Orgullo es sentir, entre muchas otras cosas, que lo autóctono y regional gana un papel crucial en las grandes ligas de su rubro. El diseño mendocino estuvo repleto de autores excepcionales, cuyas obras en el transcurso de los años, ganaron más valor y relevancia.
La novedad del momento ronda en torno a la firma de vajillas de cerámica Colbo, una marca mendocina diseñada por la arquitecta, artista y ceramista Colette Boccara. Sus piezas forman parte de la primera exposición de diseño moderno latinoamericano del Museo de Arte Moderno de Nueva York, que, a raíz del éxito de convocatoria, se extendió y puede visitarse en el legendario edificio hasta el 10 de noviembre.
Bajo el nombre de “Crafting Modernity: Design in Latin America, 1940–1980″, esta exhibición pone en foco las piezas más icónicas de la segunda mitad del siglo XX de seis países latinoamericanos: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Venezuela ¿El denominador común? Los procesos socioculturales modernizadores del diseño de interiores de esta región.
La muestra fue orquestada por la curadora Ana Elena Mallet con colaboración de Amanda Forment; y está integrada por un board de especialistas; uno por cada país. Para el nuestro, convocó a Wustavo Quiroga @wustavoquiroga.
“El MoMA es una institución emblemática para los discursos de la modernidad a nivel mundial, por lo cual, que ponga el foco en las producciones latinoamericanas es muy clave. El advisory board está integrado por especialistas en la temática que somos quienes, de alguna manera, presentamos a los referentes, indicamos cuáles son las vertientes estéticas y culturales, y gestionamos para que las piezas de cada uno de los países puedan representarlos ahí”, indica Wustavo Quiroga para Los Andes, en alusión a este proyecto.
La intención de esta exposición es mostrar las distintas formas en que el diseño moderno se expresó en el continente, reflejando su heterogeneidad en distintas técnicas y materiales; abordado desde la tecnología y las producciones artesano-industriales.
Bajo los lineamientos generales, se presentaron objetos y muebles icónicos, referentes profesionales y proyectos de arquitectura integrada. Argentina se destacó por su nivel de sofisticación y desarrollo técnico; en donde Colette Boccara destaca junto a su marido César Jannello.
Las piezas mendocinas que ahora ocupan un lugar en el MoMA.
Dentro de los casos que se presentan de Argentina, cuenta Wustavo, hay dos mendocinos que la vida los emparejó mucho antes de esta exposición. Se trata de César Jannello y Colette Boccara, ambos arquitectos y diseñadores pioneros en el país de las vertientes renovadoras. Él es quien creó la silla W, un asiento emblemático cuyo prototipo se creó para la Casa del Puente de Amancio Williams y Delfina Gálvez, icónica construcción de la ciudad de Mar del Plata, pero que después se desarrolló a nivel de producción y tuvo varias modificaciones formales en Mendoza. Lo más relevante es que el MoMA adquirió esta pieza para su colección permanente.
Incluso, hay un hito muy particular a cargo de Jannello. Fue el encargado de la dirección arquitectónica de la Feria de América de 1953-1954 que se realizó en el Parque San Martín. Una feria pionera a nivel continental en cuanto al lineamiento, la arquitectura, su torre alegórica, el equipamiento y la gráfica, el cual fue de avanzada a nivel mundial.
Por otro lado, se presentó en el MoMA la vajilla de Colette Boccara. Francesa, arquitecta formada en la UBA que migró a Mendoza y estudió en la Escuela de Cerámica de la Universidad Nacional de Cuyo, cuyo director fue su esposo César Jannello. Estuvo rodeada de muchos personajes de la década del 50´. Referentes muy adelantados en temas artísticos, culturales y técnicos que, de alguna manera, la ayudaron a fundar Colbo, la fábrica pionera en diseño cerámico de Argentina.
“Es pionera en el país, porque ella tiene una concepción integral a la hora de armar la fábrica: involucra desde la materia prima hasta el producto final y su comercialización. Ese recorrido que hace es inédito en la historia de Argentina”, comenta Wustavo.
Boccara lo que hizo fue extraer minerales de alta montaña, procesarlos para hacer gres cerámico, que luego transforma con procesos de moldería en vajilla; que se convirtió en los años 50′ en la vajilla estandarte de Colbo.
Las piezas que se muestran en el MoMA son de dos tipos: por un lado la vajilla industrial, que muchos mendocinos tuvieron en su casa en alguna época; y del otro, la vajilla única que está intervenida artísticamente por la propia Collete Boccara; ya que además de ser arquitecta ceramista, también era artista plástica.
En el 2007 se refundó la fábrica de Colbo al mando de Matías Jannello, hijo de la pareja, y de su socio Martín Endrizzi. Wustavo Quiroga participó de esta reapertura del emprendimiento productivo. La vajilla nueva de la marca, hecha en colores y fabricada con avanzadas tecnologías, está presente en la tienda del MoMA de Nueva York y fue solicitada también por el MoMA Design Store de Tokio.
Este es un hito sin duda excepcional; un entramado de hechos y sucesos que componen un tejido cultural riquísimo para la historia nacional. No existen demasiados diseñadores locales que hayan llegado tan lejos, al punto de ser exhibidos en tres países a la vez. Se trata de un gran paso para el arte y la arquitectura mendocina.
