La reacción de Cristina Kirchner tras la muerte del fiscal Alberto Nisman fue una cadena nacional donde -entre otras cosas- anunció el envío al Congreso de una nueva Ley de Inteligencia, para terminar con la Secretaría de Inteligencia. Un mes después, el kirchnerismo aprobaba la creación de la Agencia Federal de Inteligencia a cargo de Oscar Parrilli, con serios cuestionamientos por parte de la oposición.
Sin embargo, la idea de la Presidenta de descabezar la ex SIDE y al poderoso agente "Jaime” Stiuso comenzó a gestarse en 2013 tras la derrota electoral a manos de Sergio Massa, según se revela de las escuchas de la causa por espionaje llamada “Dark Star”
El diario Perfil publica en su edición de este domingo un extenso informe donde revela conversaciones entre julio y agosto de ese año, que muestra la desconfianza de la mandataria en Francisco “Paco” Larcher, número dos de inteligencia, y en el espía Stiuso.
Según el informe, tras la derrota electoral del 11 de agosto ante el Frente Renovador, Cristina se decidió a terminar con la vieja SIDE, pero su entorno frenó este primer intento. Se trata de una causa llamada Dark Star, a la que accedió el medio, con 82 carpetas y 16.400 fojas de conversaciones telefónicas hasta agosto de 2014, en el marco de la interna de poder dentro de la Secretaría de Inteligencia.
Pero -además- de la interna en Inteligencia, el informe también revela el seguimiento al periodista Jorge Lanata. Las transcripciones que constan en el expediente son diálogos del agente Alejandro Mota con el empresario Leonardo Scaturrice, de la agencia privada C3 Consulting.
El 11 de julio de 2013, Mota le dice a Scaturicce: “Salvo que el domingo le pase algo extraordinario o se muera de acá al fin de semana, el Gordo hace mucho ruido”. Y el empresario le cuenta que “el señorito de Seprin -un sitio de espías de la ex SIDE- se juntó con el Gordo en un bar de Palermo”.
El equipo de Periodismo Para Todos también fue seguido durante su paso por Panamá, para un informe sobre el empresario K Lázaro Báez.
Elisa Carrió, precandidata presidencial del frente Cambiemos, fue objeto de varias escuchas a raíz de sus denuncia contra César Milani. Y hasta el propio vicepresidente Amado Boudou fue seguido de cerca, a raíz de un pedido de un empresario de la firma C3 para que se recuperaran "unas fotos comprometidas con Budín (Boudou) de todas las veces que se juntaron".
Todas las escuchas, en las que también aparecen otros funcionarios, fueron realizadas a partir de una gestión de Stiuso, que consiguió que el juez Torres interviniera los teléfonos de los empresarios vinculados a un sector de inteligencia al que estaba enfrentado.
Así, Stiuso consiguió escuchar a sus enemigos y enterarse -a raíz de otro diálogo entre Scaturicce y Mota- de la furia de la Presidenta, tras la derrota electoral.