Escarmentado por la primera intervención en Irak, a la que siguieron los atentados de Madrid de 2004 y una derrota electoral, el gobierno conservador español intenta ganar tiempo antes de anunciar un apoyo militar a Francia en su lucha contra el yihadismo.
A pocas semanas de las elecciones legislativas del 20 de diciembre, la posición del jefe del gobierno, Mariano Rajoy, no puede ser más incómoda; cualquier decisión de contribuir a la lucha contra el yihadismo puede exponerle a las críticas, pero al mismo tiempo, los editorialistas denuncian ya sus dudas.
París anunció el miércoles que cada uno de los 27 países de la Unión Europea habían “decidido aportar un apoyo directo o indirecto a Francia”. España no ha dicho como.
Rajoy insistió ayer en que no ha recibido una petición formal de ayuda de París desde los atentados que causaron 130 muertos el 13 de noviembre en París, pero recordó que contingentes españoles apoyan ya a Francia en su lucha contra el terrorismo, particularmente con 117 hombres en Malí y 57 en Senegal.
“No se ha concretado todavía por parte del gobierno francés cuál sería la ayuda del gobierno español: apoyo directo a las operaciones militares en Siria, apoyo logístico a los que realizan operaciones en Siria o mayor presencia de países europeos en el Sahel”, dijo el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, en una rueda de prensa en Barcelona.
Aprobación parlamentaria
Recordó que cualquier decisión sobre operaciones militares deberá ser aprobada por el Parlamento, en virtud de una ley del anterior gobierno socialista.
“Vamos a seguir en contacto”, aseguraba el embajador francés en España, Yves Saint-Geours, dejando entrever que hay un diálogo entre las dos capitales. Pero, “sabemos muy bien que España está en campaña electoral y eso debe ser tomado en cuenta”.
Con la experiencia de 2004 en la cabeza, cuando los conservadores “perdieron las elecciones que estaban a punto de ganar”, según el analista José Ignacio Torreblanca, Rajoy intenta reunir el mayor apoyo posible antes de tomar una decisión.
Ayers consiguió que nueve pequeños partidos, entre ellos los centristas Ciudadanos, en pleno auge en los sondeos, se unan a un 'pacto anti yihadista' que Rajoy había firmado en febrero con el Partido Socialista, principal de la oposición, tras los atentados de París de enero.
Este pacto refuerza sobre todo los poderes de la justicia y de la policía para luchar contra los yihadistas y los que los reclutan.
"No hay cálculo electoral con esto, sólo deseo de buscar el máximo consenso entre los partidos políticos", dice el entorno de Rajoy.
El predecesor de Rajoy, José María Aznar, había apoyado la invasión estadounidense en 2003 y enviado tropas a ese país, pese a las grandes manifestaciones contra la guerra que recorrieron España.
En las elecciones legislativas del 14 de marzo de 2004, tres días después de los atentados atribuidos a islamistas marroquíes que causaron 191 muertos en Madrid, los conservadores, encabezados por Rajoy, perdieron los comicios ante los socialistas, que habían prometido sacar las tropas de Irak.