Utilizando 10 botellas PET que ya cumplieron con su propósito de uso, los alumnos de la escuela técnica N° 4-109 Ingeniero Álvarez Condarco de Godoy Cruz realizan un ladrillo más liviano y resistente que el común que todos conocemos.
Se trata de un proyecto institucional integrador que desarrollan desde el año pasado y que ayer obtuvo un gran impulso al recibir en el establecimiento una máquina trituradora de plástico.
"Empezamos tijera en mano a cortar las botellas y eso ya estaba en vías de extinción porque representaba mucho trabajo", relató Luis Lucero, director de la institución, que dio a conocer su iniciativa en la propuesta Ciudadanía del Agua del Departamento General de Irrigación.
"Allí la compañía Eco de los Andes decidió apoyarnos y nos regaló el molino triturador de PET que nos va a permitir diversificar nuestro proyecto", destacó.
Este complemento será para Martín Corvalán (17), alumno de quinto año, una gran oportunidad para crecer como escuela y mostrar a la sociedad su aporte. "Por un lado ayudamos al medio ambiente y por el otro innovamos en la construcción en Mendoza", expuso el chico a la vez que precisó que un sistema similar se utiliza en otros países. "Lo que es muy bueno es que la mayoría de nosotros hemos cambiado el hábito de recolección y tenemos más conciencia del daño que causa el tirar basura", añadió.
Su compañero Michael Moreno (18) tuvo una percepción similar: "Me parece que es beneficioso para toda la sociedad, que de a poco todo puede ir cambiando".
Del desecho al uso
La iniciativa escolar surgió del profesor Luis González, a quien lo motivó la necesidad de limpiar las acequias de la provincia. "Como no podíamos hacernos cargo de todo decidimos empezar a trabajar con las botellas de plástico que representaban la mayor cantidad de basura", narró el diseñador industrial.
Para él, lo fundamental es que la institución educativa sea el nexo con la sociedad para concientizar sobre la reutilización de los desechos y que los estudiantes desarrollen alternativas que aporten a este propósito.
Lo primero que hacen los alumnos para concretar el proyecto es recolectar la materia prima. "Las traemos de nuestras casas y de nuestras familias. También la juntamos de una campaña que se hizo en toda la escuela el año pasado", comentó Rodrigo Quinteros (19), de sexto año. Luego las limpian y las cortan: "Antes era manual y desde ahora va a ser con la máquina", detalló.
Una vez que el material tiene el tamaño de un chip de un teléfono celular, lo mezclan con cemento, cal, aserrín y agua y lo colocan en los moldes.
Además de ladrillos, con el mismo material pueden elaborar adoquines y amoblamiento urbano (bancos para plazas, mesas y canteros), así como cordón, cuneta y banquinas. "Los chicos tienen una motivación extra que implica generar y producir en el propio colegio, una excelente forma de reunir la teoría y la práctica que además une a todo el colegio con un mismo propósito", subrayó Betiana Gallardo, asesora pedagógica.
Prueba superada
Para comprobar las cualidades del ladrillo logrado, las autoridades escolares recurrieron a la Universidad Tecnológica Nacional. "Pasamos por pruebas en la UTN en las que se comparó al ladrillo común con el nuestro, que determinaron que el nuestro tiene la mitad de peso y el doble de resistencia", remarcó González.
También realizaron evaluaciones en la misma escuela que dieron como resultado que tienen gran capacidad aislante y para absorber la humedad.
"El único aspecto en el que nuestro producto pierde es en la resistencia al fuego, pero de todas formas es mucho más resistente que la madera", reconoció el docente, quien concluye que se podrían construir viviendas con este material, el único problema es que todavía no está legislado. "También faltaría que la gente les tome confianza", añadió.
Al tratarse de una iniciativa escolar, la producción de ladrillos con PET no está pensada a gran escala, sin embargo sería viable que un municipio lo tome y los realice.
"A una empresa no le convendría por los costos de recolección y separación, pero los municipios ya tendrían el material", explicó González, a la vez que informó que el costo de su material es similar al de un ladrillo común. "Esto siempre que en las mismas casas se implemente la separación de los residuos", aportó.