La serie “El amor después del amor”, que retrata los primeros 30 años de Fito Páez, llegó a Netflix el miércoles 26 de abril y ya causó gran interés entre los usuarios.
Protagonizada por Iván Hochman, en el papel del rosarino, y Micaela Riera, como Fabiana Cantilo, esta serie resulta una notable vuelta a la escena del rock nacional en los ‘80, y por ella desfilan personajes como Charly García, Juan Carlos Baglietto y Luis Alberto Spinetta.
Creada por Juan Pablo Kolodziej, finaliza en el éxito rotundo de “El amor después del amor” (1992), el disco más vendido del rock argentino, y se espera que en próximas temporadas siga contando la vida del astro.
Con algunos spoilers, esta nota firmada por Patricio Féminis y publicada originalmente en Clarín nos da un pantallazo de lo mejor de esta temporada.
1) Fito Páez, la Trova Rosarina y la llegada a Buenos Aires
“Bienvenido a la Trova Rosarina, Fito”, le dice el joven Juan Carlos Baglietto, de pelo largo y barba (interpretado por su hijo Joaquín: casi idéntico) a Fito, incipiente tecladista, compositor y cantante, en la Rosario de principios de los ‘80. Minutos antes se pusieron a ensayar “Mirta, de regreso”, himno de Adrián Abonizio, y Fito propuso un arreglo instrumental que cautivó a Baglietto. Luego viajan a Buenos Aires para debutar en Obras Sanitarias y en el micro de gira suena “Post-Crucifixión”, de Spinetta y Pescado Rabioso.
2) Fito conoce a Charly García
“Este pibe la rompe”, le dice Charly García (encarnado por Andy Chango en la serie) a Fabiana Cantilo, viendo por televisión tocar a Fito Páez en Obras Sanitarias, con Baglietto. Fito y Charly se conocerán entre puchos y licores, y el rosarino le hará una reverencia a su referente máximo. Luego Charly lo incorporará a su banda para que grabe en el disco “Piano Bar” (1984) y ahí Fito se deslumbrará con la inteligente corista Fabiana Cantilo.
3) Fito se enamora de Cantilo
Fito y Fabiana están de gira con García en Córdoba, en 1984. Miran las sierras y caminan en círculos en una azotea, seduciéndose. Antes jugaron a tocar un piano imaginario a cuatro manos. Él le hace escuchar en un walkman, con auriculares, su nuevo tema “La rumba del piano”, que irá a “Del 63″. Ella baila cantándolo, Fito le sonríe y le confiesa: “Fabi, creo que me estoy enamorando de vos”. Y ella le responde: “Y yo de usted, Páez”.
Se besan y nace su larga historia de amor. Atravesarán luces, sombras y muchas canciones a la par de la movida de los ‘80. Como testigos y a la vez protagonistas de la década, ambos vivirán excesos de sustancias, sueños y ardores, y se acompañarán en los peores dolores personales.
4) La influencia musical de su padre
Principios de los años ‘70. Papá Rodolfo Páez (Campi, en la serie) lleva al niño Fito (interpretado por Gaspar Offenhenden) a la disquería Oliveira, en Rosario, para hacerle escuchar sus vinilos predilectos. Fito le pregunta por su mamá, Margarita Ávalos, profesora de matemática y concertista de piano, y quien falleció de un cáncer de hígado cuando Fito tenía apenas ocho meses de vida. Él mira el retrato de Margarita cada vez que se sienta al piano familiar, ante la alegría de su padre, de su abuela y su tía abuela.
5) El plano secuencia de “Giros” en el Luna Park
Fito emerge del estrés y las inseguridades tóxicas con sus herramientas más luminosas: las canciones. Llega el viernes 6 de diciembre de 1985, la noche de presentación de su segundo y prestigioso disco “Giros”, en el Luna Park. Es el cuarto episodio de la serie de Netflix: a los 21.30 minutos comienza un inolvidable plano secuencia por los camarines y pasillos del Luna. Valdrá retroceder la escena, y volver a disfrutarla, gracias al talento de los directores Felipe Gómez Aparicio y Gonzalo Tobal.
6) Fito conoce a Spinetta
Esta escena es mítica. Fito camina entre el tumulto porteño de calle Florida. Luis Alberto Spinetta (interpretado por Julián Kartún) se asoma por detrás de una ovalada cabina telefónica de Entel; le toca el hombro y le pregunta sonriendo: “Vos, ¿sos vos?”. Y Fito retruca: “Y vos, ¿sos vos?”. Se abrazan y comienza una sincera amistad, que derivará en el disco doble “La La La”, de 1986, influyente para toda la música popular argentina.
Luego Spinetta amasa unas pizzas en su casa de Belgrano, mientras sus hijos Dante, Catarina y Valentino corretean alrededor del “tío Fito”. Habrá una sorpresa entre los dos, en un viaje relámpago a Rosario. Fito le enseñará a Spinetta su piano -con el retrato de su madre- y le revelará: “Acá escuché a Almendra y a Pescado Rabioso. Gracias, Luis”. En eso Spinetta extrae dos vinilos de una pila: el primero de Almendra, de 1969, y “Giros”.
7) El asesinato de la abuela y tía abuela de Fito Páez
Fito y Fabi están de gira en Río de Janeiro con Charly. Pasean por la playa nocturna y a la mañana suena el teléfono en el hotel. Fito está por atravesar su episodio más traumático de su vida joven: el brutal asesinato en 1986 de su abuela Delma Zulema Ramírez de Páez, de su tía abuela Josefa Páez y de Fermina Godoy, la empleada de ambas -embarazada-. Su abuela y tía abuela lo habían ayudado desde niño a rearmar la memoria de su mamá.
Fito hará su catarsis con whisky y lexotanil, destruyendo la habitación del hotel en Río. Los pormenores policiales del caso serán parte de la serie. Un año antes había muerto su padre. En pleno duelo, se viene la presentación de “La La La”, en Obras Sanitarias en el ‘86. Fito tiene un ataque de ansiedad en el camarín, pero Fabi lo abraza: “¡Está el Flaco esperándote para tocar! ¡A vos! Respirá. Vas a poder. Somos tu familia”.
8) Fito ofrece su corazón y concibe “Tercer Mundo”
En esos conciertos con Spinetta por “La La La” Fito estrenó “Ciudad de pobres corazones”: la drástica canción que daría el título de su disco de 1987, de una genial y oscura inspiración. De a poco comienza a emerger de su dolor. En La Habana le canta “Yo vengo a ofrecer mi corazón” a Pablo Milanés y el ícono de la Nueva Troba Cubana le agradece: “En mi país hay un refrán que dice: ‘El que visita a Cuba, y conoce a su gente, por siempre tiene una familia’”.
9) Llegan Cecilia Roth y “El amor después del amor”
“Hay que irse de los lugares donde te tratan mal: Ástor Piazzolla, Atahualpa Yupanqui, Mercedes Sosa. Todos cruzaron el charco alguna vez”, proyecta Fito en el séptimo episodio de la serie. Primero irá a Europa para probar suerte con “Tercer Mundo”. Y luego a Punta del Este, en 1991, donde se encontrará en una alocada fiesta veraniega con la actriz Cecilia Roth, de 35 años. Es el inicio del nuevo amor.
Pasearán por la playa y Fito le hará escuchar a Ceci (Daryna Butryk), en su walkman, los demos del disco “El amor después del amor”, de 1992, plagado de clásicos. En un instante de la serie pasarán los diez conciertos en el Teatro Gran Rex. Y llegará, por fin, la histórica doble presentación en Vélez Sarsfield, los días 24 y 25 de abril de 1993. Fito Páez abraza la gloria y todo el estadio corea con él: “¡En la esencia de las almas, en la ausencia del dolor! Ahora sé que ya no puedo vivir sin tu amor!”.
10) La atmósfera de los años ‘80: evocación sin nostalgia
En sintonía con estos tiempos de pasión retro por los años ‘80, la serie logra retratar con gran verosimilitud, fidelidad y musicalidad toda esa década agitada, en Argentina. No sólo por los peinados, la ambientación o el enorme diseño de producción. Hay también una gama de tonos rojos, verdes y amarillos muy propia de la atmósfera ochentosa.