La Filarmónica de Mendoza se viste de gala para despedir el 2024 con un emotivo Concierto de Fin de Año. Promete ser un encuentro inolvidable entre el arte, la música y el espíritu festivo que caracteriza esta época de celebraciones. Será este viernes 20, a las 21, en el Teatro Independencia. Las entradas costarán $2.500 y pueden adquirirse en www.entradaweb.com o en la boletería del teatro (Chile y Espejo, Ciudad).
Bajo la batuta del maestro Pablo Herrero Pondal, la Filarmónica desplegará un exquisito programa que recorre grandes joyas del repertorio clásico, en homenaje a los genios que han marcado la historia de la música.
La velada comenzará con la majestuosa “Polonesa” de Eugenio Onegin, de Piotr Ilich Tchaikovski, una obra vibrante y solemne que refleja la riqueza melódica y emocional del gran compositor ruso.
Desde Italia, Gioacchino Rossini, conocido como el “maestro de las oberturas”, nos regalará la energía y el ingenio de su Obertura de “La Cenicienta”. Sus melodías chispeantes, llenas de dinamismo, evocan la alegría y la magia de los cuentos de hadas con su característico estilo lleno de vitalidad.
La música nos transportará luego a Escocia con la sublime Obertura “La Gruta de Fingal”, Op. 26, de Félix Mendelssohn, donde el paisaje natural cobra vida a través de sonoridades etéreas y misteriosas.
El espíritu ruso regresará con fuerza en “La Gran Pascua Rusa”, de Nikolái Rimsky-Kórsakov, un brillante homenaje a las festividades ortodoxas.
La atmósfera se transformará con la serenidad de “Morningstimmung” de la Suite “Peer Gynt”, Op. 46 de Edvard Grieg. Inspirada en los paisajes de su Noruega natal, esta obra refleja la belleza del amanecer y la pureza de la naturaleza, convirtiéndose en un canto a la esperanza y la calma.
El romanticismo francés llegará con la delicadeza de Charles Gounod y el ballet de la ópera “Fausto”, una danza etérea en tiempo de vals que irradia refinamiento y dulzura, típica de las obras del siglo XIX.
El programa avanzará con dos de las más queridas obras del “Rey del Vals”, Johann Strauss (hijo): la Obertura de “El Murciélago” y el célebre vals “El Danubio azul”. Estas piezas, mundialmente reconocidas, evocan la elegancia vienesa y son símbolo del espíritu festivo de fin de año, donde la música invita a soñar y a celebrar la vida.
A continuación, la interpretación de Johannes Brahms nos sorprenderá con su enérgica Danza Húngara Nº 5, y el clímax llegará con la festiva “Marcha Radetzky” de Johann Strauss padre, y el “Vals de las flores” de “El Cascanueces” de Tchaikovski.