Resulta decepcionante la falta de clarificación de las prioridades para la aplicación de vacunas en algunas provincias y las intenciones corporativas por lograr prioridad.
Desde alguna mención a “autoridades electorales”, intendentes que suponen ser imágenes y jóvenes maestros, diversos grupos se postulan como prioritarios en la aplicación.
Esta falta de información se da también, lamentablemente, en Mendoza. Es importante que el Presidente, el Ministro de Salud y algún otro funcionario de alto nivel, incluso el Gobernador se vacunen, inspirando confianza, dado la intensa campaña anti vacuna. Pero que un ignoto intendente de la Provincia de Buenos Aires se vacune y para mejor informe que se contagió me parece improcedente.
En los países en que se vacuna se dio prioridad al personal de salud, incluso, como en Francia, solo a mayores de 60 años o a los que tienen enfermedades de un listado restrictivo. A partir de ahí geriátricos, por la concentración de ancianos y luego según la etapa etaria, como en Chile, en que comenzaron con los mayores de 90 años y van descendiendo paulatinamente día a día. Es hora de tomar los buenos ejemplos y establecer prioridades según el riesgo de vida.