En un contexto de profundas transformaciones y desafíos para el sistema universitario y científico de Argentina, resulta crucial conocer la postura de quienes lideran las universidades privadas. Ante la situación que enfrenta el subsistema estatal, manifestar una posición solidaria y comprometida no solo es importante, sino necesario. La cooperación entre ambos sectores puede marcar una diferencia significativa en la construcción de un sistema educativo inclusivo, que potencie el desarrollo científico y brinde igualdad de oportunidades en todo el país.
En esta nota, el presidente de la Red Andina de Universidades (RADU) y rector de nuestra Universidad, Daniel Miranda; junto con el presidente del Consejo de Rectores de Universidades Privadas (CRUP) Juan Carlos Mena, comparten su visión sobre el presente de un sector que enfrenta importantes desafíos.
La situación del sistema universitario argentino, en el momento actual, es altamente compleja, especialmente para el subsistema estatal que se encuentra sometido a una fuerte restricción presupuestaria con impacto directo en los salarios docentes, sostiene el presidente del CRUP.
Investigación en números
No solo el sistema universitario se encuentra en crisis, sino también el sistema científico que de igual forma se encuentra afectado por las faltas presupuestarias. Para tener en cuenta el impacto y la relación del subsistema estatal con la investigación científica, es necesario conocer algunas cifras provenientes del último informe sectorial publicado por el anterior Ministerio de Ciencia y Tecnología en 2023 (sobre datos de 2021). El mismo sostiene que el 59% de la inversión en investigación provenía del sector público y el 41% restante de fondos privados. En este último segmento, la proporción dominante la tienen las empresas que realizan un aporte cada vez mayor. De la inversión privada, las universidades privadas representan, aproximadamente, el 3%. Por otra parte (según el mismo informe), el 7% de los investigadores pertenece a las universidades privadas contra el 51% de las universidades públicas.
La necesidad de cambios y mejoras es una realidad innegable, e indiscutida. Respecto a este punto, el presidente de la RADU subraya que es fundamental implementar cambios que alineen las instituciones con las tendencias globales en educación, tecnología y gestión académica. Indudablemente, hay cambios que son imprescindibles dentro del sistema universitario, ya que todavía nos manejamos con parámetros, acciones y actividades que prácticamente en otros lugares del mundo se han dejado de utilizar. El sistema debe adaptarse a la aplicación de la virtualidad, a la educación a distancia, y a la aplicación de la inteligencia artificial en todas sus funciones...
Universidades privadas y presupuesto
Por otro lado, en cuanto al presupuesto de las universidades privadas en I+D este es completamente independiente. Las políticas de financiamiento público en materia de educación, ciencia y tecnología son relativamente inocuas en el funcionamiento de las universidades privadas que, en general, tienen vedado el acceso a fondos públicos. Más allá de esto y de los números expuestos anteriormente, el rol que juegan las universidades privadas en el desarrollo científico y tecnológico no deja de ser importante. Si bien los números son bajos, se ha ido incrementando lentamente en cada una de las instituciones y una de las razones es por el hecho fundamental de que la CONEAU exige cierto caudal de desarrollo científico a través de las políticas y requisitos para la acreditación de carreras.
Casi todo el desarrollo de las Universidades Privadas, tanto en docencia como en investigación, se ha realizado con esfuerzo propio y, cualquiera sea el horizonte político imaginable, creo que el gran desafío será seguir creciendo y sosteniendo la educación privada con recursos privados, dice Juan Carlos Mena.
En cuanto al mismo punto, el Rector de la Universidad Maza también sostuvo: Estamos trabajando en tratar de lograr ingresos genuinos que no dependan de las cuotas arancelarias, por ejemplo, a través de la generación de servicios a terceros, de proyectos de investigación, de extensión; o a través del Programa de Desarrollo Institucional, que es el programa por el cual tratamos de formar una comunidad filantrópica e impulsar la promulgación de la Ley de Mecenazgo.
En definitiva, con un pensamiento optimista, se podría decir que cada crisis puede ser evolutiva o involutiva, desde las organizaciones de Universidades Privadas se quiere pensar que va a ser evolutiva. Si bien los desafíos son enormes, se espera que esta situación crítica pueda impulsar transformaciones significativas que fortalezcan al subsistema estatal y reivindiquen su prestigio, consolidando un modelo de educación superior resiliente, inclusivo y alineado con las demandas del contexto global.