Pocas series en los últimos tiempos han recibido tanto “hate” como “El señor de los anillos: Los anillos de Poder”, de Amazon Prime Video. Ambiciosa y grandilocuente, esta serie fue duramente cuestionada por los fanáticos de Tolkien, pese a sus notables méritos de producción. Y ahora, con la segunda temporada recién estrenada, han renacido los detractores.
Pero no solo eso: todo parece indicar que efectivamente ha habido un rechazo masivo a esta adaptación, acusada de traicionar el espíritu de la Tierra Media con numerosas licencias, entre ellas la incorporación (algo forzada) de diversidad racial en el elenco (el ejemplo paradigmático es en el caso de los elfos, descritos por el autor siempre como de piel pálida). De todas formas, los números hablan por sí solos.
Al parecer, para esta segunda temporada la audiencia ha caído nada menos que un 50%, según Samba TV, empresa que analiza las audiencias en los hogares de Estados Unidos. Parece que la decisión de virar el eje de la historia en esta segunda parte no fue suficiente.
Según Samba TV, solo 902 mil hogares estadounidenses se conectaron para ver la serie en los primeros cuatro días, en contraposición a los 1.8 millones que lo hicieron en los primeros tres días con la temporada anterior. Claro que hay matices: esta firma no recauda datos de quienes la han visto en celulares o computadoras, como así tampoco fuera de Estados Unidos.
El mundo de las plataformas de streaming suele ser insondable en lo que refiere a los números: solo los conocemos cuando se decide hacerlos públicos, lo que deja un gran margen de duda alrededor de algunos contenidos muy populares. Sin embargo, no parece haber sido el caso de la primera temporada de “Los anillos de Poder”, celebrado por Amazon Prime Video como el estreno más exitoso de su historia, con 25 millones de espectadores en su primer episodio, según anunció oportunamente el servicio propiedad de Jeff Bezos.
Sin embargo, a medida que avanzó la temporada y las expectativas no eran cumplidas, el hate empezó a hacerse sentir y, ante la catarata de malas críticas en IMBD, decidieron cerrar la calificación. De hecho, hay datos que estiman que solo 37 de cada 100 personas finalizaron esa primera entrega.
Solo incertidumbre es lo que deben estar sufriendo por estos momentos los showrunners J.D. Payne y Patrick McKay, que pensaron a la serie como una saga de cinco temporadas. Ahora pareciera ser que la duda no es cuándo anunciarán la tercera, sino si la harán o no.
