¿Hay alguna ficción argentina del 2000 a esta parte que haya tenido el suceso de “Casados con hijos”? Es poco probable: ya son más de 15 los años que sigue vigente, retransmisión tras retransmisión, en los televisores argentinos. A lo que se sumó, este año, su desembarco en Netflix y una producción teatral homónima que vendió más de 100 mil localidades en la avenida Corrientes y que ahora salió a encontrarse con el público del interior.
Es aún incierto que pase por Mendoza, aunque aquellos que quieran verla no tendrán que irse hasta la Capital del país, puesto que “Casados con hijos” se verá en Córdoba desde este viernes y hasta el 20 de julio. Habrá doble función todos estos días, con entradas todavía disponibles para el 19 y 20, aunque existe la posibilidad de que abran nuevas fechas. Los precios van desde $ 10.350 a $ 18.400. Tickets, a la venta a través de Edenentradas.com.ar.
Por esta ocasión es que Florencia Peña habló con La Voz del Interior. Consultada sobre si recuerda lo que se le cruzó por la cabeza cuando le propusieron el proyecto, Peña dijo que pasaron muchos años como para tenerlo presente, pero sí sabe que advirtió que algo interesante había para trabajar.
“Con Guillermo veníamos de hacer ‘Poné a Francella’, yo venía de hacer ‘La niñera’, que había sido muy exitosa, tenía mucho entendimiento de la sitcom, fui la primera actriz que hizo una sitcom pura en Argentina. Esos componentes hacían que yo sintiera que ‘Casados’ podía ser algo potente. Los libros eran muy buenos... pero a ‘Casados’ lo fuimos creando entre todos y terminó siendo lo que es hoy. El personaje de Moni no tenía muchas cuestiones... (piensa) porque los antagónicos y más importantes ahí eran la vecina María Elena y Pepe. Pero yo le fui encontrando la vuelta a esta Moni que terminó siendo un personaje muy icónico, casi como si no fuera yo y fuera un personaje que ni siquiera me pertenece y que le pertenece a la gente”
–¿Había algún indicio de que pudiera ser el éxito que es hoy?
–¡No, ni en pedo! Al principio no le fue muy bien, la gente no entendió el código, nos criticaron muy mal, no habían entendido que el decorado era así adrede, que mi peluca era un chiste, que todo era una crítica. “Casados con hijos” es una crítica a la familia tipo y es como “Los Simpson” criticando cosas que siempre se han solemnizado, como que la familia siempre es perfecta (...). Esta familia disfuncional viene justamente a romper con esos estereotipos. Cuando lo empezaron a repetir al año siguiente, porque también el horario no había sido el mejor, entonces la gente empezó a entender la comedia y ahí empezó el suceso y nunca más paró.
–Parte del éxito podría tener que ver con la química que hay entre Guillermo y vos. ¿Qué podés decir de esa dinámica?
–Aprendí mucho de Guille, de su manera de hacer comedia. A veces se da que con un actor, un compañero, tenés química. Nosotros tuvimos química siempre, nos entendimos mucho, tenemos una manera de contar el humor muy parecida. La química se basa mucho en el respeto y en la admiración. Es como enamorarte de alguien, se da o no se da. En nosotros se dio y convirtió a esta comedia en un hecho histórico. Lo que pasa con Casados hoy es histórico. No hay una ecuación que vos puedas decir “el éxito de Casados es por esto o por aquello”. Son muchas cosas”.
–Moni se convirtió en meme, en “sticker”, ¿qué sentis vos cuando quedás asociada a situaciones grotescas?
–A mí me redivierte. Imagínate que a Moni la creé yo. Es una criatura mía. Entonces, hay un punto en el que realmente siento que es relindo que el personaje haya creado tanta identificación en Argentina. Por otro lado, a mí me costó mucho. Yo soy una actriz que hizo muchas cosas después de “Casados”, no es que Moni es mi único personaje. No arranqué con Moni ni me morí con Moni. Lo hice dos años, pero se repitió 18. Yo lo había soltado y Moni era un personaje muy querido por mí, pero era un personaje dentro de los tantos que yo había hecho. Ahora se convirtió en un personaje especial por los años que lleva andando. Pero yo luchaba mucho, y de hecho lo sigo haciendo, para que Moni no apareciera en las otras cosas que yo he hecho, en los dramas y en las comedias musicales.
–¿Cómo sería eso?
–Siempre Moni fue complicada para mí. En un punto la quería y en otro punto era como luchar contra eso. Cuando volvimos y fuimos al Gran Rex, lo que pasó fue de cancha. Era un evento del que no podías no ser parte. Cuando salí la primera vez, abrí la puerta... la ovación y el cariño hacia ese personaje me hicieron amigarme, abrazarlo, quererlo y decir “¡pará! Vos vas a seguir haciendo cosas distintas, pero abrazá a este personaje que te pertenece”. Bueno, ya no me pertenece, le pertenece a la gente.
–¿Al reencarnarla después de tantos años sentiste que envejeció? ¿Cómo fue volver a hacerla?
–Yo siento que hoy tengo una madurez como actriz que hace que mi mirada sobre Moni sea aún mejor que la que tenía hace 18 años. De hecho, creo que mi mejor Moni la hice ahora, en el Gran Rex. Y me di cuenta por las críticas que habíamos tenido. ¿Sabés qué tiene “Casados”? No es una obra que nosotros hicimos para que viniera gente y ganar plata nada más. Es una comedia de la hostia. Y las críticas que tuvimos tienen que ver con que nosotros nos tomamos muy en serio hacer esto.
–¿No sentís que lo que pasó con Érica Rivas empañó un poco el festejo que significó el regreso de “Casados”?
–No, para nada. Las decisiones personales son decisiones personales y teníamos muy claro que para nosotros esto tenía que ser una fiesta. Estamos en un punto de nuestras carreras donde hacemos las cosas que nos hacen felices. Fue una fiesta para nosotros porque lo fue también para el público. Entonces todo ese combo hizo que nada lo empañara; todo lo contrario, lamentamos mucho que ella (Rivas) se perdiera eso, que ella no pudiera disfrutarlo.
–¿Hay espacio para el humor en la televisión abierta de hoy?
–El humor está sufriendo la deconstrucción necesaria de la época y entonces es difícil ver de qué uno se ríe. Yo creo que por eso también se complica tanto pensar en qué comedias hacer. “Casados” goza con la impunidad de, alguna manera, ser un producto que es una crítica. Al ser una crítica, nosotros podemos darnos el gusto de reírnos de cosas que son políticamente incorrectas. Pero, como es una crítica, no es que las estamos avalando, sino que las estamos criticando. Los machirulos que son Moni y Pepe los criticamos, no los avalamos. Mostramos cómo determinadas personas siguen todavía teniendo personajes retrógrados. Y dentro de la historia hay quienes marcan que eso no debería ser así. Esa es la deconstrucción que sufrió “Casados”, pero Moni y Pepe siguen siendo los mismos.