Hace más de 90 años que se entregan los Premios Oscar y, aunque la mayoría de las veces todo sale bien, existieron ocasiones en las que ciertas actitudes sorprendieron al mundo entero. Una de ellas fue la vez que Marlon Brando se negó al galardón.
Ya han pasado más de 50 años del día en que el actor dejó en ridículo a todos aquellos que lo veían desde el público, como también a quienes formaban parte de la Academia y lo eligieron para uno de los premios más importantes de la noche. Ocurrió precisamente el 27 de marzo de 1973.
Dirigida por Francis Ford Coppola, la película “El Padrino” fue estrenada a fines de 1972 y se consagró rápidamente como una de las más icónicas del cine mundial. Además de tener al polémico Marlon Brando como protagonista, contaba con Al Pacino como el coprotagonista de la historia sobre mafiosos.
El polémico momento de la negativa de Marlon Brandon en los Oscar 1973
El actor brillaba por su ausencia en el auditorio cuando, tras el anuncio habitual de “and the winner is...”, la activista Sacheen Littlefeather, ataviada con vestimenta y peinado autóctonos, se acercó tímidamente al escenario. Littlefeather, afiliada al Movimiento amerindio, defendía los derechos civiles de los indígenas marginados en los Estados Unidos.
Al recibir el Oscar en nombre del actor, Littlefeather rechazó el gesto, indicando que no aceptaba el premio en nombre de Marlon Brando. Ante el micrófono, anunció solemnemente que Brando declinaba el premio al mejor actor, y que las razones se detallarían en un comunicado de prensa de cuatro páginas.
La joven que en aquel momento tenía 26 años, dijo: “Esta noche vengo en representación de Marlon Brando. Me ha pedido que les diga, en un discurso muy largo que ahora no puedo compartir por falta de tiempo, pero que después voy a compartir con la prensa, que lamentablemente rechaza este generoso galardón”.
Tras esto, dejó bien en claro cuál fue la razón que llevó al famoso actor a negarse a uno de los premios más importantes del mundo cinematográfico: “Esto es debido al maltrato a los indios estadounidenses en la actualidad por la industria cinematográfica y en la televisión”.
A pesar de esta decisión, la Academia contempló el talento del actor y en dos ocasiones volvió a nominarlo a la misma terna. Primero por “El último tango en París” en 1974 y luego por “Una árida estación blanca” en 1990.