El capítulo 16 de la Fiesta de la Cerveza llegará con los usuales recitales, gastronomía, entretenimiento y cervezas de calidad.
Además, se sumarán distintas sorpresas y novedades respecto a las ediciones anteriores.
Una de las “perlitas” en este 2023 será el escenario, no sólo por sus dimensiones, sino por sus características técnicas.
Previo al 1, 2 y 3 de diciembre, quienes encabezan esa tarea contaron los detalles.
Noelia Torres, a cargo de la jefatura del escenario y coordinación técnica, explicó “el gran desafío” que implica este trabajo que comparte con Pablo Fernández, quien la acompaña en la asistencia.
Con 20,56 metros de boca, 15,42 de profundidad y 12 de alto, el escenario de un nuevo capítulo de la fiesta será imponente, y uno de los más grandes montados en la provincia y el interior del país.
En esa línea, Torres explicó que “la particularidad es que el techo se extiende hacia un área y media de trabajo, aproximadamente. Es mucho más amplio en comparación al del año pasado”.
Siguiendo ese argumento, añadió que “eso facilita lo que buscamos siempre, que sea hermético ante el agua, y también hemos logrado que toda la parte de sonido y backline esté cubierta por el mismo techo”.
Por otro lado, adelantó que se utilizará “un sistema de sonido nuevo que se estrena en la Fiesta de la Cerveza (Abraham)”.
Asimismo, la colorida gráfica que cada año identifica al festival vestirá y le pondrá su habitual sello.
Las ventajas para el público y los artistas
Respecto a los beneficios, analizó que “el nivel de calidad de sonido es importante y el estructural es de otra magnitud”.
Mientras que “para cada uno de los servicios hay un espacio en particular. Se han generado otras áreas de trabajo, con más lugar”.
En definitiva, más metros de escenario y un techo más amplio permiten una circulación más ágil, fácil y con seguridad.
Para los artistas, en tanto, evaluó que implica “comodidad, tener todo armado sobre tarimas, eso también facilita el cambio entre y banda y banda”.
De igual forma, “ayuda a que el público no espere tanto entre banda y banda”.
En cuanto a las pantallas, “este año una de las pautas de trabajo era generar bloques de pantallas”.
Por eso, hay una de 19 metros de ancho por 8 de alto, “que casi cubre toda la espalda”.
Y en los laterales hacia afuera, hay una de cada lado, de 9 metros por 5.
Entonces, “la idea es que se vea un solo tirón de pantalla, que es lo que se viene viendo en recitales últimamente, algo que impacta y un dato interesante”.
El detrás de escena
Cerca de 20 personas han participado del armando escenario y más de 100, en total entre todos los servicios.
La parte estructural incluye también sonido, pantalla, iluminación, entre otras cosas.
Después, el back, es el sector que contiene a los artistas “tras bambalinas”, la de camarines.
El desafío
Finalmente, Torres manifestó que la tarea “es un gran desafío y una gran responsabilidad”.
“Implica que se cumplan los plazos proyectados como parte de un ensamble completo”, señaló.
Fernández, por último, reflexionó que “se aprende mucho y es un reto interesante, ya que es nuestro trabajo es parte de una cadena”.