Aníbal Lotocki, médico y protagonista de un polémico caso judicial, rompió su silencio desde la cárcel al dialogar con Socios del Espectáculo, abordando diversos temas, entre ellos, la trágica muerte de Silvina Luna y su vida tras las rejas.
Desde su reclusión en el penal de Ezeiza, Lotocki abordó el fallecimiento de Luna, expresando su incomodidad con la percepción pública: “Cuando murió Silvina, tenía muchos periodistas afuera de mi casa y todos creen que soy culpable de lo que le pasó a ella”, declaró al programa.
Lotocki insistió en su inocencia respecto a las lesiones sufridas por Luna: “Yo fui juzgado por las lesiones de Silvina Luna. El producto estaba aprobado y yo no me siento con responsabilidad”, afirmó.
Además, reveló información sobre el producto utilizado: “El laboratorio que vendía el producto lo entregaba totalmente alterado. Todo esto está en manos de la justicia”, agregó.
En cuanto a su situación en prisión, Lotocki compartió detalles de su cotidianidad y su descontento con las condiciones.
Aseguró que solicitó una computadora y un ventilador, pero le fueron negados: “Tengo un trastorno por transpiración excesiva. Estoy en un lugar de mucho calor, las celdas son muy pequeñas, no corre nada de viento. No tengo ningún beneficio, en absoluto”, se quejó.
Aníbal Lotocki rompió el silencio
El médico, condenado a ocho años por lesiones graves a Luna, confesó haber realizado una autocrítica desde la cárcel: “Yo hice mi autocrítica en el libro que escribí, pero creo que cada uno tiene que hacer la suya y ver por qué le pasan algunas cuestiones”.
Además, destacó su tiempo en prisión como un período de reflexión y reveló que está escribiendo un libro, afirmando: “Es momento de hablar. Nunca he hablado, o hablé muy poco. No supe hacerme escuchar y ese fue un gran defecto”.
Respecto a su familia, Lotocki se refirió a la posibilidad de que su esposa, María José Favarón, rehaga su vida: “Esto es muy prematuro. Yo no voy a estar toda la vida acá. Espero poder salir”, concluyó el cirujano.