La casa de Gran Hermano, sumida en la rutina y la calma, recibió una visita inesperada que desató una oleada de emoción entre los participantes.
Santiago del Moro, reconocido conductor del programa, irrumpió en la casa para entregar mensajes de la familia, desencadenando una reacción de gritos y excitación por parte de los habitantes del lugar.
Después de concluir una prueba del líder, los participantes aguardaban en el gran sillón del living, como es costumbre, esperando las felicitaciones del conductor por el ganador. Sin embargo, el paso del tiempo sin la presencia de Santiago desató la curiosidad y comenzaron a dispersarse por la casa.
Emmanuel, Lucía y Agostina decidieron salir al patio en busca de aire fresco y fueron los primeros en avistar la inusual apertura de la puerta de la casa, normalmente cerrada a excepción de los momentos de eliminación. Intrigados, se acercaron y decidieron mantener el misterio para el resto de los habitantes.
La tensión aumentó gradualmente mientras se acercaban al lugar, y las dos mujeres lanzaron pistas sobre la identidad de la persona detrás de la puerta. Sin embargo, antes de que pudieran revelar más detalles, Santiago decidió hacer su entrada, provocando gritos de asombro y alegría entre todos.
El motivo por el que Santiago del Moro entró a la casa de Gran Hermano
“Tranquilos, tranquilos, tranquilos, vamos con las valijas para allá”, logró decir Santiago entre la efusividad de los participantes, quienes lo rodearon con abrazos y besos mientras avanzaba por la pasarela del patio.
El conductor llegó con el propósito de entregar mensajes familiares, compuestos por una sola palabra para motivar a los participantes y mejorar la dinámica del juego.
Además, compartió noticias y novedades sobre el desarrollo del programa, agregando un toque de emoción y expectativa a la atmósfera de la casa más famosa del país.
