En las grandes pantallas de cine, uno de los personajes más recordados por su excentricidad es el de Johnny Depp en “Alicia en el país de las maravillas”. En esa gran historia, el destacado actor encarnó al Sombrerero Loco.
La trama está basada en la obra del reconocido Lewis Caroll, quien refleja una problemática real en un personaje con irregularidades conductuales. Esto tuvo como base la misma experiencia del escritor que fue vecino de grandes industrias de sombreros en Manchester, Reino Unido.
Para el siglo XVIII, en Inglaterra existía una típica expresión que decía “loco como un sombrerero”, algo que fue ilustrado por Carroll en su obra. Esta expresión se refiere a los comportamientos anómalos de las personas que trabajaban en las industrias de sombreros.
Estas personas sufrían envenenamiento por mercurio, también conocido como hidrargiria. Los síntomas que sufrían eran delirios, cambios de humor y temblores, características muy presentes en el famoso personaje de Depp.
El mercurio es un metal presente tanto en su forma elemental como en formas inorgánicas y orgánicas, y es reconocido por su elevada toxicidad, especialmente para el sistema nervioso central y periférico humano.
Los impactos negativos del mercurio en la salud humana no fueron completamente entendidos hasta mediados del siglo XX, Estos incluyen deterioro de la visión y el habla, dificultades en la coordinación de movimientos, temblores y espasmos, además de manifestaciones cutáneas como decoloración de la piel, inflamación y sensación de ardor.
La importancia de la obra de Lewis Carroll en la sociedad
Aunque la fabricación de sombreros ya no conlleva el riesgo de hidrargiria, la narrativa detrás del Sombrerero Loco y su contexto real destacan la relevancia de la salud laboral y el bienestar humano en el avance industrial. Así, la obra de Carroll va más allá de su mero mérito literario para actuar como una reflexión sobre las implicaciones personales y sociales de las condiciones de trabajo de su tiempo.
Este lazo histórico-literario alude a la crítica de Carroll hacia la inflexibilidad de las normas sociales de su época, al mismo tiempo que subraya el impacto humano de la industrialización.