Los chicos de la escuela Ricardo Palma de La Carrera, en Tupungato, llevan una semana sin clases por falta de gas. Los problemas en el suministro de este servicio escolar no afecta hoy sólo a esa comunidad. Otros dos colegios de zona de montaña en ese departamento han tenido que suspender la doble jornada para “estirar hasta donde se pueda” la poca reserva de gas que les queda.
Las bajas temperaturas de un invierno que no quiere partir afectan de un modo particular a estos alumnos, que viven al pie de la cordillera tupungatina y que hasta una semana han caminado por paisajes blancos de nieve.
“Acá no es cuestión de comodidad. Nuestros niños no pueden cursar si no hay calefacción”, se quejó un grupo de padres del establecimiento, quienes llaman todos los días a los directivos para saber cuándo sus niños vuelven a clases.
Los docentes de la Palma ya habían venido realizando ajustes con el consumo, pero la semana pasada se quedaron sin reserva. Los fríos agudos y las nevadas de las últimas semanas los obligaron a tomar la decisión de cortar el servicio educativo, si YPF no enviaba el nuevo zeppelin. Así es que esta semana las docentes han cumplido horario en la escuela Emilia Herrera de Toro, de la villa cabecera de Tupungato, y los chicos están con 'vacaciones forzosas'.
El jardín maternal Pasitos Nuevos, que funciona en el mismo establecimiento y cumple una fuerte función social para las mamás que trabajan en la zona, tampoco está con actividad.
Clases perdidas
Según comentaron las familias Carmona y Cisterna, los directivos han hecho los reclamos pertinentes. "Les respondieron que hay problemas con YPF y no saben cuánto se van a tardar en enviar el tubo de gas. Dijeron que podía arreglarse recién a fin de mes. ¿Entiende lo que eso significaría para nuestros hijos?¿Después cómo recuperan las clases perdidas?", se quejó una de las mamás.
A esta escuelita, que hasta hace unos años funcionaba como albergue, asisten cerca de 50 niños (entre primaria y jardín maternal). Está ubicada sobre la ruta 89, en el paradisíaco paisaje cordillerano de La Carrera, a mitad de camino entre Tupungato y Potrerillos. Dadas las bajas temperaturas que debe soportar, el edificio tiene doble ventana y un estilo de construcción pensado para hacer frente a los gélidos vientos que corren en el lugar.
Los Robledo, una familia activa en la institución, señalaron que “ni las celadoras están subiendo por el frío que hace”. Dicen que los docentes están pensando en volver a habilitar las viejas salamandras, que dejaron de funcionar hace años, para ver si pueden cursar, aunque sea sin el comedor.
El problema no se circunscribe a este colegio. Semanas atrás, dos escuelas rurales del departamento estuvieron a punto de suspender las clases por no tener con qué calefaccionar las aulas y porque llevaban una semana dando sandwiches de almuerzo a sus alumnos porque no podían elaborar platos calientes. El problema se resolvió a tiempo y no pasó a mayores.
Ahora, además de la Palma, otras dos escuelas -ubicadas en regiones cordilleranas- están sufriendo las consecuencias de la falta del servicio. Se trata de la Alberto Gino Mario Grecco, del distrito Santa Clara, y la González Oso, de Gualtallary.
Una docente de la Grecco dijo que hace un par de semanas que están esperando el recambio de zeppelin por parte de YPF. “Hemos intentado racionar la reserva, pero con los fuertes fríos no podemos apagar las estufas. Por ahora, hemos suspendido la doble jornada y el comedor hasta que llegue la recarga. Igual no sabemos cuánto más nos durará”, dijo la maestra. En cuanto la escuela de Gualtallary, comparten problema y transporte, por lo que también redujeron la doble jornada.
Cristina Miranda, delegada de Administración de la DGE en el Valle de Uco, aseguró que “la solución está en camino. El viernes se solucionó el conflicto con YPF y ya se reestableció el servicio a otras escuelas de la zona. A estas instituciones todavía no llegan los camiones, pero lo irán haciendo de forma paulatina”, apuntó la funcionaria, quien agregó que ha hecho el reclamo formal por el asunto.