Por Mariela Encina Lanús
Un total de 41 obras, de estilo escocés, francés, italiano y americanista, componen actualmente el heterogéneo mobiliario escultórico del Parque General San Martín. Cada uno de ellas representa la concreción de un espacio simbólico de poder. El libro "Escenarios del poder", de la investigadora Patricia Favre, devela las circunstancias políticas y sociales que definieron sus sucesivos emplazamientos.
Caballito de Marly
El 12 de febrero de 1914, cuando se inauguró el monumento al Ejército de los Andes, en el Cerro de la Gloria miles de mendocinos desoyeron la orden oficial (solo se podía asistir con invitación) y escalaron, felices, hasta lo más lo más alto del cerro. El emplazamiento de esta obra escultórica, además de conmemorar la gesta heroica del pueblo mendocino, conformó un nuevo “escenario de poder”. No fue el único.
Así lo cree, Patricia Favre (docente, historiadora e investigadora), autora del libro “Escenarios del poder. La escultura en el Parque San Martín” (EDIFYL, 2015). A lo largo de más de 200 páginas, la investigadora revela qué rol tuvo el arte público en la configuración de ideologías e identidades, a través del análisis socio político del mobiliario escultórico del Parque. Hablamos de un catálogo que hoy asciende a 41 obras existentes y cuya heterogeneidad está determinada por los estilos escocés, francés, italiano y americanista que conviven en él.
"Detrás de la utilización del Parque, en tanto espacio público, siempre hubo pugnas políticas. Cada gobierno, en su afán de dejar una huella, fue generando un espacio simbólico y privilegiando ciertos espacios físicos. Las esculturas emplazadas en el Parque generan un coleccionismo oficial que no está dado en otros espacios públicos. Allí, por ejemplo, se crearon los primeros museos", explica Favre.
Así, tanto los imponentes portones adquiridos en Glasgow como la atractiva Fuente de los Continentes y los Caballitos de Marly (ambos fundidos en Francia), el Monumento al obrero y hasta el Saludo al sol (de autores argentinos), entre otras obras que hoy conforman parte del paisaje natural del Parque, guardan relación directa con la historia oficial. O, en otras palabras, con la manera en que los sucesivos gobiernos buscaron legitimarse simbólicamente, desde que fue creado el Parque del Oeste (tal el nombre que recibía en 1896). "Lo interesante –subraya Fravre- es que, cuando todavía no estaban plantados los árboles, los líderes políticos ya empieza a pensar en incorporar obras de arte".
Emilio Civit –detalla la historiadora- fue el principal gestor del equipamiento artístico del parque, con la inauguración de los portones y las farolas de estilo escocés. "Civit generó su escenario de poder: los portones no solo definían la entrada al parque sino que solo se abrían para que él desfilara en carruajes".
Durante el gobierno de Civit, se creó, también, el Quiosco de Música, donde actualmente hoy se encuentra la Calesita. Esa glorieta, detalla Favre, "era un espacio social de privilegio" pues era el punto de reunión de la aristocracia mendocina. Allí tocaba, regularmente, la Orquesta de Música de la Policía y en sus alrededores se realizaba el Corso de flores, durante el cual "las mujeres desfilaban en carruajes y los hombres les tiraban flores y poesías".
Detalle Fuente de los Continentes
La siguiente etapa, definida por la inauguración de la Fuente de los Continentes y los Caballitos de Marly, entre 1911 y 1912, tuvo un claro acento francés. "Aunque fue Civit, también, quien encargó estas esculturas a Francia, no llegó a concretar la obra". De las dos, es el conjunto escultórico de los Caballitos el que nos entrega información histórica. "Esta obra advierte la historiadora- entra en la leyenda negra que sobrevolaba en Europa: cada uno de los domadores representa a un continente y su cultura: Europa, la civilizada; y América, la bárbara. Sin embargo, cuando adquirimos el monumento, esa simbología ya había desaparecido".
A diferencia de estos emplazamientos, claramente elitistas, la inauguración del Monumento al Ejército de los Andes (1914) funcionó como elemento democratizador. Patricia Favre, retrocede en el tiempo: "La inauguración se realizó con invitación especial. Era un acto deliberadamente elitista pero convocó a todas las clases sociales. Las crónicas periodísticas dan cuenta que asistieron 25 mil personas y muchos de ellos subieron por las laderas, porque no tenían invitación".
Es que la instalación del monumento (uno de los íconos en las postales mendocinas), se vivió como la concreción de un viejo anhelo de la memoria colectiva: "la primera legislación data de 1888, por ello, cuando se lo concretó, 30 años después, el pueblo lo sintió como un testimonio de su valentía e heroísmo por haber participado de la campaña del Ejército, tras la cual Mendoza se posicionó entre las provincias más heroicas del país".
Con la llegada del lencinismo, en la década del ’20, el Parque, en tanto espacio simbólico, cambió su configuración. “Los lencinistas, ya separados del radicalismo nacional, adquirieron un marcado carácter populista: quisieron apropiarse e incluir a la clase popular en el Parque que, hasta entonces, solo había sido un lugar prestigioso y elitista”. Con esta intención José Néstor Lencinas creó el Rosedal; por aquello años, un paseo peatonal.
Fuente de los Continentes, actual y de 1911.
Durante ese periodo, también, se inauguró el Monumento al obrero, obra del escultor español radicado en Mendoza, Juan José Cardona. "Fue una de las primeras acciones que decretó Lencinas cuando asumió, en 1918, tras cinco décadas de gobierno conservadurista. Fue una propuesta de vanguardia porque, por entonces, no había en el país un monumento de tales características. La decisión generó enfrentamientos entre partidarios y detractores. Por varios motivos, su inauguración se demoró, y tras la muerte de Lencinas es su hijo, Carlos Washington Lencinas, quien lo inauguró, en cercanías de la Avenida a las Palmeras. Se estima, en 1922".
En el marco de los gobiernos demócratas, desde el ’32 en adelante, se realizaron todas las tareas de remodelación del parque (desapareció, por caso, el Quiosco de la Música) y también en el Monumento al Ejército de los Andes. Durante ese lapso se instaló el Ofrendatorio Sanmartiniano (1940) que suma 250 placas; entre las cuales encontramos varias de gran valor escultórico.
Por aquellos años, también se emplazó la obra Saludo al sol, de Luis Perlotti (en 1939) y esta fue primera escultura de corte americanista. "La instalación de esta obra rompió con el aspecto clasicista y europeo que tenía el Parque", explica la historiadora.
Testigo de este largo proceso de creación y superposición de “escenarios de poder” es el heterogéneo catálogo conformado por esculturas escocesas, francesas, italianas y americanistas que hoy podemos observar en el Parque General San Martín.
Monumento al obrero
Actualmente, el catálogo de obras escultóricas existentes en el Parque General San Martín asciende a 41. Aquí, seleccionamos una docena.
PORTONES DE ACCESO
Autor: Walter McFarlane & Co. Origen: Glasgow, Escocia. De hierro. Colocación: 1908. En: Av Boulogne Sur Mer y Av. El Libertador.
FUENTE DE LOS CONTINENTES
Autor: Mathurin Moreau; Société Anonyme des Fonderies d' Art du Val d' Osne. Origen: Francia. De hierro. Colocación: 1911. Declarada Patrimonio Cultural en 2010. En: Rotonda, intersección de Av. de los Plátanos y Av. del Rosedal.
LOS JABALÍES
Autor: Société Anonyme des Fonderies d' Art du Val d' Osne. Origen: Francia. De hierro. Colocación: 1910 (probablemente). Originalmente formaba conjunto con "Ciervo atacado por leones", del otro lado de la avenida. En: Av. El libertador y Av. Boulogne Sur Mer, trasponiendo los portones, lado sur.
CIERVO ATACADO POR LEONES
Autor: Société Anonyme des Fonderies d' Art du Val d' Osne. Origen: Francia. De hierro. Colocación: 1910 (probablemente). Originalmente formaba conjunto con "Los Jabalíes", sobre el lado norte de la Av. El libertador. En: Av. del Rosedal.
DIANA Y ENDIMIÓN
Autor: Ernest Damé; Société Anonyme des Fonderies d' Art du Val d' Osne. Origen: Francia. De hierro. Colocación: 1911 (probablemente).El original fue expuesto en el Salón de París de 1899. En: Rotonda, intersección de Av. del Rosedal y Av. de los Robles.
CABALLO SOSTENIDO POR UN PALAFRENERO, DENOMINADO "CABALLITO DE MARLY"
Autor: Berthier. Origen: Francia. De mármol de Carrara. Colocación: 9 de setiembre de 1913. Forma conjunto con otro grupo escultórico del mismo tema (no idéntico), colocado en frente. Uno personifica a un americano, el otro, a un europeo. En: Rotonda, intersección Av. El Libertador y Av. de las Tipas.
MONUMENTO AL EJÉRCITO DE LOS ANDES
Autor: Juan Manuel Ferrari (Uruguay). Origen: Buenos Aires. De bronce y piedra. Colocación: 1904-1914. En 1940, Daniel Ramos Correas realizó una importante remodelación; entre otros cambios, se construyó el Ofrendatorio Sanmartiniano. El monumento y su entorno fueron declarados Patrimonio Cultural en 1998. En: Cerro de la Gloria.
Detalle monumento a San Martín en Cerro de la Gloria
MONUMENTO AL OBRERO
Autor: Juan José Cardona. Origen: Mendoza. De bronce. Colocación: 1922 (probablemente). Originalmente tuvo otro emplazamiento (el antiguo Zoológico) pero fue trasladado en 1940. En: Zoológico, Cerro de la Gloria, Av. de El Libertador.
LA PUREZA
Autor: A. Belli. Origen: Florencia, Italia. De mármol de Carrara. Colocación: 1923. En: Av. del Rosedal.
SALUDO AL SOL
Autor: Luis Perlotti. Origen: Buenos Aires. De bronce. Inauguración: 1939. En: Parque Aborigen, Av. El Libertador en intersección con Av. Champagnat.
Saludo al Sol
LA AURORA Y EL CREPÚSCULO
Autor: Mathurin Moreau; Société Anonyme des Fonderies d' Art du Val d' Osne. Origen: Francia. De hierro. Perteneció a la familia de Antonio Tomba, desde 1900. Colocación: 1972. En: extremo norte de la Isla del lago de Regatas, Av. Costanera del Lago.
BACANTE Y SÁTIRO
Autor y lugar de origen: desconocido. Colocación: 2008. De cemento. Copia del original de Claude Michell, llamado Clodion, realizada hacia 1900. En: Rosedal, Av. del Rosedal.
La Pureza
Patricia Favre es Licenciada en Historia del Arte y Magíster en Arte Latinoamericano (UNCuyo), docente universitaria (Facultad de Artes y Diseño de la UNCuyo) e investigadora. Trabaja en la Dirección de Patrimonio Cultural, desde 1992. Es miembro fundador y titular del Grupo de Estudios de Arte Público Latinoamericano, desde 2008.
Es autora de los libros “Deudas históricas, reparaciones escultóricas. El programa conmemorativo monumental en la construcción de la identidad (Mendoza, 1887 – 1917)” y “Escenarios del poder. La escultura en el Parque General San Martín”, además de numerosos artículos referidos al arte mendocino. Actualmente realiza un doctorado en el área de Teorías e Historia del Arte, de FFYL, de la UBA.