El pasado sábado por la tarde, se se reunió frente a Legislatura un grupo de familiares de niños con discapacidades necesitados de vacunarse con un antídoto que absurdamente no se permite que entre al país .
No puedo evitar mencionar nuestra decepción al observar que no hubo ningún funcionario gubernamental ni ningún legislador. El Estado, supuesto protector de los mendocinos, totalmente ausente .
Tampoco, debe decirse, hubo acompañamiento de la ciudadanía.
Ambos, signos evidentes del deterioro social que padecemos .
Apenas logro contenerme y no escribir lo que bulle en mi mente, pero me gana la tristeza al pensar en esos miles de niños indefensos a merced de un virus maldito, por cuyo destino la sociedad toda se desentiende.