alicia Keys.
Encontrar un pedacito de Mendoza en el programa más icónico del momento es algo digno de celebrar. Pero no solo eso; Joaquín también ha trabajado codo a codo con grandes músicos provenientes de distintos géneros; como Ciro Martínez o Nathy Peluso; y actualmente es bajista de la banda local Usted Señálemelo.
En un mano a mano con Los Andes, Joaquín nos cuenta sobre sus inicios y cómo es la labor de realizar los arreglos musicales claves de esas canciones que escuchamos en la radio, en el gimnasio, o en un café; además de relatar en detalle la experiencia de conocer y trabajar con la dupla de Paco Amoroso y Catriel.
Un artista mendocino con trayectoria internacional
- ¿Cómo empezaste en el mundo de la música? ¿Dónde te formaste?
Yo nací en el centro, me crie en Godoy Cruz, viví en Ugarteche, he estado por todo Mendoza. Hace poco me di cuenta que mi primer acercamiento a la música fue a través de la danza. Arranqué a los 5 años a bailar folklore, a los 8 entré al Colegio Niños Cantores, a los 9 me sumé al coro y como a los 11 empecé a tocar la guitarra oficialmente. Pero la danza cumplió un papel fundamental en mi formación porque durante todos esos años de aprendizaje yo nunca dejé de bailar. Recién a los 19 dejé porque se me pusieron las dos cosas para hacer de manera profesional y tuve que elegir; no me daba el cuerpo ni el tiempo y me terminé volcando hacia la música.
Yo me acuerdo una vez cuando tenía 6 o 7 años que me miré los pies y me dije a mi mismo “a ver chabon, probá hacer un zapateo con los pies, y hacé lo mismo con las manos en el bombo”, porque en mi cabeza pensaba que si lo podía hacer con los pies, también podía replicar ese sonido con otra cosa. Lo mismo me pasó años después con la guitarra que a la hora de tocar, lo mío era más la memoria rítmica, corporal, y por eso te digo que hace poco llegué a la conclusión de la danza. Siempre fui curioso para tocar, nunca me quedé quieto en lo mismo.
- ¿Con qué seguiste después del colegio?
Me metí a estudiar guitarra clásica en la Universidad Nacional de Cuyo; pero ahí fue cuando empecé a revelarme cada vez más. Cuando me dijeron cómo tenía que sentir la música no me sentí muy cómodo y también se me empezaron a mezclar los mundos; en aquella época estaba el tema de las etiquetas: o haces esto o haces aquello, no ambas cosas. Estaba mal visto tocar géneros varios y el tema es que yo nunca paré, yo tocaba música clásica, rock, salsa, folklore.
Entonces pasó que entré a la facultad con 18/19 años, con una muy buena formación de base de los Niños Cantores y arranqué a laburar acompañando a cantantes. Es re loco como la parte del mundo clásico me menospreciaba porque tocaba música popular, y el mundo popular me “bardeaba” por ser un “clasiquito”, porque yo tocaba folklore como guitarrista clásico. Nunca me gustó el músico elitista, ese que clasifica lo que es música buena y música mala.
Algo parecido me pasa hoy en día. Jose, mi hija, con 3 o 4 años venía y me ponía un reguetón de moda y medio que no me quedaba otra, lo tenía que escuchar, y me fui desprejuiciando y empecé a encontrar cosas hermosas de la música que toda mi vida critiqué.
- ¿En qué consiste el trabajo de hacer arreglos musicales y de acompañar artistas?
Básicamente es cuando un cantante o banda te contrata y te dice “quiero que toques esto” o “esta es la tonalidad, acompañame”. A eso se le llama músico sesionista, y por ejemplo con los únicos que estoy fijo es con los chicos de Usted Señálemelo como bajista. Me ha pasado de sesionar para cinco bandas distintas en un mismo festival; por poco no me pongo una carpa ahí. Pero esa dinámica con el tiempo fue cambiando.
Ser arreglador es algo distinto y es en lo que me estoy enfocando más ahora, particularmente en canciones puntuales de discos. Es estar yo solo sin nadie, con mi computadora, un piano y una guitarra, y hacer un trabajo de laboratorio realmente. Lo que hago es agarrar una canción que me mandan, que puede o no tener la instrumentación definitiva (por ejemplo la banda tocando o el cantante arriba), y lo que tengo que hacer es montar por encima una orquesta, que puede ser un cuarteto de cuerdas, vientos, ahí varía según el pedido.
- ¿Cómo fue participar del Tiny Desk de Paco Amoroso y Catriel en Estados Unidos?
Eso fue fabuloso. Si bien yo no viajé, desde acá mandé los arreglos y después los tocó otra gente. Igual fue todo una locura porque fue demasiado rápido para mi gusto. Necesitaban ayuda con algunos sonidos, pulir algunos temas, elementos claves para que la presentación se oyera excelente; y entonces me llamó Cruz, quien trabaja mucho con el procesamiento vocal en shows en vivo, y me pidió una mano con eso.
Me llamó un domingo cuando yo estaba en Colombia con los de Usted Señálemelo y el Tiny Desk era el jueves; así que arranqué en el avión de vuelta, llegué el martes a mi casa y le metí para entregar algo que estuviese bueno. Me importaba más que la música argentina se posicione a ese nivel internacional y cuando me llamaron dije sí de una, no habíamos arreglado plata ni nada.
Además me gusta mucho el proyecto de los chicos. Nos conocimos cuando ellos vinieron a Mendoza en octubre y fue muy loco todo porque lo del Tiny Desk fue mucho antes, en septiembre. La verdad ellos unos copados, me reconocieron y se acercaron a saludarme y agradecerme por el laburo.
- ¿Por qué seguís apostando por la música mendocina habiendo trabajado con tantos artistas de renombre de acá y de afuera?
Soy un gran defensor de que en Mendoza, también en Cuyo pero sobre todo en Mendoza, el discurso musical es distinto; no solo dentro de lo que es el folklore cuyano sino en todo. Pasa con el rock, con el tango. Es algo que siempre lo sentí y yo siempre digo que mi sueño es que la música de la provincia se destaque. Es verdad que este año he estado más en Buenos Aires que acá, pero es la posibilidad que tiene mi laburo de poder trabajar desde cualquier lado.
- ¿Cómo ves el panorama de la música actual en la provincia? Los nuevos artistas emergentes, los géneros mixtos, las puestas en escena...
Siempre hay cosas increíbles; proyectos que hemos visto nacer y ahora están tocando en festivales súper masivos. Me pasó con los de Usted Señálemelo, que me tocó vivir esta última etapa de cerca y cuando tocas en uno de esos eventos realmente decís “wow”. Lo mismo lo sentí con los chicos de Gauchito Club, Pasado Verde, con todos ellos trabajé.
Entonces es hermoso ir viendo como crece, como no se apaga; aunque también es un poco triste ver que no hay tantos lugares ya que siempre es o todo o nada. Siento que siempre hay una movida que se está por activar y nunca explota con la música mendocina. Verdaderamente no tenemos nada que envidiarle a Buenos Aires más que ser la capital del país. Pero no es que allá hay más o mejores músicos que acá. Es más, hasta a veces siento que si comparamos la cantidad de gente que hay en ambas provincias demográficamente, y comparamos la cantidad de músicos, de buenos artistas y buenos proyectos, la realidad es que somos mayoría si es por porcentaje.
- ¿En qué proyectos estás trabajando actualmente?
Mirá hace poco trabajé en el último disco de Nathy Peluso “Grasa”; hice los arreglos para una canción que se llama “Remedio”. También hice arreglos para los chicos de Morat y trabajé en un disco nuevo que va a lanzar Cazzu dentro de poco. Me pasa mucho con mi laburo que capaz el disco o la canción salió hace poco pero yo los arreglos los hice hace un año o más; entonces para el público son nuevos pero para mi, que estoy del otro, lado no.
Actualmente tengo un proyecto personal con Juli, mi pareja y mamá de mi hija. Tenemos un dueto desde que estamos juntos y hemos tocado en todos lados, hasta en el CCK de Buenos Aires. Justamente dentro de poco vamos a presentarnos con Jose y Juli en un concierto familiar en el CCK, en la Ballena Azul. Estoy intentando darle lugar a lo propio también y apostar por eso; porque también formo parte de esta movida mendocina de la que hablaba; y sé que si no existe el espacio, lo tenemos que generar entre colegas.