Durante los años ochenta y noventa, Whoopi Goldberg fue una de las actrices más destacadas del cine y la pantalla chica también. Como es de público conocimiento, cuando la fama llega lejos suele estar acompañada de grandes adicciones y ella no fue la excepción.
Siendo una de las artistas con mayor experiencia en la industria cinematográfica, Goldberg decidió escribir un libro donde contó los detalles “tras bambalinas” de su vida. Lo tituló “Bits and Pieces: My Mother, My Brother, and Me”.
El punto más importante de su obra se centra en la adicción impresionante que tuvo con la cocaína y cómo afectó a su vida por completo. El momento que la llevó a querer salir de eso fue cuando una mucama la encontró encerrada en un armario drogándose.
Como ella misma explica en sus escritos, las fiestas con droga eran moneda corriente para los años donde ella conocía la fama y no pudo evitar ingresar en ellas. Además también estaba presente en los mismos estudios de Hollyowood.
“Me invitaban a fiestas donde me recibían en la puerta con un cuenco lleno de Quaaludes (la marca de una droga muy usada) del que podía agarrar la cantidad que quisiera. Se ponían líneas de cocaína sobre mesas y mostradores de baños para su consumo”, recordó.
En paralelo a esto, ella entendía que podía manejar la situación con las drogas: “No parecía peligroso”. Esto lo veía así porque todos tenían acceso y la policía nunca llegaba a los estudios para investigarlos.
Su peor momento con la cocaína
En otro de los párrafos de su historia escrita, la actriz contó el momento en el que sintió que ya no se recuperaría. “Caí en el profundo pozo de la cocaína y me hundí a un nuevo nivel. Me empezó a patear el trasero. Iba a trabajar y me daba cuenta de que me estaba volviendo descuidada. No me gustó”, confesó.
Tras el fatídico momento del encuentro con la mucama del hotel que la vio drogándose, Goldberg tocó fondo. “Me puse tan recta como una flecha y me dije a mí misma que si quería seguir con vida, debía estar de acuerdo con esto”, remarcó.