Chileno adoptado como mendocino, formado en la Universidad Nacional de Cuyo, actor de cine y teatro, papá. Esta sería una descripción adecuada pero escueta de Francisco Carrasco, gran profesional de las artes dramáticas que hoy ocupa un rol emblemático en una de las radios más escuchadas de la provincia.
Carrasco es el nuevo humorista que le da color a las mañanas de “Primeras Voces”, uno de los programas más populares de Radio Nihuil, luego de que Rodrigo Galdeano anunciara su partida del multimedio a principios de ese año.
Con un aire fresco y creativo y estrenando su última película “Simón de la Montaña”, donde actuó como papá de “La Colo”, Carrasco llegó a Nihuil en marzo para sumar su propuesta y adherirse a la cuota de humor del programa.
En una entrevista con Los Andes, el actor cuenta cómo fue la experiencia de ocupar un lugar tan trascendental, cómo construye sus personajes y qué diferencia siente entre el micrófono y el escenario.
Un actor de pura cepa
- ¿Cómo te sentís ante el desafío de reemplazar a Galdeano en Radio Nihuil?
La verdad que Galdeano ha dejado la vara muy alta. Él es un humorista de la hostia, me parece alguien muy copado en lo que hace. Sin embargo nunca lo sentí como un reemplazo porque somos dos personas distintas; yo soy actor y últimamente he hecho mucho cine y teatro; así que esta es una experiencia nueva para mi que estoy disfrutando mucho; tengo muy buenos compañeros que me acompañan en el proceso.
Obviamente que es un privilegio estar detrás de una radio con tanto prestigio; pero nunca lo sentí como un reemplazo porque no me gusta usar esa palabra y tampoco es la energía con la que lo quiero vivir. Me lo tomé con bastante tranquilidad y aparte ya hice radio antes por muchos años, así que estoy en algo que conozco.
- ¿Cómo construís tus personajes? ¿De dónde te surgen las ideas?
Soy una caja de Pandora la verdad, estoy todo el tiempo metiendo y haciendo cosas. Tengo un grupo de WhatsApp de humor conmigo mismo en donde voy anotando ideas que surgen a partir de cosas que veo en la calle en el día a día. Yo hago mucho humor de la contingencia social; veo muchos diarios y noticieros para saber lo que pasa. Tengo que estar muy informado porque el humor en radio, o por lo menos lo que a mi me funciona, es el humor social, lo que la gente vive a diario, entonces tenés que estar informado de política, economía para hacer no se, un abuelo peronista que sufre por el dólar o se preocupa por los medicamentos o simplemente está buscando una novia.
- ¿Cómo es la diferencia de pasar a hacer una función por semana y que la gente te conozca ahí a estar todos los días en la radio?
Son ámbitos totalmente distintos. Son pequeñas funciones digo yo, porque el humor en radio tiene eso de ser súper vertiginoso por el tiempo que tenés; no tenés mucho margen para clavarla al ángulo. O va al ángulo o va cerca, porque tiene que ser efectivo.
En cambio el teatro es distinto. Yo particularmente soy un bicho de teatro, hago obras desde los 5 años y hoy tengo 45; nunca paré. Últimamente he hecho obras en teatros grandes como el Plaza, el Selectro, el Mendoza, entre otros. Entonces el desafío también es distinto ahora, porque tengo que sacar los personajes de la radio y ponerles rostro, ropa, toda una imagen sobre el escenario y eso a la gente le gusta.
- ¿Te pasa que la gente se sorprende cuando le pone cara a tu voz?
Sí, igual tengo que la suerte de que por el laburo, el teatro las pelis, y al ser pelirrojo, la gente por ahí me reconoce más o se acuerda de mi cara.
- ¿Qué es lo que te llamó la atención del mundo de la actuación por primera vez?
Wow, mmm... Yo siempre digo que el teatro me buscó a mi, no yo a él. Siempre tuve como ese romanticismo con mi profesión. Nosotros vivíamos en el norte de Chile, éramos una familia muy humilde, y por un tío se dio la oportunidad de ir a un club de teatro de chico y fue como ver la luz; encontrar una llave mágica que me permitió ver universos de colores fantásticos. Yo soy hijo único, así que el tema de la creatividad siempre lo tuve a flor de piel.
Me encontré a los 5 años en una primera obra; no sabía ni leer así que mi mamá me leía los textos y yo me los aprendía y ahí empezó el camino, nunca paré. A los 9 años me fui a vivir a Santiago, seguí en la secundaria haciendo teatro. Después empecé a viajar con permiso notarial de los padres a Paraguay, Brasil, Argentina a distintos festivales y en el año 97 me quedé atrapado por la nieve de este lado y vi la veta de estudiar en la UNCUYO la Licenciatura en Arte Dramático.
“Yo soy un actor que hace de humorista. Si vos me decís “contate un chiste” yo la verdad ni me acuerdo uno. Los actúo ahí, los busco y los tengo. Sería un poco como acortar mi persona, siempre pienso que mi carrera es versatilidad. La verdad que no me gusta pensarme como humorista porque siento que de alguna forma podría anclarme a un solo lugar”, detalló el actor.
- ¿Cuál crees que fue el hito más importante de tu carrera?
Mi hija, sin dudas. No podría decir igual una sola cosa. Protagonicé películas increíbles, Road July que fue mi primer film y todo el impacto que tuvo, haber hecho temporada en el Teatro Nacional Cervantes en la sala mayor con un elenco mendocino durante 4 meses fu muy loco también, Dirigir Vendimia también fue hermoso. No se, siempre siento que lo mejor está por venir, que es un camino que va hacia algún lugar y creo que el hito mayor es tener la constancia; de ser artista, de poder vivir de mi profesión en acá, y en Latinoamérica. Miro para atrás, veo lo que he hecho y digo “wow, vas bien loco, vas bien”.
