“Gran Hermano” vino a sacudir la modorra de la televisión. En épocas en donde los que saben aseguraban que “la gente ya no ve tele”, el reality más famoso del mundo llegó para revolucionar el 2022 desde varios puntos de vista.
Con la conducción de Santiago del Moro en las galas y los debates, “Gran Hermano” se ha convertido en lo más visto de los últimos tiempos. Mientras que la plataforma Pluto Tv (con un canal exclusivo para ver “GH” las 24 horas), alcanzó récords de descargas y se convirtió, por algunos días, en la app más bajada en Argentina.
QUÉ ES EL RATING Y CÓMO SE MIDE
Es necesaria esta aclaración para seguir hablando sobre el Efecto “GH” en la televisión argentina. El rating es la cifra que te dice cuántas personas están viendo un programa.
¿Cómo se mide? Primero se toma una muestra representativa de una ciudad. Después, en los hogares elegidos se coloca un “aparatito” que mide lo que se ve en esa casa (y en algunos casos se mide qué ve cada integrante, con un dispositivo para cada uno de los que vivan ahí).
Lejos de la creencia popular de que uno prende el televisor y le da rating a ese canal o programa, uno tiene que haber sido contactado previamente para recibir el equipo correspondiente. Pero también se puede hacer mediante una llamada telefónica, por medio de la cual te preguntan qué estás viendo.
Un punto de rating representa el 1% del target elegido. Por ejemplo, en Capital Federal y Gran Buenos Aires, según las últimas cifras había un total de 3.070.600 hogares, por lo tanto, un punto de rating equivale a 30.706 (datos del 2020).
GRAN HERMANO Y LA CACHETADA A LA MODORRA TELEVISIVA
Las plataformas de streaming vinieron para quedarse y destronar a la televisión tal como la conocimos. Tu programa favorito lo daban en tal canal, los martes a las ocho de la noche. Si te lo perdías, chau. Podías recurrir a un refrito de la semana, pero ya no era lo mismo.
Desde la llegada de las plataformas de streaming y el on demand, tenemos la libertad de ver lo que queremos, cuando queremos, y con las posibilidades que dan los dispositivos electrónicos, dónde queremos. ¿Están pasando un partido y vas en el micro de vuelta para tu casa? Celular, auriculares y plataforma.
La televisión se resignificó y va con vos a todos lados. Claro que la tele que conocemos ahora. La otra, sigue en casa. Los que saben aseguraban que “el vivo” es lo que mantenía viva, valga la redundancia, a la televisión. Pero ahora hasta eso cambió.
Desde que arrancó el reality, el 17 de octubre, el rating de “Gran Hermano” se mantiene. El día de su debut, llegó a picos de 23 puntos (si no me equivoco son más de 700 mil hogares) y sigue por ahí. Gala a gala, el rating está entre los 20, 21 y, como muy bajo, 19 puntos.
Lo curioso es que el reality tuvo un efecto cascada y subió los números de sus programas amigos. En Telefe, “A la Barbarossa” alcanzó los 6 puntos, mientras que “Ariel en su salsa” subió a 7 y “Cortá por Lozano” llegó a 8.
En el caso de América, y porque habría un convenio con Quarzo, la productora de Guido Kaczka -que está detrás de “Gran Hermano-, el día que Tomás Holder (el primer eliminado) visitó a Ángel de Brito en “LAM” el programa alcanzó, y pasó, los 5 puntos.
¿Por qué? ¿Qué es lo que cautivó a los televidentes, que hasta hace dos días antes del estreno juraban que no iban a ver el reality? Eso amerita un análisis más profundo, pero vamos por la opción más obvia: los participantes.
GRAN HERMANO Y EL CASTING DE LA POLÉMICA
En épocas de libertades y disidencias, la mayoría de nosotros esperaba encontrarse con una casa con muchas expresiones y diversidad. Pero no: la heteronorma y la hegemonía de los cuerpos perfectos se apoderó del alma de los encargados de seleccionar a los participantes y pensaron, en el caso de las chicas, en convertir el reality en una pasarela de Victoria’s Secret.
Todas son (y presumen ellas mismas de ser) lindas, divinas y con cuerpos muy, pero muy, alejados de la realidad. Una de las chicas, a dos semanas de haber entrado a la casa, sigue con sus kilométricas pestañas postizas puestas y sus uñas larguísimas. Julieta “Disney” está preocupada por la foto de la placa y si sale linda en la tele.
En el caso de los varones, todos son blancos, heterosexuales y, si no delgados, musculosos.
Los únicos que salen de la norma son Alfa, con sus 60 años y sus jardineras; Thiago, el pobre que cartonea para mantener a su familia, y María Laura, que es lesbiana y tiene un cuerpo real.
En cualquier caso, la casa más famosa del país, además de su derroche de metros cuadrados, es un derroche de estereotipos nocivos para la gente.
Pero dejando de lado lo físico, lo que más polémica causó fue la postura de algunos participantes sobre ciertos temas. Martina Stewart Usher, al momento de presentarse, dijo que le daba “asquito” la bisexualidad y, no contenta con eso, agregó: “Rari... para analizar”. Fue tan retrógrada su opinión que hasta Wanda Nara salió a escracharla.
Tomás Holder se presentó en su video como un “tincho, homofóbico y facho”. Después aclaró que se trató del personaje que él hace en las redes sociales y que “tanto le gusta” a sus seguidores. Parece que no gustaba tanto igual, porque así como entró salió. Holder, y sus músculos, fueron los primeros eliminados de la casa.
Otra que generó revuelo fue Julieta Poggio. Yanina Latorre fue una de las primeras en señalar que la chica es famosa. Resulta que Julieta, a sus 20 años, ya tiene una extensa carrera en cine y televisión. En los últimos días, la “milipili” de la casa se convirtió en meme y se ganó el cariño del público con su hashtag “fuera las malas vibras” y su ingenuidad y ternura.
LA PARADOJA DEL TIEMPO Y LOS PARTICIPANTES MENOS ANSIOSOS (OJALÁ SE ENTIENDA LA IRONÍA)
Hay una especie de fenómeno temporal dentro de la casa: un día en “Gran Hermano” es una hora en la vida de cualquier mortal.
En la primera semana pasó de todo. Se formó la primera alianza, una pareja se enamoró y los participantes que empezamos odiando se convirtieron en los participantes del pueblo. Es decir, los intocables.
No habían pasado 24 horas desde que este grupo de desconocidos se vio por primera vez que ya había un grupito que craneaba la estrategia del siglo. Primero fueron los “cuatro fantásticos” y terminaron siendo “Los monitos”.
Juan, Holder, Martina y Nacho formaron una alianza (del mal) y se propusieron, ellos cuatro, ir contra el resto. Al parecer nunca fueron buenos en matemáticas porque, con inferioridad numérica, las cuentas no cierran. Además, en sus cabecitas, este grupo se creía invencible. Tomás Holder, con 300 mil seguidores en TikTok, alimentó el mito de la fama y de que afuera los re querían.
Bueno, con una estrategia maravillosa de Martina, que como líder de la primera semana (por haber ganado la prueba) salvó a Alfa y dejó a Holder con Agustín y Marcos, para demostrar su poderío y sacar a uno “de los otros”, sólo logró que Holder ostente la penosa medalla de ser el primer eliminado y ahora vague como alma en pena por todos los canales, mendigando un poco de reconocimiento.
Del otro lado de la casa, mientras los monitos “jugaban”, los otros 14 fluían. Ah, pero cupido obra de manera misteriosas y vos que estás hace 5 años esperando un amor, acá llegó... ¡en 48 horas! Maxi, el cordobés, y Juliana, alias Tini, se vieron y se enamoraron. Van de acá para allá como si llevaran cinco años en pareja y dos de convivencia. Del Moro les dice De Paul y Tini (por el parecido con la cantante).
Unas horas más tarde, Alexis, el otro cordobés, apodado “Conejo”, quedó flechado por Coti (la entrerriana que se presentó como “la chica que nunca perdió en un certamen de belleza”).
Con Alfa pasó algo muy extraño, porque entró siendo el menos querido de la casa. Adentro y afuera. Altanero, soberbio y con la convicción de creerse el patriarca de “GH”, se ganó el odio de todos. Pero la salvación de Martina, que lo sacó de placa de nominados en la primera semana, logró que la imagen de Walter “Alfa” se diera vuelta.
Se convirtió en el señor amoroso que se levanta temprano, desayuna en el jardín, hornea pan para todos y les cocina. Con su jardinera de jean y sus sonrisas a cámara se volvió el jugador del pueblo. Tal es así que las redes se llenaron de odio cuando él quedó en placa nuevamente, todo producto de otra “brillante” estrategia de “Los monitos”, quienes tras haber cometido complot fueron sancionados con la suspensión de sus votos y Alfa entró en placa por casualidad.
Esta segunda semana termina con “Los Monitos” en placa de nominados. Hoy se va uno de ellos y el resto deberá reconsiderar su juego. Cuando queden solo “los buenos”, ¿a quién van a votar?
El premio mayor es de 15 millones de pesos más una casa. Esto es un juego y ellos jugadores. Por lo pronto, solo nos queda ser testigos de cómo va cambiando segundo a segundo el ritmo del reality...
Tal vez llegaste hasta este párrafo diciendo “yo no veo esa porquería”. Pero la realidad es que nadie puede escapar de esto: prendés la radio, “Gran Hermano”; abrís las redes, “Gran Hermano”; en la tele, “Gran Hermano”. Es la charla en la oficina, en la escuela, el almacén. Total, ¿de qué vamos a hablar? ¿de la inflación otra vez?