Encendida por la ilusión de haber descubierto la escritura y haber sido reconocida por sus dotes literarias, en sus ojos brilla un fuego que busca nuevos desafíos. Otros leños que repitan su eco y le permitan seguir abriéndose camino.
Agostina Zanchetta (17) -5° año de la escuela José Vicente Zapata- fue reconocida junto a otros 20 alumnos de todo el país en el 6° Concurso Literario “De Ana Frank a nuestros días” organizado por el Centro Ana Frank Argentina.
La premiación se realizará en Buenos Aires, donde la entidad tiene sede. Lamentablemente, su situación económica no le permite cubrir todos los gastos que el viaje requiere.
El certamen consistió en escribir un cuento inspirado en la historia de la niña Ana Frank a la que Agostina llamó (bajo el seudónimo de Melanie Cruise) “Roma, la pequeña de las manzanas”, que cuenta la historia de un niño de 11 años, Germán, que conoce a una chica estando en un campo de concentración.
Lo que viene, la segunda instancia, es en tierras porteñas, donde tras capacitarse tendrá el desafío de realizar una campaña de concientización en la escuela para mejorar la convivencia escolar.
De superar esta etapa participará de un viaje educativo y cultural a Holanda , junto a ocho ganadores, para visitar la casa y el museo de la niña víctima del nazismo.
La única mendocina
Agostina fue la única estudiante de nuestra provincia en obtener este galardón. Según le dijo a Los Andes la joven escritora, oriunda del barrio Santa Rosa (Las Heras), "mi profesora de Comunicación Social - Eliana Drajer- publicó en el grupo de la escuela que estaba el concurso y me quise meter. Nunca había trabajado con un tema similar y tampoco conocía la historia de Ana Frank. Pero cuando me interesa algo, leo todo lo que hay, para informarme".
Bajo la mirada de sus padres, contó que lo primero que hizo fue ver la película de Ana y luego, su profesora le prestó la reproducción del diario de la niña.
“Sentí que lo iba viviendo más y además sumé información viendo documentales del Holocausto”, comentó Agostina, agregando que es la primera vez que escribe algo “seriamente”.
Respecto de la historia en particular -la cual le costó dos meses de trabajo incluidas las vacaciones de invierno-, comentó que dotó a uno de los personajes principales de un nombre fuera de lo común ya que no quería caer en las denominaciones básicas. “Cuando vi que todos los nombres de quienes vivieron el Holocausto eran rarísimos, quise darle uno similar a la chica”, dijo.
Es así como la protagonista se llama Roma, que casualmente (o no tanto) reúne las mismas letras que la palabra ‘amor’. “No me di cuenta que era eso, pero me lo hicieron notar. Intenté reflejar la historia de estos niños ambientándolos lo más que pude”, aseguró.
Ayuda para el viaje
El reconocimiento no incluye pasajes ni estadía en Buenos Aires, por lo que Agostina tiene inconvenientes para poder viajar. La DGE ya le dio los pasajes ida y vuelta, pero necesita colaboración para la estadía y la alimentación, así puede cumplir este sueño que empezó hace poco y que todavía no pudo hacer realidad.
Para ayudarla, contó el director de su escuela, Claudio Peña, están en marcha diferentes colectas: “Sus compañeros están haciendo acciones para recaudar. Una de ellas es elaborar desayunos en el taller de gastronomía”.
Por su parte, sus papás Sergio y Liliana, que trabajan manejando un taxi y como personal doméstico, respectivamente, dijeron que “la situación está muy complicada.
Pero para nosotros es un orgullo que haya sido reconocida. No nos extraña para nada porque siempre ha sido muy aplicada, las maestras siempre la han destacado”.
Fragmentos del cuento ganador
"Le pregunté a Isidoro, ¿por qué? Él no me respondió. Corrí al lado de mamá y le dije que me quería quedar con ella. '¡No!' me dijo, firmemente. 'Vete de aquí, no quiero verte. Vete con tus hermanos'. Ella nunca me había hablado tan duramente, pero entendí: ella estaba protegiéndome. Ella me amaba tanto que, por esa única vez, fingió no hacerlo. Fue la última vez que la vi".
"Yo también me sentía muerto. Insensibilizado, me transformé en un número".
"Fue solamente un sueño, un lindo sueño. En ese lugar no podía haber ángeles. Solamente trabajo, hambre y miedo".
"En el silencio del crepúsculo, intenté prepararme. Tantas veces la muerte pareció pronta para reclamarme, pero de alguna forma yo había sobrevivido. Ahora todo había terminado".