Heredero al trono de España, Felipe, de 45 años, escapa ante la opinión pública al escándalo de corrupción que hundió la imagen de la monarquía española, cuya salvación podría estar a ojos de muchos españoles en el Príncipe de Asturias.
De ojos azules y casi dos metros de altura, Felipe no aparece ante la opinión pública como responsable del escándalo por presunta malversación que cierne a su cuñado, Iñaki Urdangarín, y dañó la imagen del rey Juan Carlos, de 76 años, muy respetado durante décadas por su papel clave en la transición democrática tras el franquismo.
"La monarquía en España, obviamente, está relacionada con el rey Juan Carlos; en la gestión de la casa real en este caso (...) la responsabilidad última a nivel institucional es del rey, no del príncipe, con lo cual no estaría manchado por esta situación", explica José Miguel de Elías, director de Sigma Dos.
Según una encuesta realizada por este instituto de opinión y publicada a principios de enero por el diario conservador El Mundo, menos de la mitad de los españoles (49,9%) apoya a la Corona como institución, por primera vez desde el retorno a la democracia en 1978. Y la popularidad del rey Juan Carlos perdió nueve puntos en 2013, a 41%.