“Las mañanas de mi infancia en Godoy Cruz comenzaban con el sonido de la sirena de la bodega Arizu”, dice Ana María Mateu en su libro “Balbino Arizu, el Rey del vino”.
Como ella, cientos de trabajadores, vecinas, vecinos e inmigrantes, fueron testigos del nacer, crecer y despertar de uno de los establecimientos más importantes de la historia vitivinícola de Mendoza y Argentina.
Y, en paralelo al esplendor comercial de Arizu, Tomba, Escorihuela y Barraquero, se gestaba alrededor la ciudad que hoy conocemos.
Es que San Martín se convertía también en la columna vertebral del desarrollo económico, la conexión y núcleo de oportunidades.
Así lo describe la arquitecta Eliana Bórmida: “Estaban estas bodegas que, con el tiempo, con los años, fueron atrayendo población alrededor”.
La profesional, miembro de la Academia de Arquitectura y Urbanismo de Argentina, cuenta que “no solamente se instalaban directivos, que tenían sus casas allí, sino gran parte del personal”.
Entonces, recordó, que “se fue creando una urbanización a lo largo de esta línea de la calle San Martín, que contribuyó a que la zona terminara siendo un área urbana unida, como es hoy”.
Los pueblos industriales
Por su parte, Fabiana Mastrangelo, presidenta de la Junta de Estudios Históricos de Godoy Cruz, explicó que “cerca de las empresas se construían las casas de los gerentes, los empleados, los obreros”.
De esta manera, se constituía “una suerte de pueblo industrial” relató la historiadora.
¿Por qué? Porque, tanto autoridades como personal residían en las cercanías de las compañías en las que prestaban servicios.
“Tenían casas adentro”, detalla la misma Bórmida, que reafirma la importancia del rescate del inmueble de parte de la Municipalidad que encabeza Tadeo García Zalazar.
Ciertamente, asegura que “hay que tomar en serio que esto tiene que ser conservado, no es menor que esté ubicado en la calle San Martín y a pocas cuadras del centro (Ciudad)”.
Una calle que se transformó en un nexo entre el Norte y el Sur desde la segunda mitad del siglo XIX. Nada menos que escenario y alfombra de la dinámica diaria de Godoy Cruz y los departamentos adyacentes.
El modelo que replicó y una de las claves de su éxito
Sin embargo, la formación de esos pueblos industriales no fue casualidad. De hecho, fue una de las claves del crecimiento de Arizu.
Por eso, Mateu, doctora en Historia e investigadora de Conicet, llegó a la conclusión de que Balbino “reprodujo un mundo muy parecido del que él había conocido allá”, en Unzué, España, de donde era oriundo.
Luego de su investigación, contó que cerca de “cien hombres se trasladaron de la aldea (en Unzué) hacia Mendoza”.
“Estructurar una red de relaciones sociales, políticas, aldeanas fue, evidentemente, el éxito que permitió a Balbino insertarse”, firmó.
En definitiva, confirma, que este sistema “le sirve como soporte”.
Y, además, para “estructurar el mercado de vinos” en el que la mayoría de los consignatarios eran de apellidos vascos y navarros.
Como consecuencia, no sólo “les tenía confianza y les vendía sus vinos”. Sino que la confianza era mutua, ya que estos comerciantes, hasta llegaron a prestarle dinero en la crisis 1890, en un momento complicado de la sociedad anónima.