El elenco Cajamarca celebra cuatro décadas fundamentales para el teatro local

El grupo liderado por Víctor Arrojo celebra sus 40 años convertido en un referente de la escena mendocina y nacional. Los cuatro días de festejo incluyen un seminario y funciones, donde se incluye un estreno.

El elenco Cajamarca celebra cuatro décadas fundamentales para el teatro local
Víctor Arrojo dirige a Matías González. Fernando Mancuso y David Maya en esta obra con la que celebran los 40 años del elenco Cajamarca.

¿Cuántos grupos teatrales del país pueden exhibir, con orgullo, que llevan 40 años en escena? ¿Cuántos, además, pueden decir que forman parte de la historia del teatro de una región y sin ellos el prestigio en esas artes sería muy inferior? De todo ello puede, sí, jactarse Cajamarca, uno de los más importantes elencos de Mendoza y del país, y que festejará la semana próxima sus cuatro décadas con cuatro días de actividades que incluyen estrenos, reposiciones y un seminario de actuación a cargo del prestigioso Javier Daulte (ver aparte).

Fundado en 1984 por un grupo de jóvenes formados en la Escuela de Teatro de la UNCuyo y el Joven Teatro Goethe, el elenco debutó con El juicio (adaptación del radioteatro El interrogatorio de Lúculo, de Brecht), y desde allí comenzó a dejar su huella en la escena local. Hoy, tienen su sala propia en España 1767 de Ciudad y siguen siendo protagonistas del presente teatral de la provincia.

Ya en 1995, en Una década dramática (libro fundamental para tener un panorama del teatro mendocino de la década 1985-1995) el crítico Fausto J. Alfonso decía: “Cajamarca ha debido enfrentar crisis de toda calaña. Sin embargo, jamás bajó los brazos y mucho menos perdió continuidad. Hoy, al teatro de Mendoza se lo reconoce en gran medida por su tarea”.

Víctor Arrojo, quien ha liderado el grupo desde su fundación y dirigido gran parte de las puestas en escena (sobre todo de la época ubicada en el siglo XX), repasa en esta charla con Los Andes ese fascinante recorrido y reflexiona sobre el presente y los desafíos de ser un elenco contemporáneo.

Director del elenco Cajamarca.
Director del elenco Cajamarca.

–Llegaron los 40 años. ¿cuáles son las primeras sensaciones al caer en la cuenta de todo lo trasncurrido?

–Básicamente, la sensación de que vale la pena poner en valor la experiencia de lo colectivo y de tener un proyecto vigente que nos mantiene vivos. Lo último que hay que perder es un proyecto de vida, y eso ha sido el teatro para nosotros. “El teatro en la vida, la vida para el teatro”. Este festejo era una necesidad para comprender que debe ponerse en valor lo que uno hace. Pero no queremos quedarnos en la melancolía sino pensar que hay futuro. Mirar el pasado y todo lo que pudimos hacer. El nuestro es un pasado provocador, que interpela. Eso queremos, algo que dialogue con el presente y el futuro.

–¿Cómo encuentra este momento al elenco?

–Como Cajamarca somos un proyecto muy centrado en la gestión del espacio, nuestra sala de calle España. Venimos con una marca no sólo de grupo de teatro independiente, sino de gestión de sala. Lo hicimos en la sala Gorki en los 80, en la sala de calle Buenos Aires en los 90, en la cogestión de la sala provincial Luis Politti. Cuando surgió el Instituto de Nacional del Teatro y pudimos tener nuestro propio espacio nos enfocamos en sostenerlo y producir. Hoy estamos a cargo de eso con Sandra Viggiani, David Maya y muchos compañeros convocados para proyectos puntuales. Además, estamos asociados al grupo Camino de Monos y al grupo Cardumen Teatro. Todo forma un colectivo.

Obra con Sandra Viggiani y Melisa Lara.
Obra con Sandra Viggiani y Melisa Lara.

–¿Podrías evocar cómo se dio el nacimiento del elenco?

–Fue bastante de libro… de psicoanálisis (risas). “Matamos al maestro”, como dice la psicología al hablar de de “matar al padre”. Estábamos un grupo de ex compañeros del Elenco Goethe y nos fuimos distanciando de nuestra maestra, que había sido Gladys Ravalle. Empezamos a sentir que hacía falta cortar ese vínculo y probar si podíamos, con veintipico años, hacer teatro. “Nos fuimos de la casa de los padres a alquilar solos”: la matriz fue esa. Había un espíritu de época que nos marcó. Somos hijos de (el movimiento teatral) Teatro Abierto, que surge en el 81. Nosotros surgimos en el 84 y estábamos en plena formación cuando surge ese hecho político, y después llega la democracia. Somos hijos de todo ese proceso que invitaba a la grupalidad y en donde todo parecía por hacer.

–¿Quiénes formaron parte de Cajamarca en el inicio?

–En ese grupo inicial estábamos con Ariana Gómez, Miguel Calderón, Graciela Marchesky, Macelo Lacerna y Sandra Viggiani. Ese es el núcleo fundacional, pero pronto se empiezan a sumar compañeros como Alicia Casares, Luis Sampedro, Claudio Martínez y Marcela Montero. Por supuesto, después vinieron Karina Vizcaya y Fernando Mancuso. Luego llega alguien muy importante para la nueva etapa, David Maya, y llegan Verónica Nonni, Melisa Lara, Hugo Yáñez, Verónica Manson y Analía Quiroga.

–¿Cómo eligieron el nombre que los identifica?

–Siempre es difícil poner un nombre y estábamos analizando cuál iba a ser nuestra primera obra. Empezamos con un texto llamado Cajamarca, de un autor francés, que cuenta muy épicamente, el enfrentamiento de Atahualpa contra Pizarro. Estábamos por entonces con una carga muy ideologizada y nos parecía interesante plantear nuestro sello desde el enfrentamiento cultural y el diálogo. Después lo que caracterizó a nuestras obras fue la disputa del poder, y en ese encuentro hay dos modelos de poder, entre el inca y el adelantado. Nos parecía que eso sintetizaba todo.

–¿Qué momentos te parece que podrías destacar como importantes en la historia del grupo, sea por obras, por premios, por éxito, por lo que sea? Yo tengo, desde afuera, algunos que me parecen importantes: la fundación, la etapa de la sala de calle Buenos Aires (cuando tenían que hacer dos funciones por noche), la apuesta por experimentos teatrales como el teatro del pánico y, por supuesto, el logro de la sala propia...

–Coincido mucho. Tener la sala fue fundamental. Pero también nos marcó mucho ganar el premio Nacional de Teatro en 1998 con la obra Menú de náufragos. Reponer esa obra ahora es un hito también. Gracias a ella empezamos a pensar en serio en tener la sala propia, porque cuando el premio que ganamos incluía una gira nacional pagada en dólares (casi 18.000). A la vez, Con la obra Frida habíamos ganado el premio regional. Pedimos al al INT llegar a una sala y gracias a nuestra irreverencia fuimos de los primeros en comprar sala en el país.

–Con tanta historia encima, ¿qué se puede pensar de lo que vendrá?

–Lo que en lo personal tengo ganas de hacer es un circuito provincial. Quiero probarlo con Menú de náufragos y que cada obra que se estrene haga al menos 17 funciones, una por departamento. Es un proyecto que podría ampliarse al Nuevo Cuyo. Hay que ampliar las audiencias y el teatro. Estamos con un problema, si no. No sé si es el mejor momento, pero hay que hacerlo. Además, estamos muy interesados en el recambio generacional, y permitir que se dé es un proyecto nada menor.

LAS ACTIVIDADES DEL FESTEJO

La celebración por los 40 años ininterrumpidos de Cajamarca, basados en la producción, gestión y formación teatral en Mendoza, incluye actividades que comienzan el jueves 29 de agosto y se extienden hasta el 1 de septiembre.

Seminario de actuación: Propuesta de perfeccionamiento para actores y directores con el dramaturgo y director argentino Javier Daulte. El seminario se desarrollará en tres encuentros: viernes 30 y sábado 31 de agosto de 14 a 17 y domingo 1 de septiembre de 10 a 13. Cupos agotados.

Menú de náufragos… en altamar, de Slawomir Mrozek (estreno). Jueves 29 de agosto a las 21.30. Con: Fernando Mancuso, David Maya y Matías González. Dispositivo escénico y dirección: Víctor Arrojo.

EMYQ-NHE (Espero morir y que no haya eternidad). Viernes 30 de agosto a las 21.30. Elenco: Camino de Monos. Texto y dirección: David Maya. Con: Maximiliano Correa, Claudia Polo, Cristian Bustos, Luna Kuyen. Música en vivo: Paulo Amaya.

Vidas posibles (o la vida indómita). Sábado 31 de agosto a las 21.30. Autora y directora: Verónica Manzone. Con: Sandra Viggiani y Melisa Lara.

Obra de Javier Daulte, por el elenco Camino de Monos.
Obra de Javier Daulte, por el elenco Camino de Monos.

Fuera de cuadro. Domingo 1 de septiembre a las 20.30, en la sala Cajamarca. Autor: Javier Daulte. Elenco: Camino de Monos. Dirección: Ángel David Maya. Elenco: Claudia Polo, Maximiliano Correa, Noelia Videla, Dámaris Gamboa, Aldana Postizzi, Fernando Cosmi. Intervención audiovisual de Walter Guasco.

Todas las actividades son en el teatro Cajamarca (España 1767, Ciudad) y las entradas, que tienen un valor de $4.000, pueden adquirirse por Entradaweb.

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