Perdió la audición tras una mala praxis y hoy es experto en sistemas

Trabaja de técnico en sistemas en el municipio de Godoy Cruz y enseñó a sus compañeros las bases de la lengua de señas.

Perdió la audición tras una mala praxis y hoy es experto en sistemas
Perdió la audición tras una mala praxis y hoy es experto en sistemas

Cuando era chico le costaba mucho integrarse por ser sordo y, tras muchos esfuerzos y sinsabores, logró capacitarse y conseguir un empleo en la Dirección de Sistemas de la Municipalidad de Godoy Cruz.

La historia de Walter Sales (38), que perdió la capacidad de oír desde los 8 meses por una otitis mal curada y posterior mala praxis, causa admiración por el empeño puesto de manifiesto para superar vallas.

En la dependencia donde trabaja, su función es reparar computadoras y todos sostienen que lo hace muy bien. Cuando lo llaman desde alguna oficina por algún desperfecto, desde el área avisan que irá Walter, una forma de prevenir que el diálogo se hará en los parámetros que maneja el técnico.

Su lugar de desempeño es un espacio mediano, donde reinan las PC y los sistemas informáticos.

Allí comparte la labor diaria con 4 ó 5 compañeros en forma próxima, ya que el plantel de la dependencia es mucho mayor.
Primero resultaba dificultoso vincularse adecuadamente con él y los demás agentes apelaban al recurso de escribir los mensajes en un papel. De a poco, Walter les fue enseñando los rudimentos de la comunicación por lengua de señas (LSA). No podemos decir que son expertos, pero logran una vinculación adecuada. "La enseñanza se dio deletreando señas, lo básico, y luego avanzamos en la interpretación de los gestos", refirió Mauricio Cruzate (40).

Para formular sus consultas, Los Andes contó con el auxilio de  otra agente municipal, Daniela Galdames (28), que sabe comunicarse a través de los gestos. En ocasiones, también fue utilizada una hoja de papel, donde el técnico redactó sus respuestas, escribiendo con la zurda.Walter hizo la primaria en la escuela N° 2-005 Raquel Menéndez de Pavón, especializada en ortofonía y sordos, y el secundario en el CENS 3-406 Ramón Enrique Gaviola, de características inclusivas y con lengua de señas.

Búsqueda laboral

El paso siguiente fue conseguir un trabajo, que logró en una fábrica de colines o gomitas para el cabello, elementos que debía guardar en diminutas cajas, al cabo de 8 a 10 horas muy aburridas para él. Aunque se mantenía económicamente con ese sustento, no le gustaba lo que hacía, de manera principal porque casi siempre estaba solo realizando la monótona labor.

"Un día me decidí a estudiar y me anoté en una tecnicatura del Instituto de Educación Superior Manuel Belgrano, en Las Heras, del que salí con el título de técnico en Computación y Redes", contó el joven a través de Daniela.

Pero no fue sólo asistir a clase y recibir el título. Fueron 5 años muy arduos. Primero, porque vivía lejos y diariamente era conducido hasta las aulas por su diligente esposa, Graciela Escudero, desde el domicilio de ambos en Guaymallén. Luego, aunque el establecimiento es inclusivo, no recibía la instrucción en forma directa sino que un docente, Nicolás Reynaga (25) y otros colegas, interpretaban las diferentes asignaturas para que Walter las asumiera y lo mismo hacían al momento en que el alumno debía rendir.

"A Walter le costó un poco más recibirse, pero su tenacidad era (y lo sigue siendo) admirable", señaló Nicolás, quien ahora es compañero del antiguo estudiante y se dedica en el municipio godoicruceño a recibir a los contribuyentes impedidos de hablar o escuchar y facilitarles los diferentes trámites que quieren realizar.

Primero el municipio lo tomó bajo la modalidad de una pasantía, y posteriormente fue asimilado a la planta de personal a través de un contrato profesional.

"Siempre está dispuesto, tiene actitud, es solidario, y básicamente es feliz de ocuparse en lo que le gusta", contó Miriam Rodríguez, quien comparte el mismo ambiente laboral.

Simpatizante de Boca Juniors y de Godoy Cruz, de este último cuando no juega contra el equipo de la Ribera, Walter es afecto al fútbol y al vóley.

Cuando se lo consultó sobre cómo lo trataban las otras personas en el mundo exterior, en la calle, se tomó un tiempo para contestar. Sus manos dibujaron este mensaje que recibió Daniela. "A veces me observan hablando con otros amigos, también sordos, y entonces algunos se burlan un poco, les resulta gracioso, pero son más los que demuestran interés por aprender la lengua que empleo".

A su esposa la conoció hace 4 años, en una fiesta de cumpleaños del intérprete municipal, Nicolás. Al principio la relación fue un tanto complicada, pero de a poco y durante un año fue enseñando a Graciela el ABC de la lengua de señas. Tras un noviazgo de 2 años, la pareja contrajo matrimonio. El joven resaltó que todavía no han llegado hijos al hogar.

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