Fue sin dudas un momento emotivo para todos, que los encontró en el patio de una escuela rindiendo homenaje a la dedicación, el altruismo y el profesionalismo. A partir de ahora, el reconocido pediatra Mario Pérez Elizalde, quien falleció en setiembre de 2011, tiene una escuela con su nombre, algo que las autoridades perseguían desde hace catorce años.
La esposa del profesional junto a sus hijas y otros familiares participó emocionada; también lo hicieron médicos del hospital Español, donde se desempeñaba, y compañeros de la secundaria, de la promoción 48 del Normal Tomás Godoy Cruz.
El director de la institución, Favio Rovere, destacó “su trayectoria de vida, que fue reconocida socialmente en la Legislatura y la Municipalidad de Capital; fue un personaje distinguido también por su solidaridad”.
Romina Torres, alumna de cuarto año, dijo: “Fue bueno poder elegir el nombre. Casi todos participamos; ahora ya no nos van a decir más la escuela amarilla; ahora tenemos nombre”.
Este colegio secundario público comenzó a funcionar en 1998 en un galpón hasta que recibió el actual edificio, ubicado en Pehuajó y Cerro de Yaucha, en 2000, al cual acuden 357 chicos. Lo hizo en las condiciones que lo entrega la Dirección General de Escuelas (DGE), identificado sólo con un número. Desde aquel entonces buscan un nombre adecuado, entre idas y vueltas ya que propuestas anteriores no habían sido aceptadas.
Identidad
Dejará de ser un colegio identificado como 4-150, algo que celebra toda la comunidad educativa. “Tener un nombre es de suma importancia para cualquier institución y más para una escuela que no quiere ser meramente un número... Es como si las personas fueran llamadas por su documento”, apuntó el director.
Los alumnos destacaron lo mismo. “Ahora tenemos una identidad para que todos los otros colegios nos reconozcan cuando participamos de algún evento”, comentó Diana Pérez.
Como parte del logro mostraron orgullosos el estandarte que presentaron ayer en sociedad en el que consta la nueva denominación. Para su diseño se hizo un concurso entre los alumnos.
Romina comentó: “Estamos muy contentos porque a diferencia de otros colegios no teníamos un escudo, así que el año que viene vamos a venir todos con éste en las remeras”.
Al respecto, Diana detalló que “muestra las dos modalidades que tiene la escuela: Ciencias Sociales y Naturales”, por las que pueden optar en tercer año.
Procedimiento
Desde el gobierno escolar explicaron que los nombres son elegidos por la comunidad. En algunos casos participan hasta los vecinos y los chicos salen del colegio para argumentar la decisión entre ellos. Es habitual que se elija el nombre de la familia que donó el terreno, pero en todos los casos implica una movida importante con reuniones y presentación de documentos que sustenten la sugerencia.
Desde la escuela habían comenzado con el trámite el 4 de setiembre del año pasado. El regente, Paulo Cortínez, recordó que los miembros de la comunidad educativa que tenían un personaje para sugerir se acercaban a la dirección y les pedían más información con la cual hicieron un expediente. Con los “postulantes”, el 10 de noviembre del año pasado se hizo una votación -con urna y todo- en la cual se emitieron 371 sufragios.
De los nueve personajes en danza, los cuatro primeros puestos fueron para: Mario Pérez Elizalde que recibió 178, seguido por la profesora Florencia Fossatti con 117, Victoria Peñaloza, con 24, y Ramón Ábalo, con 19.
El director opinó que quizás los chicos se identificaron más con el médico por la orientación en salud que tienen en la escuela.
Por ahora, el nombre sólo consta en la placa de bronce que se descubrió ayer y los directivos no saben cuándo lo lucirán en el frente del edificio. Explicaron que la DGE instalaría las tradicionales letras negras pero que están pensando en hacer uno por cuenta del colegio, más moderno y colorido.
