Los cuatro principales candidatos a presidente de gobierno de España sostuvieron anoche un debate en el que se lanzaron ataques y resaltaron sus promesas de campaña de cara a la elección general del domingo.
El debate, transmitido por la televisión pública y otro que se realizará hoy en una televisora privada, son oportunidades clave para movilizar al casi un tercio de votantes que – según las encuestas– siguen indecisos.
El actual mandatario, el socialista Pedro Sánchez, es el favorito en pronósticos para mantener su puesto, pero no para lograr la mayoría necesaria para formar un gobierno solo. Sánchez fue blanco de la mayoría de las críticas de los candidatos de oposición en el debate.
Un partido emergente de extrema derecha fue excluido del debate luego de que la junta electoral de España desaprobó un debate de cinco candidatos, porque postulantes de otros partidos menores también tendrían que ser invitados.
Lo primordial
Si España seguirá la senda internacional marcada por el auge de los nacionalismos o no tras las elecciones parlamentarias del próximo domingo, fue uno de los temas fundamentales.
Además, se tocaron otros tópicos de carácter económico como los impuestos, el empleo, las pensiones o el papel de las mujeres y las políticas de género.
También los posibles pactos entre partidos tras los comicios estuvieron muy presentes en el debate, con preguntas entrecruzadas entre los candidatos que ninguno respondió con claridad, y que tienen que ver con los resultados de las últimas encuestas que no dan una victoria clara a ninguno.
Las últimas encuestas de cara a las elecciones legislativas españolas, publicadas ayer, confirman la victoria del gubernamental Partido Socialista (PSOE), pero no despejan las incógnitas sobre la amplitud de ese triunfo o sobre posibles mayorías de Gobierno.
La ley electoral española prohíbe difundir sondeos de opinión desde cinco días antes de los comicios del próximo domingo, por lo que ayer fue el último día.
El conjunto de sondeos divulgados por los medios de comunicación entre el domingo y ayer coincide de forma unánime en que el PSOE quedaría en primer lugar, con entre un 28 y un 31,5% de los votos, y entre 115 y 139 diputados (actualmente tiene 85), sobre un total de 350 miembros del Congreso.
Sin embargo, los socialistas del actual presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, necesitarán pactar para poder asegurar una mayoría de gobierno.
Complicaciones
Es por eso que las elecciones generales pueden complicar todavía más la gobernabilidad de España. Si bien el PSOE se alzaría con el triunfo y podría aspirar a mantenerse en la Moncloa si Pedro Sánchez es capaz de reeditar la mayoría de la moción de censura contra Mariano Rajoy.
Por el contrario, el bloque de las derechas (PP, Ciudadanos y Vox) se aleja la mayoría absoluta.
En cualquier caso, todos los barómetros apuntan a un futuro Congreso sin mayorías estables. Por primera vez desde la restauración de la democracia en España en 1977, cinco partidos nacionales tienen opciones de repartirse la mayoría parlamentaria el próximo 28 de abril: PSOE (socialistas, candidatea a Pedro Sánchez), PP (conservador, Pablo Casado), Ciudadanos (liberales, Albert Rivera), Unidas Podemos (izquierda, Pablo Iglesias) y Vox (ultraderecha, Santiago Abascal), nuevo en unas elecciones generales, lo que ofrece un tablero muy plural.