Érica Rivas es para muchos, una de las mejores actrices contemporáneas argentinas. Fiel a su estilo e ideas, la artista recorre un camino personal que la llevó a la popularidad con personajes emblemáticos en la televisión y el cine, pero en el teatro sigue mostrando esa ductilidad natural que le pertenece. El poder emocionar y hacer reír sin dudas.
Y después de un receso, la actriz decidió volver a la cartelera con “Matate, Amor”, el unipersonal cuya adaptación teatral nace de la novela escrita por Ariana Harwicz, y es dirigida por Marilú Marini. En el marco de su gira nacional, Érica Rivas vuelve a Mendoza el próximo sábado 11 de noviembre, para ofrecer una única función, en el teatro Independencia.
“Hice una temporada larguísima en el 2018 en Buenos Aires. Y después dejé porque comencé a filmar “El Profugo”, la pandemia y todo. Y era algo que nos debíamos una gira con esta obra. Es una especie de continuación, de revancha, porque siempre tuve ganas de hacer gira con el unipersonal”, cuenta la actriz en una charla con Los Andes sobre la obra que ya pasó por Rosario y realizó una gira por Europa.
Las miles y única Érica Rivas
Aunque varios siguen viendo a Rivas interpretando a la irreverente María Elena Fuseneco de “Casados con Hijos”, o a la novia Romina en “Relatos Salvajes”, la actriz tiene en su derrotero varios personajes emblemáticos, que la llevaron al reconocimiento del público y de sus pares.
Hoy, lejos de la pantalla y la ficción nacional, pero también a días de estrenar por Netflix la película “Elena Sabe”, que protagoniza junto a Mercedes Morán, se aboca a generar sus propios proyectos en teatro, como actriz y productora. Con Martín Rechimuzzi crearon la comedia “Qué pasa hoy acá?” (que llegó en gira a nuestra provincia en marzo pasado), volvió a poner en cartel el unipersonal “Matate, Amor”.
En la obra interpreta a una mujer, herida, de la que dicen que su femineidad está alterada en su manera de amar, de desear, de romperse el cuerpo, de arrojarse sucia, de tomar un fusil, de no tener piedad con nadie, sobre todo con ella misma. Pero querer sodomizar al marido o abandonar al hijo, ¿qué es para una mujer–cazador que intenta salvarse de no ser nada, que intenta dar con su verdadera lengua?
“La obra trata de una mujer en un lugar de extranjería, denotar la extranjería de las mujeres en el mundo, que no fue construido para nosotras y por nosotras. Porque ella es una argentina que vive en la campiña francesa. Y el rebote de otros ciudadanos de otros países, en Berlín vinieron muchos argentinos a verla y tiene otro sentido. No pasa lo mismo acá, porque viene siendo como un símbolo de la extranjera”.
-¿La temática se va acomodando con el paso del tiempo y el cambio de época?
-Cuando leí el libro en 2013 fue todo un descubrimiento, porque nunca había leído un texto que hable de la maternidad de ese modo, sobre las maternidades reales en ficción. Para mí tiene una vigencia muy grande, más allá que es un texto que puedo decir y hacer hasta el último de mis días, porque es una mujer que recuerda algo, que aunque habla en un presente, recuerda lo que pasó hace un tiempo. “Matate, amor” es un texto que te moviliza, que te rompe, pero tiene mucho humor. Y eso tiene que ver con el respeto a la palabra escrita, entonces cuando la vienen a ver se sorprenden de lo graciosa que es.
-Y de tu trabajo con Marilú, una dupla imbatible, ¿Qué destacas?
-Yo estoy fascinada con cualquier cosa que ella proponga, es un faro para mí, es una luz muy potente para mí. Con muchas ganas de seguir sus formas. Y decidimos hacer la obra porque además la queríamos producir, entonces adaptamos la novela al teatro y armamos un equipo donde lo principal es el buen trato, la alegría de hacerlo juntas. Y no es algo muy común que se da en los equipos. Y eso también tiene que ver con los machismos y las formas patriarcales que toman los trabajos. Y teniendo a Marilú como comandante de ese barco es todo lo contrario. Son nuestras ganas de expandirnos en otros sentidos que no son los artísticos.
-Después del reconocimiento a tu trabajo, ¿hoy tenés otra vara para elegir los proyectos donde trabajas?
-Creo que haber empezado a producir mis propias obras, tanto con “¿Qué pasó hoy acá?” y “Matate, amor”, tengo la libertad de hacer lo que quiero. Tener el material que quiero, comunicar lo que yo quiero, poder nadar en esos mares. Y no me voy a hacer millonaria con esto, pero soy muy feliz haciéndolo, estoy en concordancia con las formas de trabajo, de una manera muy personal. Y eso me llena de orgullo llegar a este lugar.
Pero todo lo que fui construyendo durante toda mi carrera hizo que la gente también me acompañara. No es que soy solamente alguien que se manda a hacer un proyecto y tengo suerte. Sino también es la gente que me apoya, que quiere ver los proyectos. Eso lo agradezco, porque tiene que ver con el trabajo de tantos años.
-En una entrevista reciente dijiste que te dolía tu salida de “Casados con Hijos” y como sucedieron las cosas, ¿te sigue doliendo?
-Yo me centro en el cariño que recibo de la gente, tanto en acompañarme en el teatro, como en la vida y lo que recibo a diario. Por ese personaje, y lo que ese personaje abrió a otras formas mías. Eso prima y es un agradecimiento para siempre. Y mi compromiso es hacer las cosas bien, hacerlas con alegría. Y estoy en un momento re lindo, porque hoy recibo lo que sembré con mis decisiones y mis formas. Que muchas veces me dieron tristezas, angustia, pero ahora no lo siento así. Siento mucho agradecimiento.
Yo sé que mucha gente piensa y siente lo mismo que yo, y es algo que me queda fuerte. Soy agradecida de llegar a un lugar de reconocimiento. Y hacer reír es algo que me encanta. Y mi compromiso es seguir haciéndolo.
-En esto que te guste hacer reír y hoy estar produciendo tus propios proyectos, ¿tenes algún personaje que quieras interpretar y no se dio?
-La verdad que no tengo por ahora algo que me llame. Es muy difícil el tema de la producción, me equivoco, con los números soy un desastre, me implica tres veces más que a cualquier persona. Yo estoy nutriéndome como actriz también, por ahora no tengo el tiempo. Pero seguramente va a aparecer. Y también estoy con lo nuevo que haré con Martín Rechimuzzi.
La herencia artística a su hija y el deseo de trabajar con Lucrecia Martel
Aunque la actuación parece algo natural que se imprimió desde la cuna en Érica, su historia familiar está lejos del ámbito artístico. Ella, la única actriz del clan de hermanos ahora tiene la dicha que su hija Miranda (fruto de su relación con el también actor Rodrigo de la Serna) siga el camino de la actuación sin tapujos.
-Tu hija también es actriz, en ese caso ¿no tenía escapatoria?
-No (ríe). Igual siempre le digo que puede hacer otra cosa, pero ella me dice que es muy feliz actuando. Y me lo repite porque sabe que tengo algo de culpa (ríe). Ella es muy feliz, ahora va a protagonizar en el teatro Cervantes “Potencia Gutiérrez”, una obra de Maruja Bustamante, con un personaje hermoso. Además ensaya con un grupo de teatro de terror, con una movida increíble.
Está muy contenta y metida con lo que tiene que hacer; estudiando, comprometiéndose. Y eso me pone muy feliz, porque no se pierde en la fama o en ver cuantos seguidores tiene. Que eso pasa mucho en los jóvenes, y no es que esté mal, pero te perdes en otro camino. Por suerte está muy centrada en su trabajo, con los beneficios que tiene, por haber sido una niña que fue criada en camarines. Es muy humilde, pregunta, acompaña a los otros que no tienen su realidad y me conmueve mucho su camino artístico. No sabíamos que iba a resultar y al no tener familia de artistas, yo tenía miedo de hacer las cosas mal.
Ella quiere ser respetuosa con su herencia, pero quiere armar su propia forma de trabajar. Está muy orientada y sola, ella siempre fue así, no tenemos incidencia en eso. Además ellos se juntan y hacen colectivamente, no esperan que alguien los llame, van construyendo y es hermoso lo que pasa con esa generación.
-Has trabajado con grandes directores y artistas, ¿solo te queda el anhelo de trabajar con Lucrecia Martel?
-Es un deseo que tengo, de trabajar con Lucrecia Martel, que sería un sueño para mí, porque la admiro y la quiero.
-¿Pero no hubo ningún acercamiento o propuesta?
-Yo la conozco, nos hemos visto, pero está en mi eso de fan, que me agarra una timidez con ella. Me acuerdo cuando vino a verme Marilú al teatro, me acuerdo que fue horrible como actué, los nervios que me dio. Siempre se lo digo y ella se ríe, pero me pasa con la gente que admiro. Yo a Lucrecia la admiro y siempre voy a tener ganas de trabajar con ella.
Otra de las ganas que tengo es de trabajar con Anahí Berneri que también es una directora que admiro, lo mismo que con Natalia Meta o Paula Hernández. Eso sería lindo, hacer una película de alguna directora.
Para agendar: Érica Rivas llega con “Matate, Amor”
La actriz protagoniza el reconocido unipersonal “Matate, Amor”, con la dirección de Marilú Marini.
La obra llega a Mendoza, en el marco de su gira nacional, el sábado 11 de noviembre, a las 21 horas, en el Teatro Independencia (Chile y Espejo, Ciudad). Las entradas están disponibles en Entradaweb.com.ar y en boletería del teatro.