Todos los ciudadanos fuimos a votar, cumpliendo las reglas de siempre y este año también las sanitarias; me pregunto: ¿Qué hubiera pasado si alguien iba sin barbijo? No lo dejaban pasar a votar. ¿Y si alguien hubiera salido con boletas en la mano y las hubiera puesto en público en el sobre? Le hubieran anulado el voto.
Si hay tres fórmulas para jurar como legislador de la Nación, todo un honor además del sueldo de lujo y las prebendas que tienen, ¿cómo pueden permitir que algunos juren por cualquier cosa, muchas de ellas totalmente ridículas? Seguramente eso no pasa en ningún lugar del mundo. Deberían anular el nombramiento que les ha dado el voto y que tome el cargo, el que sigue en la lista. Es una burla a los ciudadanos. Ellos son los que deben legislar sobre nuestras vidas, ¿qué se puede esperar? Deberían ser controlados anualmente cuántos proyectos presentan y de qué se tratan, que sean cosas importantes y no las payasadas que presentan.
La primera ley del próximo año debería ser eso, que se respetan las fórmulas de jurar y el presidente entrega los atributos o queda inhabilitado para ejercer cargos públicos.