Porque votar no es solo votar al hombre o mujer que me gusta o me cae simpático, o al partido que más promete.
Porque a la hora de las elecciones, todos son perfectos y prometen lo que pueden hacer y lo que no pueden hacer también.
Se critican entre ellos y hacen notar los defectos de los otros partidos.
Debemos votar pensando no solo en nosotros y nuestro bienestar, sino en nuestros hijos y en las generaciones futuras.
Votemos a quien estemos seguros que se jugará por la provincia, por la Nación.
Por el que piense en los intereses de la gente.
Por el que piense en mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, mediante trabajos bien remunerados, que los haga crecer como personas.
Nuestra Mendoza se hizo grande de a poco.
Una por el tesón que tenemos los mendocinos y otra por los inmigrantes, (de los cuales creo que la mayoría somos descendientes).
Con mucho esfuerzo y mucho sacrificio.
Fueron tiempos muy duros para aquella abnegada gente.
Pasaron muchos años para tener la Mendoza grande y pujante, envidiada por las demás provincias.
Quizás muchos de los hacedores no la pudieron disfrutar.
Pero reconozcamos que si los inmigrantes hicieron mucho haciendo la punta para mejorar nuestra tierra, los gobiernos no se quedaron atrás, porque apoyando los emprendimientos ayudaron a progresar a nuestros pioneros y con ello engrandecer la provincia.
Así como costó hacerla grande, con malos gobiernos, en cuestión de dos o tres años volveríamos a la Mendoza de antaño.
Por eso pido a los jóvenes que aprendan a votar pensando en el presente y en el futuro y a Dios que nos ilumine pensando en nosotros en nuestros hijos, en nuestra Patria y en nuestra patria chica, Mendoza.