Con su nuevo disco, Marciano Cantero ha vuelto para emocionarnos

Marciano 2001, editado a dos años de la muerte del cantante, es un disco acabado, fresco, beatlesco y cuya principal virtud es que consigue emocionarnos.

Con su nuevo disco, Marciano Cantero ha vuelto para emocionarnos
Se publica póstumamente su disco Marciano 2001.

¿Han notado alguna vez esa especie de magia que sentimos cuando recuperamos una canción perdida en la memoria, o cuando encajamos el nombre de alguien a quien conocíamos, pero nunca supimos “cómo llamarlo”? Algo de ese artificio se percibe, se disfruta y se goza con Marciano 2001, el disco póstumo con el que Marciano Cantero ha venido a cantarnos aquí como si aquel zarpazo de la muerte de septiembre de 2022 no hubiera tenido lugar.

Apartado del aura de caos y tragedia que tendría el final de ese año en el país, el espíritu de este disco que grabó el cantante de Enanitos Verdes tiene el signo de otros cimbronazos personales (la separación de su esposa, una pausa con su banda, la convivencia no en Mendoza, sino en Buenos Aires, con su hijo). Aun así, el disco contagia una alegría incomparable. Lejos de lo que sucede con otros discos exhumados cuyo valor es más arqueológico que musical (pensemos en Los Amigo, de Spinetta), este álbum de Marciano estaba listo casi cuando decidió abandonarlo o beber ocasionalmente de él para tomar algunas canciones y llevarlas a su banda emblema.

El tono general, como si fuera la afinación que eligió Cantero, es inocultablemente “beatlesco”. Así suenan temas como Para mal, para bien, Vivo en una palmera, Extraño sabor o Su Majestad, el Rey (con algo del McCartney de Cuando tenga 64).

Pero igual hay también sorpresas sonoras, como Polka o, especialmente, Marciohead, donde Cantero vuelca las influencias de los discos de Radiohead que oía por entonces.

La sensación general que deja Marciano 2001 es regocijante. No son demos a medio terminar: son todas canciones acabadas y logradas. Además, el sonido y la presentación, en su formato físico, son notables. Finalmente, pero no menos importante: no es tan fácil hallar capaz de disparar tan alto las emociones como este. Ninguno que nos haga extrañar tanto a ese amigo que nos cantaba canciones que nos acompañaron mientras crecíamos. Todo eso está aquí porque Marciano ha vuelto. A su modo, con un disco. Pero para siempre.

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