El 82% de las argentinas utiliza el colectivo como medio de transporte, pero durante la noche optan por tomarse un taxi y afrontar la diferencia del costo para sentirse más seguras. Pese a eso, tanto en el micro como en el taxi han enfrentado situaciones de acoso. Los datos surgen de un informe elaborado por MuMaLá (Mujeres de la Matria Latinoamericana).
“Violencia contra las mujeres en el espacio público. La inseguridad de la que nadie habla” es el resultado del análisis de 1.300 encuestas realizadas a mujeres de 11 provincias, incluida Mendoza. El objetivo del estudio es explicitar la sensación de no estar seguras que experimentan ellas al transitar el espacio y utilizar el transporte público.
El relevamiento arrojó que 8 de cada 10 mujeres se sienten inseguras al ir solas por el espacio público, principalmente de noche (84% de las encuestadas se refirió a ese horario). Las principales razones para sentirse así son la existencia de zonas poco transitadas o descampados, pero también la poca iluminación.
Esto hace que en las horas nocturnas no tengan libertad de moverse por las ciudades donde viven.
De hecho, la semana pasada, una joven de 16 años fue violada por un hombre en la calle Patricias Mendocinas, entre Rivadavia y Montevideo, a pocos metros de la plaza Independencia, alrededor de las 23. Se trata, precisamente, de una cuadra con escasa iluminación. Los comerciantes de la cuadra reconocieron que cierran sus negocios después de las 21 por temor a la inseguridad.
El transporte público
El documento muestra que 82% de las mujeres consultadas utiliza el colectivo como medio de transporte. Esto, porque cuando en el grupo familiar sólo hay un auto suele utilizarlo el varón, pese a que la mujer es quien en la mayoría de los casos lleva y pasa a buscar a los niños del colegio, va al médico con los pequeños y personas mayores, y además, trabaja o estudia. Sin embargo, ese porcentaje de utilización del colectivo cae al 15% durante la noche.
Dentro de las estrategias que las mujeres deben adoptar para intentar sentirse más seguras, se encuentra que casi 8 de cada 10 encuestadas prefieren que las acompañen a la parada o que las esperen allí al bajar del colectivo. Es que 44% manifestó que la acosaron verbalmente mientras esperaba el micro y 6% fueron abusadas físicamente.
Pero tampoco el colectivo está exento de situaciones incómodas. Dos de cada diez consultadas manifestaron haber sido abusadas (rozamientos o manoseos) a bordo de este medio de transporte.
Las mujeres que utilizan habitualmente el taxi señalaron que en 59% de los casos lo hacen por razones de seguridad, frente al 23% que busca ahorrar tiempo o el 19% que opta por la comodidad. En tanto, 7 de cada 10 planteó que elige el taxi o remise durante la noche.
Sin embargo, el taxi también es un espacio de vulnerabilidad, ya que 14% de las consultadas expresó haber sufrido acoso por parte del chofer y 12%, maltrato. A esto se suman otras situaciones como que el conductor usó el celular mientras manejaba o hizo maniobras imprudentes. De ahí que 89% se mantiene comunicada durante el viaje con otras personas y 70% identifica la patente del móvil para sentirse más seguras.
Una de las conclusiones del informe es que transitar el espacio público es una actividad poco segura para las mujeres, que no pueden realizar de manera libre y sin condicionamientos. Esta percepción de inseguridad y la posibilidad de ser víctimas de algún tipo de violencia atenta contra su autonomía.
Jennifer Gil, coordinadora de MuMaLá en Mendoza, explicó que en las encuestas que realizaron en la provincia para ofrecer datos para el relevamiento nacional, hubo mujeres que comentaron que otro pasajero las rozó a bordo del micro o que el chofer del taxi les pidió el teléfono.
“La campaña nacional que lanzamos la semana que viene es 'Libres nos queremos'. Esto hace que no podamos sentirnos libres. Hay un horario, el de la noche, en el que no podemos transitar solas”, planteó.
Contra el acoso callejero
El viernes próximo se lanzará en Mendoza la campaña nacional "Libres nos queremos". Será a partir de las 17 en la Plaza Independencia. Jennifer Gil, coordinadora local de MuMaLá (Mujeres de la Matria Latinoamericana), explicó que el sitio elegido tiene que ver con la reciente violación de una menor a escasos metros de este paseo.
Gil detalló que se hará una intervención en la que se convocará a los varones a entender cómo se sienten las mujeres con el acoso callejero y se los invitará a decir “yo no silbo” o “yo no toco la bocina”. También se compartirán relatos de vivencias de mujeres, para que se comprenda que un piropo es un modo de hostigamiento que está naturalizado.
Esto, en el marco del pedido reiterado de que se apruebe la ley provincial que sanciona el acoso callejero y que ya tiene media sanción de Senadores.