Formas de escapar

El prefijo “ex” significa “ir afuera”. El escape, en todas sus formas, se manifiesta en numerosas expresiones de nuestra lengua.

Formas de escapar
Atrápame si puedes, película de Steven Spielberg, con Leonardo Di Caprio.

Todos vivimos situaciones de las que queremos hacernos a un lado, por diferentes razones. ¿Cómo lo manifestamos en el vocabulario cotidiano?

Los más jóvenes usan el verbo ‘zafar’. Si buscamos sus valores significativos, encontramos que proviene del árabe, idioma en que equivalía a “quitar”; eso explica que en nuestro país y en otros lugares de Latinoamérica, se use coloquialmente como “desentenderse, librarse de un compromiso o de una obligación: “Afortunadamente, pude zafar de concurrir a ese encuentro desagradable”.

Si lo usamos con valor pronominal, como ‘zafarse’, tomará el sentido de “escaparse o esconderse para evitar un encuentro o riesgo”: “Es tan hábil que pudo zafarse de esa acusación tan comprometedora”.

Siempre coloquialmente, puede usarse ‘escaquearse’, que también es sinónimo de “eludir una tarea u obligación en común”: “Los dos pudieron escaquearse con suma habilidad”.

Otro verbo buscado para estas situaciones es ‘escabullirse’. Este vocablo es de raigambre clásica, ya que se origina en el latín vulgar ‘excapulare’, que se traducía como “desatar”; hoy, su valor es, dicho de una persona, “apartarse, sin que se advierta, de la compañía en que estaba”: “Alabo la habilidad que tiene Pedro para escabullirse en los momentos más difíciles”.

¿Y cuál es el significado de ‘escurrirse’ en una oración como “Desvié la vista y, cuando volví a mirar, los rateros se habían escurrido”? El verbo ‘escurrir’, que denotativamente equivale a “deslizarse, correr una cosa por encima de otra”, tiene, en el ejemplo dado, el valor connotativo de “salir huyendo, esquivar algún riesgo o dificultad”.

Algo similar sucede con ‘esfumarse’: este término, en pintura, significa “rebajar los tonos de una composición, logrando cierto aspecto de vaguedad y lejanía”; pero, metafóricamente, equivale a “disiparse, desaparecer”: “Cuando quiso defenderse, se dio cuenta de que el agresor se había esfumado”. Por este valor, es sinónimo de ‘evaporarse’: “Los chicos se evaporaron por la puerta de atrás”.

El verbo típico para referirse a la acción de salir de un lugar como fugitivo es ‘huir’; el concepto acuñado en este término es “alejarse deprisa, por miedo o por otro motivo, de personas, animales o cosas, para evitar un daño, disgusto o molestia”: “Salió huyendo de ese sitio para que no descubrieran el ilícito”.

Pero este verbo también puede referirse al tiempo que pasa velozmente; aquí cabe recordar las palabras de Virgilio en las Geórgicas: “Sed fugit interea, fugit irreparabile tempus” (“Pero entretanto huye, huye irreparablemente el tiempo”). Muy cercano a ‘huir’ es ‘fugarse’, con idéntico valor significativo: “Se fugaron sin que nadie lo advirtiera”.

Con frecuencia, escuchamos hablar de ‘evasión fiscal’ o leemos que tal o cual persona respondió un interrogatorio con ‘evasivas’: ¿qué valor tienen esos términos? Tanto uno como el otro nos remiten a ‘evadir’, verbo con varios significados; en primer lugar, significa “evitar un daño o peligro”: “Gracias a la hábil intervención de los bomberos, pudieron evadir el fuego que destruyó parte del edificio”. También, equivale a “eludir con arte o astucia una dificultad prevista”: “Escuché los consejos de ese asesor y logré evadir tremendo ajuste”.

Se aplica también ‘evadir’ para indicar que se saca ilegalmente de un país, dinero u otro tipo de bienes: “Evadió los controles impositivos y ya tiene todos sus ahorros fuera de la Argentina”.

Pero, además, ‘evadir’, como pronominal, es “fugarse”: “Esos peligrosos presos se evadieron del penal”. También, ‘evadirse’ es sinónimo de “desentenderse de cualquier preocupación o inquietud”: “Cuando estoy muy cansada o triste, me evado leyendo, escribiendo o escuchando buena música”.

Sinónimo resulta ‘esquivar’, que puede significar tanto “rehusar” como “retraerse, retirarse”: “No asume el compromiso, trata de esquivarlo”. En ese sentido, se ha acuñado la expresión ‘esquivar/escurrir/huir el bulto’, que la Real Academia Española define como expresión coloquial, igual a “eludir un trabajo, riesgo o compromiso”: “Sea valiente y responsable, deje de esquivar el bulto”.

En nuestra búsqueda de términos que dan idea de huida, nos encontramos con ‘ahuyentar’: en su primera acepción, este verbo equivale a “hacer huir a una persona o animal, espantar”. Lo vemos en “El ruido intenso ahuyentó a la fiera que acechaba”. Su segundo valor es “desechar o apartar cualquier pasión, afecto u otra cosa que moleste o aflija”: “Las exigencias de la joven ahuyentaron el amor de Benito”. Y el tercer valor, que nos acerca a la idea de escape, es su uso como pronominal, como “alejarse huyendo”.

Un vocablo de uso coloquial da la misma idea: se trata de ‘pirarse’. Su significado es el de “fugarse, esfumarse, irse” y se usa, en ese sentido, la forma ‘pirárselas’: “Sea prudente, no sea que el preso vaya a pirárselas”.

Con la idea de abandono, aparece el verbo ‘desertar’ que, si se refiere a un soldado, significa “abandonar sus banderas”: “Lo castigaron porque desertó y no podía permanecer impune”. Pero también ‘desertar’ equivale a “abandonar las obligaciones o los ideales, desistir”: “Desilusionada, he desertado de mis modelos juveniles”.

El hiperónimo de todos estos términos resulta el verbo ‘escapar’: su etimología latina nos remite al prefijo “ex-”, cuyo valor es “hacia fuera”; luego, el sustantivo “cappa”, “capucha que se colocaba en la cabeza”.

De este modo, ‘escapar’ encierra la idea de “huir dejando la capa atrás”. De ahí, ‘escapar’ es “salir de un peligro o encierro, físico o no”: “Escapar de una persecución”, “escapar de la prisión”. Por ende, ‘escaparse’ es “huir, salir”: “Me escapé de ese lugar siniestro”.

Hay una locución coloquial que se ha armado con este verbo, en torno a la idea de evasión; ella es ‘escapar/escaparse (alguien) por la tangente’. Se define como “valerse de un subterfugio o evasiva para salir hábilmente de un apuro”: “Sea concreto para responder, no se escape por la tangente”.

Un refrán en desuso con contenido relacionado con esta temática resulta “Huir del fuego para caer en las brasas”, especie de advertencia para que, por escapar de un mal pasajero, no se vaya a caer en otro mayor.

De similar contenido es la paremia incluida por la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes en su página: “No puede el hombre huir su ventura, ni blanda ni dura”.

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