Hace pocos días la radio mendocina perdió a uno de sus puntales y cientos de oyentes quedaron sin la compañía sabatina de “Sonidos en movimiento”, el programa que Jacinto Castro lanzó al éter en 1976.
Su medio fue radio Nihuil, el horario de cero horas a las 4 “y un poquitito más”, con la inconfundible (y eterna) canción de cortina. En los hogares de Mendoza y en otros de latitudes lejanas, los fieles seguidores no sólo lo escuchaban con atención, sino que lo llamaban por teléfono cuando el ciclo salía en vivo. No pocos trabaron lazos de amistad perdurable.
Esa afinidad entre el locutor-cronista con los seguidores tuvo momentos de emoción en las últimas jornadas: primero fue en la despedida de los restos en el Parque de Descanso de Guaymallén, sitio al que llegaron muchos de los admiradores del conductor de “Sonidos…” y también el jueves pasado en la Legislatura Provincial. En ese recinto, la esposa, Isabel Navarro, y los tres hijos, Matías, Francisco y Mariano, recibieron la Distinción Legislativa General José de San Martín, otorgada post mortem a Castro en el rubro Servicio a la Comunidad.
Jacinto no supo nunca que se había hecho acreedor al reconocimiento. Cuando personal de Ceremonial de la Casa de las Leyes se comunicó con la familia para informarle que iba a recibir el premio, el colega estaba en terapia intensiva y pocas horas después se producía su deceso. Sí se había notificado que estaba nominado antes de enfermarse.
El acto legislativo fue una valoración de su incansable tarea en los medios audiovisuales y de su militancia por la cultura y la solidaridad.
Su inconfundible voz y el buen gusto para armar la lista de temas musicales le otorgaban un toque especial a su programa.
Comenzó a trabajar en Buenos Aires, estuvo en medios gráficos, como La Razón, y el Canal 9 porteño. Cuando volvió a Mendoza entró a Canal 7, en un memorable ciclo que conducía Ambrosio García Lao. Al tiempo comenzó a experimentar en la radio, creando y produciendo programas en Nihuil, Libertador y LV 10. Trabajó con todos los grandes locutores de los últimos tiempos.
La etapa militar del gobierno de facto lo proscribió y fue entonces cuando se le ocurrió “Sonidos…”: la orden era pasar música, hacer comentarios circunstanciales, nada de política y economía.
Hubo dos etapas, una de gestión en vivo que duró mucho tiempo y otra grabada, en los estudios de la emisora y luego en el “búnker” de su hogar, con la ayuda de operadores de radio, Daniel Reboredo el más asiduo en esa tarea.
Habría que investigar si hubo otros programas de radio que motivaron tanto a la gente, al punto que sus “fans” organizaron durante años unas reuniones gastronómicas y de audiciones musicales en su honor, un sábado de noviembre, en las instalaciones del club YPF de Godoy Cruz. Se juntaban 200 o 300 familias de distintos lugares. Que sepamos, no hubo otro conductor radial que motivara convocatorias de ese tipo.
Las letras no le fueron ajenas y escribió cuatro libros, uno de los cuales, “Sonidologías”, de 2015, transmite vivencias, breves historias y experiencias propias, cuestión que si los recuerdos intentaran desvanecerse, pudieran recuperar el aliento en esas páginas. Otra entrega fue “Entre medios”, en 2018.
Así lo recuerdan amigos y colegas
Ariel Robert, periodista: “Quienes lo conocimos vamos a coincidir. Imposible de rotular en sólo una de las disciplinas del periodismo a Jacinto Castro y tampoco sería exacto recordarlo sólo como tal. Además de haber integrado el equipo periodístico de ‘Informado’, de Canal 7, y haber ocupado Léxicon 80 en redacciones, fue un ‘productor’, un hacedor de medios. Comparable con un pintor costumbrista, supo ilustrar lo que ocurría en Mendoza, sin prescindir del conocimiento histórico y evitando la tentación del estrellato. Cada trasnoche de domingo se las ingeniaba para tomar contacto con miles de oyentes…creaba una comunidad de lazos cuando la existencia de las redes sociales no estaban aún ni en el imaginario de Marshall McLuhan. Condujo espacios televisivos y fue vanguardista al crear otros, como fue el caso de ‘Habitar’. Capítulo aparte merece su relación con el automovilismo. La Fórmula 1 en televisión y el análisis preciso no le impidieron ser el responsable en comunicaciones del Automóvil Club Argentino”.
Domingo Catania (81), médico cirujano: “Fuimos amigos entrañables, con alcance a nuestras respectivas familias. La relación surgió por la militancia de ambos en el Rotary Club, más precisamente en el de Godoy Cruz. Por supuesto que también integré los admiradores de ‘Sonidos…’, pero el hecho de haber compartido trabajo e ideales en la entidad de servicio, nos acercó para siempre”.
Guido Tomellini (77), licenciado en Química Industrial: “Yo lo seguía desde los tiempos de calle Echeverría (exsede de Nihuil). No sólo lo escuchaba en el dial sino que iba al auditorio a hacer acto de presencia durante la transmisión. Modestamente tengo que decir que, junto con otros ‘devotos’, fui uno de los organizadores de los encuentros en el Club YPF, que reunían a muchas familias. Cuando viajaba, por mi trabajo en la CNEA, me llevaba grabados algunos de sus programas”.
Oyente anónima: “No lo conocí, pero me acompañó con su programa durante mis estudios universitarios. Como estaba casada, trabajaba y había que atender la casa, estudiaba de noche. De fondo sonaba la música que Jacinto ponía al aire, que no me impedía concentrarme en la lectura de los apuntes. El clima era especial, te llegaba al alma”.
María Eugenia Buttini, licenciada en Comunicación Social: “Hubo una etapa, en los ‘90, en la que colaboré con él participando en ‘Sonidos…’ con un microprograma que yo hacía por entonces, que se llamaba ‘Volver a la Naturaleza’. Eran comentarios sobre plantas, cultivos y otros aspectos de la vida rural. El espacio, a veces de hasta una hora, tenía mucha respuesta de la audiencia e inclusive algunos, hombres y mujeres, me llamaban al otro día a mi casa para ampliar determinados temas”.
José Félix Suárez, periodista deportivo: “Recuerdo su tarea de años en el área de prensa del Automóvil Club Mendoza, bajo la presidencia de Antonio Díaz Constantini. Siempre atento a cualquier consulta y a colaborar con las notas que proponíamos. Con el tiempo, esa relación laboral se convirtió en amistad”.
Melodía y silbido inolvidables
La recordada melodía que se escuchaba en el programa, la cortina musical, pertenece a la canción “The extranger” (el extranjero) del álbum del mismo nombre, creación del compositor y cantante norteamericano Billy Joel (73). Es el comienzo y el final de esa pieza. Producida en 1977, el baladista se hizo acreedor a dos premios Grammy. Jacinto seleccionó la composición después de escuchar cientos de canciones. Fue otro de sus aciertos.