Hernán Casciari se presentará en Mendoza en el marco de la Feria del Libro el próximo 4 de octubre, a las 21.30, en el Teatro Independencia, y antes de eso, tuvimos la oportunidad de conversar con él sobre la obra “La señora que me parió” que traerá a la provincia junto a su mamá, pero también sobre su especial estilo literario.
Se trata de un autor que todos deberían leer porque tiene temas con los que es posible no conectar, desde escenas familiares, hasta fútbol o incluso el sistema financiero explicado para niños de diez años, Casciari puede hacer simple lo complejo y despertar emociones en su audiencia que ahora tendrá la oportunidad de verlo en vivo, en otra de sus creaciones, la puesta teatral.
“Nosotros estamos haciendo “La señora que me parió” con mi vieja en Buenos Aires, desde el principio del año y ahora estamos saliendo de gira por algunos lugares, no mucho, vamos a estar en Córdoba, en Mendoza, quizás en Montevideo y eso, sobre todo porque a mi mamá le gusta pasear”, le contó a Los Andes.
“La obra entera es casi una excusa para pasar un rato juntos, también mi hermana hace asistencia a producción, así que somos dos hijos y mi mamá -mi papá falleció hace tiempo-, entonces hacemos una especie de catarsis o generamos nuevos recuerdos familiares”, sumó como primera parte de esta entrevista.
-¿Y qué nos vamos a encontrar? Esta es una de esas obras en las que la gente se siente identificada y encuentra el humor desde ese lado.
-Yo creo que sí, que es una obra que tiene, como casi toda mi literatura, un poco de humor, un poco de emoción, alguna parte medio como de llorar, y se mezcla todo muy bien, es muy divertida, y creo que funciona muy bien para que la pasen a ver padres e hijos, que no hay mucha oferta cultural para esas dos generaciones al mismo tiempo, y me parece que esta es una de esas ofertas.
Por lo que cuentan los espectadores, lo que ocurre después, en la cena familiar, es que se encuentran con nuevos temas para conversar y eso está buenísimo.
-En Mendoza, vamos a tener la posibilidad de verla en el marco de la Feria del Libro y hace poco tuviste unas declaraciones sobre “no creer en la literatura”, un poco sacadas de contexto, pero quizás tienen que ver con cómo ha cambiado la forma de enfrentarse a un libro o a la literatura, ¿estás cansado de responder por eso, o podés contarnos cómo te enfrentás a la literatura?
-No, jamás me cansaría de hablar de nada que tenga que ver con contar historias. Me encanta que la señora que me parió esté en el marco de la Feria del Libro, pero es teatro, es teatro puro, aunque al final firmo libros y converso la gente, y se junta un poco todo. De las cosas que más me gusta hacer es escribir historias y después narrarlas en voz alta.
Todos mis libros tienen un código QR, para que el que no tenga ganas de leer pueda escuchar la historia en mi propia voz, entonces eso hace que el objeto de un libro tenga un poquito menos de discriminación para aquellos que saben leer bien, porque no todo el mundo sabe leer bien, y eso no significa que no puedan disfrutar de una obra inicialmente literaria, que después se convierte en una obra sonora, o una obra teatral.
-Hay un cuento tuyo que muestra mucho cómo la literatura puede acercar a todo el mundo conceptos que quizás serían difíciles para quien no le interese un tema como resulta ser el financiero, te pregunto por Papelitos, ¿la literatura ayuda a abarcar cualquier tema, aunque sea complicado o incluso polémico?
-Sí, a mí me parece que todo tiene que ver con que el contenido, por usar una palabra muy moderna respecto a contar historias, tiene que ser accesible para la mayor cantidad de gente, y eso es lo que intento hacer siempre, ya sea que escribo, cuento, gestiono un proyecto cultural o produzco una película, una obra de teatro o lo que fuera. Trato todo el tiempo de que, sin que baje la calidad, porque hay que hablarle a todos, tampoco se convierta en un proyecto elitista. Me parece que es lo más importante de todo.
En Papelitos lo que hice fue explicar el sistema financiero porque mi hija de 10 años (entonces) me hizo una pregunta, entonces, sigue siendo un contexto familiar, nunca me alejo de lo cotidiano, de lo referencial, familiar o amistoso, no me voy en búsqueda de textos raros, sino que intento hacerlo más cotidiano.
-Entonces, ¿incluso explicar el sistema financiero con un cuento es hablar de la familia, de familias como las argentinas que han vivido múltiples crisis y que a partir de ello se han generado muchas historias? Lo que vas a traer a Mendoza, ¿viene por ese lado?
-Sí, seguro. Voy a contar algo tremendamente familiar, y que me parece que muchísima gente va a empatizar de alguna u otra manera.
-¿Te puedo preguntar cómo es Chichita? O sea, para no contar la historia y no arruinar sorpresas, pero para darnos una idea de lo que vamos a ver, ¿cómo es ella?
-Mi vieja es de las mamás más típicas que existen. Una señora nacida en los años 50, con toda una carga de mandato machista, que fue golpeada por su padre, y por eso castigaba a sus hijos, y al mismo tiempo muy extrovertida, y cuando no tenía trabajo, buscaba todo el tiempo una manera de que la familia la pasara bien, y eso es lo que se cuenta en la obra. Ella es actriz, siempre había querido ser actriz, el padre nunca la dejó estudiar, pero ahora está como despuntando el vicio, sin duda.
-¿Y el resto de la familia que participa en la obra?
Mi hermana es asistente de producción, mi primo hace la música de la obra, y también está en el escenario con piano. Estoy muy contento de trabajar con gente cercana. Eso se va a traducir en los espectadores, espero que la gente la pase muy bien, sobre todo por mi vieja, que le encanta esta obra. -Ya has estado en otras ocasiones acá en la provincia, ¿cómo te recibe la gente?
Yo soy muy fan de Mendoza, creo que está en el top 3 de los lugares donde más voy. Me gusta mucho la ciudad de Mendoza en general, he estado con diversas versiones de lo que hago, unipersonal, con músicos, con dibujantes, con toda mi familia, así que es un destino preciado para mí.
-Y al mismo tiempo es un destino en donde la gente te espera con mucha ilusión…
-Siempre hay mucha repercusión cuando voy a Mendoza y eso también me gusta mucho. Espero ver a gente que suelo ver siempre y con la que después me quedo charlando y firmando como siempre, que es la parte más nutritiva para mí de lo que hago en el teatro: juntarme con los lectores.
Sobre La señora que me parió
La infancia, los sueños, los miedos, las crisis económicas, el advenimiento de la democracia y tantos otros temas son el centro de esta lectura-performance del escritor y su progenitora, que llevan al espectador en un viaje a la intimidad de una familia en la provincia de Buenos Aires. Con una obra “lamentablemente basada en hechos reales”, según cuenta Casciari, y la presencia estelar de su madre Chichita en el escenario.
A lo largo de hora y media de relato, lectura, representación dramatizada, el público encontrará la infancia de un niño en un pueblo del interior, los juegos con sus compañeros, las pequeñas maldades que bajo el formato de broma fueron moldeando una identidad, los sueños aspiracionales de mudanza a la gran ciudad, el consumo de drogas, en el medio de un contexto social y político complejo: con la dictadura primero y la presidencia de Alfonsín luego, a lo que se agrega el desempleo y la crisis económica de la familia, más la hiperinflación como contexto general.
Las entradas generales tienen un valor de $30.000 y se pueden adquirir a través de www.entradaweb.com.
La cita tendrá lugar el viernes 4 de octubre, a las 21.30, en el Teatro Independencia.
Hernán Casciari
Nació en Mercedes, Buenos Aires, en 1971. En 2000 se radicó en Barcelona. Tuvo un infarto en Montevideo en 2015. Desde 2016 vive en Buenos Aires.
A partir de 2012 lee sus cuentos en las radios de mayor audiencia de Argentina. El éxito de esas lecturas hizo que comenzara a leer sus historias en televisión y a hacer lecturas en teatros. Comenzó a leer sus cuentos en las radios Vórterix y Metro. Además, es el responsable y editor de la revista Orsai.
Publicó las novelas El pibe que arruinaba las fotos, Más respeto que soy tu madre y Seis meses haciéndome el loco; los libros de cuentos España, decí alpiste, El nuevo paraíso de los tontos, Charlas con mi hemisferio derecho, Messi es un perro y otros cuentos, El mejor infarto de mi vida, Los consejos de mi abuelo facho, Todos los desechos reservados, 100 covers de cuentos clásicos, la antología Renuncio, Una playlist de 125 cuentos, Cuentos contrarreloj y los libros de historietas Doce cuentos de verano, junto a Horacio Altuna y Papelitos, junto a Gustavo Sala.
Desde 2021, junto a la Comunidad Orsai, desarrolla proyectos audiovisuales y teatrales junto a miles de socios productores.