¿Cuántas películas estuvieron a punto de desaparecer de la cartelera y el boca en boca las levanta de nuevo? Pocas pueden presumir de ser un fenómeno de este tipo. Y “La sustancia” es una de ellas.
Estrenada el 19 de septiembre en Argentina, la recomendación entre espectadores, las crónicas sensacionalistas de gente que abandonó la sala entre náuseas, las contundentes buenas reseñas en medios y plataformas como YouTube, y hasta la viralización de memes en las redes sociales, contribuyeron a que la cinta de Coralie Fargeat se convirtiera en un suceso. Hasta el viernes pasado, la habían visto 184.513 argentinos, según el sitio Ultracine. Una cifra bastante estimable para una producción independiente, cuyo modesto presupuesto fue de 17 millones de dólares y es distribuida por MUBI (plataforma de cine independiente en la que estrenará en breve).
Galardonada con el Mejor Guion de la última edición del festival de Cannes, “La sustancia” gira en torno a Elisabeth Sparkle (una espectacular Demi Moore, en un regreso triunfal al estrellato), antigua figura de Hollywood, que llegó a tener su propia estrella de la fama y que actualmente tiene un anticuado programa de ejercicios por televisión. El día de su cumpleaños 50, es echada por el canal porque la considera vieja. La idea de la emisora es que la reemplace una figura más joven.
Justo a tiempo, Sparkle recibe la tentadora propuesta de probar una misteriosa “sustancia” que la rejuvenecerá, creando “la mejor versión de sí misma”. Esa mejor versión es Sue (la ascendente Margaret Qualley), una encantadora veinteañera que terminará ocupando el lugar de Elisabeth en el segmento de ejercicios del canal.
Fargeat crea una película incómoda, que podría clasificarse como perteneciente al subgénero del “body horror”, pero que por supuesto es mucho más que eso. Detrás de las toneladas de vísceras y prótesis hay una crítica filosa y cínica al edadismo imperante en la industria del espectáculo (y en todos los ámbitos, en realidad). El cuerpo femenino como objeto de manipulación, de deseo y de juicio constante. En ese sentido, Demi Moore se anima a lo que pocas estrellas de su calibre harían: consentir las indicaciones de una directora que por momentos es implacable.
El resultado es un exasperante artefacto con un guion lleno de peripecias grotescas muy bien ejecutadas y lleno de citas a los maestros del terror. Los cinéfilos encontrarán guiños abundantes, en un virtuoso diseño de producción que va de Stanley Kubrick (“El resplandor”) a David Lynch (“El hombre elefante”).
A qué se debe el fenómeno
Según Carlos Hansen, presidente y CEO de BF Distribution, el éxito de “La sustancia” se debe a que supo juntar a los amantes del cine de autor y a los fanáticos de las películas de terror. “Se juntaron dos mercados importantes y eso está permitiendo llegar a estas cifras. Y se convirtió en un imperdible, en un tema de conversación, que nadie se puede quedar afuera. Mas allá de si te gusta el terror o no”, sostuvo el directivo días atrás al diario La Tercera, de Chile.
En estas ligas del cine independiente de terror, este año “La sustancia” lleva la delantera, seguida por “Longlegs: Coleccionista de almas” e “Inmaculada” (en ese orden).
Pero, más allá de esto, “todos quieren ser parte del fenómeno. Ver o entender por qué ocurre lo que ocurre”, dijo Hansen. Lo de “La sustancia” es la clásica charla de la que nadie quiere quedar afuera. El meme que todos queremos entender.
Dónde ver “La sustancia” en Mendoza
Cinépolis: funciones diarias dobladas (12.45, 15.45, 18.45, 21.45, 23.00) y subtituladas (22.45).
Cinemark: funciones diarias subtituladas (13.00, 16.10, 19.10, 22.20 y 22.50).
Cine Universidad: Domingo 20 de octubre, a las 20.10. Miércoles 23 de octubre, a las 21.15. Ambas subtituladas.
