El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, anunció ayer la declaración del estado de alarma a fin de frenar el avance del coronavirus, mientras la región de Madrid ordenaba el cierre de todos los comercios no indispensables.
Con más de 4.200 infectados y 121 fallecidos en el país, el segundo más castigado de Europa sólo por detrás de Italia, Sánchez dijo en una comparecencia televisada que el estado de alarma entrará en vigor hoy y al menos por 15 días.
Durante este periodo se “adoptará un conjunto de decisiones excepcionales” a fin de “movilizar todos los recursos del conjunto del Estado para proteger mejor la salud de todos los ciudadanos”, “tanto públicos como privados”, “tanto civiles como también militares”.
En la legislación española, esta medida permite al gobierno limitar la circulación de personas y requisar todo tipo de bienes.
"Nos esperan (...) semanas muy duras", y "no cabe descartar que en la próxima semana alcancemos desgraciadamente los más de 10.000 afectados", advirtió Sánchez.
El número de contagios y decesos por el nuevo coronavirus se disparó en España desde comienzos de semana: de 589 el pasado domingo pasó a 4.231 en el último balance ayer, la mitad de ellos en la región de Madrid, donde los muertos superaban los 60.
Ante esta situación, el gobierno regional ordenó el cierre a partir del sábado de todos los comercios que no sean de primera necesidad, permitiendo únicamente la actividad de farmacias, gasolineras, estancos y supermercados que, durante todo el viernes, presenciaron largas colas de clientes haciendo la compra.
La medida "estará vigente hasta el 26 de marzo" y "se adopta también al objeto de facilitar el distanciamiento social al persistir un riesgo inminente y extraordinario para la salud de la población", argumentó el gobierno regional.
El ayuntamiento madrileño había decretado el cierre de terrazas y recomendado el cierre de bares y restaurantes, que de todos modos estaban prácticamente vacíos o clausurados previamente a falta de clientela.
"Apelando a la responsabilidad social cerramos hasta próximo aviso", podía leerse en un papel colgado en la puerta de un restaurante en el centro de la capital.
En el conjunto del país las escuelas y centros educativos cerraron. Además, se confinaron cuatro municipios en Cataluña debido a un brote descontrolado y en la zona costera de Murcia (sureste), ante el temor a la llegada de madrileños con segundas residencias en ese área.
"Como nos han recomendado de manera tan drástica que estemos confinados, con mi mujer sólo hemos salido esta mañana a comprar toda la comida para poder estar una semana en casa", dijo a AFP Pere Casaus, vecino de 83 años de una de las localidades confinadas en Cataluña: Igualada.
Según él, "en algunos supermercados había verdaderas batallas" para comprar la comida. Un total de 66.000 habitantes estaban confinados en esos cuatro municipios catalanes (ver aparte).
El sector del turismo y el ocio se están viendo golpeados de lleno. Además de bares y restaurantes, se cerraron masivamente teatros y museos públicos, como el Palacio Real de Madrid, las tres grandes pinacotecas de la capital -El Prado, el Reina Sofía y el Thyssen Bornemisza- o la catedral de la Sagrada Familia, en Barcelona.
El operador aeroportuario Aena indicó que el tráfico de pasajeros en su red cayó un 14,3% en la primera semana de este mes, y “prevé que el descenso se agudice sustantivamente a lo largo del mes de marzo, debido a la propagación del Covid-19”.
El jueves, Sánchez anunció un paquete de medidas para reforzar los medios de los servicios sanitarios, y créditos y facilidades fiscales para paliar el impacto de la pandemia en el turismo, aunque los 400 millones de euros prometidos fueron tachados de insuficientes desde el sector.
En la industria, las fábricas de Seat y Nissan en los alrededores de Barcelona dejarán de producir el lunes hasta nuevo aviso por los problemas de suministros.
Todavía está en análisis qué sucederá con las procesiones de Semana Santa, del 5 al 12 de abril. De momento, la Conferencia Episcopal recomendó que "se sigan las misas por televisión".
El coronavirus estaba golpeando incluso al gobierno de Pedro Sánchez, con dos ministras contagiadas (una de ellas es Irene Montero, esposa del vicepresidente Pablo Iglesias). Los reyes de España, Felipe y Letizia, que habían coincidido con una de ellas, dieron negativo del virus, indicó a AFP la Casa Real.
En Madrid sólo abrirán mercados y farmacias
El gobierno regional de Madrid ordenó el cierre desde hoy de todos los comercios a excepción de supermercados, farmacias o estaciones de servicio para frenar la epidemia del coronavirus en la comunidad, la más afectada de España.
España entra en estado de alarma ante esta enfermedad que causó más de 4.200 infectados y 121 fallecidos en todo el país. Cabe recordar que hay tensión entre el gobierno de Madrid (del Partido Popular) y el central (del PSOE), ya que los de la capital venían pidiendo hace 12 días que se declarara emergencia y el gobierno de Sánchez esperó hasta después de las manifestaciones del día de la mujer, el pasado domingo.
Críticas al uso de la situación por separatistas
El gobierno catalán quiere aislar completamente a la región del noreste de España, donde habitan unos 7,5 millones de personas, para detener la propagación del nuevo coronavirus, dijo su jefe regional a última hora de ayer, e instó a las autoridades centrales a ayudar a hacer cumplir el bloqueo total. Quim Torra habló en un discurso televisado el mismo día en que unos 70.000 residentes fueron confinados a cuatro ciudades de la región, donde un brote virulento de COVID-19 ha infectado a docenas en cuestión de días.
Sin embargo, la decisión ha sido vista con desagrado por los sectores más críticos, ya que lo consideran un aprovechamiento de la situación para generar una reclusión con tintes separatistas. El hecho de que decidan "cerrar" las fronteras de Cataluña (mientras que eso no es posible, por ejemplo, en Madrid) alimenta la crítica.
Por otro lado, contra Torra también arreciaron las críticas de los catalanes en general (más de la mitad no comulga con el separatismo oficialista) por el hecho de que en la comunidad se cobran los llamados telefónicos: entre 0,8 y 0,15 céntimos de euros por minuto. En una llamada de, por ejemplo, media hora, el coste para el ciudadano ascendería 4,5 euros