Andy Kusnetzoff protagoniza “Las cosas maravillosas”, una obra que entre muchas características únicas, tiene la de cambiar de actor principal en determinada cantidad de semanas, permitiendo que cada presentación esté impregnada del self de quien lo encarna, pudiendo así replicarse, tal vez infinitamente, sin agotar el interés del público. Esta obra, que quizá vuelva algún día a la provincia, nunca más se va a ver de la misma manera. La obra, de Duncan Macmillan y Jonny Donahoe, llegó a Buenos Aires en 2022 y se estrenó con el protagónico de Peter Lanzani y la dirección de Dalia Elnecavé. Y de hecho ya estuvo en Mendoza en julio y en septiembre del 2023, la primera vez con la actriz paraguaya Lali González y la segunda con Franco Masini. Esta vez viene Andy.
“Las cosas maravillosas” se presentará el sábado 11 de mayo a las 20.30 en el Teatro Mendoza, y al igual que la vez anterior, está dirigida por la exquisita y talentosísima Mey Scapola quien cuenta con una larga trayectoria como actriz, entre la que se destaca “Gasoleros”, en sus inicios, “Graduados”, “Guapas”, “Educando a Nina” y “El marginal”, en televisión, en tanto recibió cuatro nominaciones (tres como revelación -una de ellas por Graduados- y una como mejor actriz, que ganó) por sus actuaciones en Rancho Aparte, una adaptación para cine de la obra homónima de Julio Chávez. Pero además es directora de teatro. Entre otras cosas, esta conjunción Andy-Mey es lo que anticipa una presentación única e irrepetible, tanto por las características propias de la obra como por quienes la transitan.
Las entradas, que ya están a la venta en entradaweb.com.ar y en la boletería del teatro, tienen un valor de 16.000 pesos para la Platea VIP Escenario (una ubicación especial de 60 lugares en la que el público le ayuda al protagonista a contar la historia), palcos bajos y platea baja (filas 1 a 12); 15.500 pesos de la fila 13 a 24 y palcos altos; 15.000 pesos la platea alta y 14.000 pesos el pullman.
“Una lista de todas las cosas maravillosas que hay en el mundo. Todo aquello por lo que vale la pena vivir”, anticipa la sinopsis, que agrega “Esta es la misión del personaje que protagoniza la historia, con el objetivo de ayudar a su madre a salir de la depresión. Con un gran sentido del humor y una historia conmovedora, Las cosas maravillosas es, ante todo, una invitación a construir colectivamente una mirada luminosa de la vida”.
Imposible no valorar aún más la llegada de esta obra, dadas las circunstancias. El padre de Andy Kusnetzoff falleció el lunes pasado y el conductor de “Perros de la calle” se tomó varios días antes de volver al aire, el viernes. Allí, se quebró: “Nunca hice radio sin mi papá”, dijo en la apertura, tras lo cual no pudo contener las lágrimas. “Me preparé un montón para esto”, se disculpó después, a lo que su compañero, el psicólogo Gabriel Rolón respondió: “No hay manera de prepararse para estas cosas, Andy”.
Sin dudas, es un momento muy especial en la vida del periodista y conductor, de quien Wikipedia dice, injustamente, que “se hizo conocido pidiéndole besos a las famosas”. Andy ya era muy conocido para ese entonces, -tal vez por eso, y porque los ‘90 fueron otro mundo, se permitía esos deslices- y su figura nunca dejó de crecer, asentarse y madurar.
En los últimos años, además, condujo uno de los programas más exitosos de la televisión PH, Podemos Hablar, con el que le ganó a la diva de la “mesaza” la pulseada por el rating durante casi todo el ciclo en el que coincidieron en día y horario.
Sin dudas, Andy es “el distinto” de la enorme geomorfología televisiva y radial, que supo adaptarse a cada cambio que la sociedad exige, sobre todo, a los referentes mediáticos, dejando atrás al chico atrevido para convertirse en un hombre asentado y sensible que hoy se permite conectar emocionalmente con el público a nivel personal y ficcional.
Por eso, una vez más, la llegada de “Las cosas maravillosas”, con su presencia como relator principal de esa historia, preanuncia un encuentro irrepetible. En medio de una semana tristemente memorable para el conductor, se tomó unos minutos para charlar con Los Andes acerca de su rol en la obra, la sinergia con Mey y el mensaje de la historia.
-¿Cómo surgió la posibilidad de hacer “Las cosas maravillosas” teniendo en cuenta que la actuación no es tu actividad principal?
Bueno, esta obra la elegí o me eligió. La verdad es que Mey dijo “tengo una obra de teatro para vos” y yo le dije que no estaba para hacer teatro. Me dijo “mirala, hay una versión que se hizo en Nueva York que está en HBO”. La miré 10 minutos y le dije “la hago”.
-¿Qué te hizo cambiar de opinión?
Tiene una participación de público que me rompió la cabeza, me pareció espectacular y dije “quiero hacerla”. Después vino uno de los problemas más grandes que es “Ah, pero ¿cómo me voy a aprender esto?”, porque realmente parecía imposible, pero bueno con mucho entrenamiento, paciencia, ayuda y estudio lo hicimos.
-¿Cómo se siente el traspaso de un actor a otro? ¿Tomaste algo de tus predecesores?
Fui a verla cuando la hizo Franco Masini varias veces. Él fue generoso conmigo, creo que está bueno y yo trato de ser generoso con el o la que me sigue.
-¿Cómo es la sinergia con Mey teniendo en cuenta que ella es más actriz que directora?
Ser dirigido por Mey es una mezcla de cosas buenas. Yo estudié actuación hace 20 años con Julio Chavez, ella era su asistente y nos hicimos amigos. Después actúe con ella en “Graduados”, y me parece muy buena. En esa época, entre escena y escena, iba a al pasillo cuando ella no estaba trabajando y le preguntaba cómo hacer algunas cosas. Así me fue coacheando. Ahora yo ya sabía de su su talento como directora, así que fue bárbaro, nos llevamos bien, ella creía mucho en mí, eso me ayudó y lo hicimos.
-¿Tuviste miedo al fracaso con esta obra?
Sí, por supuesto. No tanto el fracaso de la obra, sino el fracaso propio de no estar a la altura, de no hacerlo bien. Pero me di cuenta que cuanto más trabajo le metía más iba apareciendo lo que tenía que hacer. Y después, cuando estaba en un nivel como para arrancar, eso fue mejorando un montón. La última función no tiene nada que ver con la primera, pero supongo que eso es parte del teatro. Hacer una misma obra muchas veces te da un entrenamiento que al principio dije “Uy, tengo un miedo” y al final me sentía como en la radio, como algo que hice toda la vida.
-¿Dónde te sentís más expuesto: en el escenario con el público ahí, o en la tele con invitados?
En teatro tenés revancha todas las funciones y estás ahí con la gente, está muy vivo todo, me gusta mucho esa adrenalina. La televisión es como un barco que hay que llevar de un lugar a otro y tiene más que ver con un formato, es más difícil encontrar algo que se parezca a vos, que como conductor te identifique. Con PH, Podemos hablar, me pasó. Creo que lo logré, pero en general es más difícil. Y en la radio es ser uno todos los días. Estar bien, estar mal, estar vivo tiene verdad, tiene cosas que son auténticas, que son ciertas. Lo que vas pensando, lo vas compartiendo en vivo. Fui creciendo al aire con los oyentes y eso es hermoso, me encanta.
-¿Te importa lo que se diga de vos en los medios o plataformas?
Yo creo que a todos nos importa lo que se dice de uno, pero me importa mucho lo que se dice de los que me conocen. ¿Sos buena persona o no, te gusta como sos? En eso quiero estar al día. Después, la parte pública, las redes, al que no le gusta tu trabajo y que habla sin saber, trato que eso no me afecte mucho. No soy tanto de estar pendiente de quién me puso like o quién vio mis historias. Pero creo que es un gran ejercicio, si uno está bien con uno bueno, se puede bancar lo que dicen los demás. Igual generalmente cuando veo muchas críticas de algo, digo “algo hay acá, a ver a qué le tengo que prestar atención”. Después, el hater por hater no me interesa tanto. Creo que cada día estoy más seguro de lo que hago y confío, trato de mirar menos y escucharme más.
-Volviendo a Las cosas maravillosas de tu vida, ¿Sentís que las estás aprovechando?
Estoy en una semana sensible. Poder estar el día con los afectos, con la familia, con todos, trabajar de lo que te gusta, es maravilloso. Poder ayudar a otros, hablar, charlar, escuchar, encontrar lugar para estacionar, que tu equipo haga un gol, y todo lo maravilloso que puede tener la vida.
-¿Qué cambió esta obra en vos?
La felicidad se va construyendo a pequeños momentos y de cosas maravillosas, aunque sean muy chiquitas. Eso es lo que aprendí también con la obra. No es algo que un día encontrás la felicidad que tanto buscabas, sino que vas construyendo pequeñas cosas y te das cuenta que de eso se trata.
-¿Qué consejo le darías al Andy de hace 25 años atrás?
¿Qué le diría? “Tranquilo. Esta es una maratón, no te angusties por una carrera cuando las cosas no salen, conéctate con los demás y empezá a buscar quién sos vos. Que no te definan los otros, fijate quién querés ser”. Yo creo que eso lo logré ahora, a mi 53, pero al de 25 le diría “es por acá”, que fue un trabajo que termine encontrando, pero a veces me comí un par de piñas en la mitad.
-¿Cuál es el mensaje que a vos te deja Las Cosas Maravillosas?
Lo más importante, además de haber compartido con los productores, con medios y con el público, lo que más me deja es este mensaje, “Anímate, puede salir bien, puede salir mal, pero anímate”. Es hermoso cuando lográs animarte a algo que era un desafío y después salió bien. Pero si no sale bien, yo creo que también es que bueno, yo prefiero un “qué bueno que lo hice, lástima que no salió bien” antes de “uy, si hubiera hecho esto, que lástima que no lo hice”. En el caso de las cosas maravillosas, salió bien, es hermoso, lo disfruto, es espectacular. Pero mi mensaje, lo que aprendí es “sí, anímate, hacelo. No lo dudes va a estar todo bien”.
Ficha técnica
Dramaturgia: Duncan Macmillan y Jonny Donahoe
Traducción y versión: Pablo Gershanik
Producción ejecutiva general: Eloísa Canton, Bruno Pedemonti, Tomás Rottemberg, Michel Haussman.
Producción ejecutiva por Miami New Drama: Claudia Urdaneta.
Producción ejecutiva: Javier Posik
Comunicación: Pablo Scioscia y Fernanda Prigoshin
Fotografía: Alejandra López
Diseño gráfico: Flor Bembihy
Operación Técnica: Agustín Cáceres
Asistencia de dirección: Luis Cicero
Dirección: Mey Scapola