Quiero recordar el cine Caribian en calle Paso de los Andes 82 de la 5ta Sección.
En lo edilicio no era muy grande pero tenía lo imprescindible, la explanada a tres anchos escalones que la sacaban del nivel de la vereda y la cartelera: pausa obligada de niños y adultos para enterarse qué se podría ir a ver.
Por los años ‘50 algunos vecinos/as accedían a un “abono”, una suerte de chequera con la que podían asistir cualquier día y a la función que eligieran. El caso puntual que conocí fue de Josefina, servía la cena a su marido y tres hijos pequeños, pasaba a buscar a su ahijada por la casa vecina. Ellas iban al cine a disfrutar de una película y, el marido de la señora en cuestión, se ocupaba de que los niños se durmieran. Una pareja bastante avanzada para la época.
Un día, casi a fines de la década del ‘70, los vecinos, atónitos, observaron bajar el cartel luminoso del Caribian… Una tristeza grande la que sufrieron los habitués. Al poco tiempo aquella sala se convirtió en un supermercado.