“Willy Magia” hizo, hasta el momento, el mejor acto de magia en todo Got Talent Argentina. Con su truco, el mago tocó el corazón de todos los argentinos al poner sobre el escenario la Copa del Mundo, y como nadie puede levantarla, salvo un campeón mundial, el participante hizo aparecer, nada más y nada menos que, a Ubaldo “Pato” Fillol para terminar el mini show que montó.
Cuando vieron aparecer al mítico arquero, ganador del Mundial 78, el jurado se volvió loco, al igual que la tribuna. Abel Pintos saltó de la silla y se agarraba la cabeza, sin poder creer lo que veía. Lizy estaba igual de impactada y emocionada por tener al campeón delante de ella.
Pese a la espectacularidad de su show, Willy no pasó de etapa y nos dejó a casi todos los argentinos con ganas de saber qué hubiese preparado para una futura presentación. El jurado optó por elegir a una pareja que bailó salsa.
Cómo fue el truco de Willy Magia
El mago llegó con al piso con figuritas de futbolistas y una libreta de “deseos populares”. Su discurso empezó con la pasión y el fútbol, y lo primero que hizo fue hacer aparecer una pelota. Después les dio las figuritas al jurado y Emir, le hizo elegir una, sin mirar.
El coreógrafo sacó una figurita de la bolsa transparente y se la dio al mago, que se fue al escenario. sobre un atril había una caja de vidrio. El mago mostró “las cámaras de seguridad de la FIFA”, en el momento exacto en el que desaparecía la Copa.
En la caja de vidrio, en la que no había nada hasta hace tres segundos, ahora estaba ella, la más preciada. La que levantó Messi, el 18 de diciembre. Willy hizo que Lizy y Emir intentaran levantar la copa, pero no pudieron. Eso sólo lo puede hacer un campeón mundial.
En ese momento, el mago reveló que la figurita que eligió Emir era del Pato Fillol. Con una exótica máquina que le acercó un asistente, el mago hizo aparecer, de la manera más espectacular posible, al arquero de la Selección. Después de la ovación, el ex jugador se acercó al atril y pudo levantar la copa con absoluta facilidad.
Un momento de alegría y genuina admiración se vivió en el estudio. Una copa y un campeón no se ven todos los días.